Un mensaje de salvación para ti y los
tuyos
30 de abril de 2012
Lunes de la Cuarta Semana de
Pascua
Lecturas de
hoy:
Hechos 11,1-18 / Salmo Sal 41, 2-3. 5-6 Mi alma tiene sed del Dios viviente.
EVANGELIO
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Juan 10,
1-10
"Les aseguro que el que no entra por la puerta en el
corral de las ovejas, sino por otro lado, es un ladrón y un asaltante.
El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas.
El guardián le abre y las ovejas escuchan su voz. Él llama a
cada una por su nombre y las hace salir.
Cuando las ha sacado a todas, va delante de ellas y las
ovejas lo siguen, porque conocen su voz.
Nunca seguirán a un extraño, sino que huirán de él, porque
no conocen su voz".
Jesús les hizo esta comparación, pero ellos no comprendieron
lo que les quería decir.
Entonces Jesús prosiguió: "Les aseguro que yo soy la
puerta de las ovejas.
Todos aquellos que han venido antes de mí son ladrones y
asaltantes, pero las ovejas no los han escuchado.
Yo soy la puerta. El que entra por mí se salvará; podrá
entrar y salir, y encontrará su alimento.
El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Pero
yo he venido para que las ovejas tengan Vida, y la tengan en abundancia.
Palabra del Señor.
MEDITACION
Hoy nos llega este
mensaje: Simón Pedro (o la
Iglesia, en sus obispos, que es su sucesora) “te anunciará un mensaje de salvación para
ti y para toda tu familia”.
Lo ha hecho a lo largo
de toda su historia. Y, en este periodo en que seguimos celebrando la Pascua del Señor nos
señala, a través del evangelio escogido para este día, que Jesús es la puerta hacia la
Vida en abundancia o plena. Una vida que amplía horizontes,
una puerta que franquea el paso hacia los demás. Así lo entiende Pedro, según
relato de la primera lectura, al captar que, después de la Resurrección, ya no
caben restricciones humanas: son superados los criterios sobre la pureza (“No consideres manchado lo que Dios
purificó”) y, sobre todo, el de la exclusividad de la salvación que
pertenecía a un pueblo, porque “si Dios
les dio a ellos la misma gracia que a nosotros, por haber creído en el Señor
Jesucristo, ¿cómo podía yo oponerme a Dios?”.
Él es también “el
pastor de las ovejas”, que “llama a cada una por su nombre
y las hace salir… y las ovejas lo siguen, porque conocen su voz”. Aquellos
a los que Dios concedió la gracia de creer, una vez más, debemos recordar que
el criterio no es sólo pertenecer al “rebaño”, sino que se note en nuestras
acciones su seguimiento.
Es como recordar el
inicio de la predicación del Nazareno en Marcos (1,15): “El Reino está cerca.
Conviértanse y crean”. Porque convertirnos es ajustar nuestros criterios a los
de Dios y creer es oír la voz del Buen Pastor para seguirlo. Así el Reino se
hace realidad entre nuestros hermanos, los hombres y mujeres a quienes Dios
ama.
Es la predicación de
siempre de Pedro (el Papa) para que nos salvemos.
Señor, con demasiada
frecuencia nos sentimos solos, como el salmista cuando cantaba “¿Por qué te deprimes, alma mía? ¿Por qué te
inquietas? Espera en Dios, que es mi salvador”. Y olvidamos que nos has
dejado en manos de tu Iglesia, a la que guía el Espíritu Santo, que nos anuncia
mensajes de salvación. Mi alma tiene sed del Dios viviente. Gracias por
saciarla siempre.
Paz, Amor y
Alegría para tu día y tu vida.
Miguel.