Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

jueves, 31 de marzo de 2011

Preparemos el Próximo Día del Señor

Cuarto Domingo Cuaresma
3 de abril de 2011
Ciclo A

VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO Jn 8, 12
Dice el Señor: Yo soy la luz del mundo, el que me sigue tendrá la luz de la Vida.

Evangelio Jn 9, 1. 6-9. 13-17. 34-38
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús, al pasar, vio a un hombre ciego de nacimiento. Escupió en la tierra, hizo barro con la saliva y lo puso sobre los ojos del ciego, diciéndole: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé», que significa «Enviado.» El ciego fue, se lavó y, al regresar, ya veía. Los vecinos y los que antes lo habían visto mendigar, se preguntaban: «¿No es este el que se sentaba a pedir limosna?» Unos opinaban: «Es el mismo.» «No, respondían otros, es uno que se le parece.» El decía: «Soy realmente yo.» El que había sido ciego fue llevado ante los fariseos. Era sábado cuando Jesús hizo barro y le abrió los ojos. Los fariseos, a su vez, le preguntaron cómo había llegado a ver. El les respondió: «Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo.» Algunos fariseos decían: «Ese hombre no viene de Dios, porque no observa el sábado.» Otros replicaban: «¿Cómo un pecador puede hacer semejantes signos?» Y se produjo una división entre ellos. Entonces dijeron nuevamente al ciego: «Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos?» El hombre respondió: «Es un profeta.» Ellos le respondieron: «Tú naciste lleno de pecado, y ¿quieres darnos lecciones?» Y lo echaron. Jesús se enteró de que lo habían echado y, al encontrarlo, le preguntó: «¿Crees en el Hijo del hombre?» El respondió: «¿Quién es, Señor, para que crea en él?» Jesús le dijo: «Tú lo has visto: es el que te está hablando.» Entonces él exclamó: «Creo, Señor», y se postró ante él.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

También se proclamarán los siguientes textos:
Primera Lectura I Samuel 16, 1b. 6-7. 10-13a
Salmo Sal 22, 1-3a. 3b-4. 5. 6 (R.: 1 El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.)
Segunda Lectura Efesios 5, 8-14
(Dibujo: Cerezo Barredo)

domingo, 27 de marzo de 2011

El manantial del amor que el Señor pone dentro nuestro


En este 3er Domingo de Cuaresma, nuestra liturgia comunitaria la presidió el ministro Miguel.
Al inicio nos invitó a contar qué mensaje recibimos del Señor en la proclamación de su Palabra. Los comentarios rondaron por el tema de la falta de fe que se demuestra cuando estamos en dificultad, como ocurre en la Primera Lectura (Éxodo 17, 3-7), donde se ve al pueblo reclamando y dudando del Señor al momento de quedarse sin agua.
Luego, el ministro nos comentó que el texto del Evangelio es muy rico en simbolismos, así que nos invitó a leer todo el capítulo 4 del Evangelio según San Juan. Pero él se quedó con la imagen del agua que después de beberla no aplaca la sed definitivamente y, sin embargo, el agua que daría Jesús no sólo quita la sed, sino que provoca la creación de un manantial dentro de quien la recibe. Entonces, dijo que para él esa agua simbolizaba el amor, ya que todos buscamos ser amados y nunca sentimos que se agota ese deseo de amor, hasta que nos encontramos con el amor del Señor y, si aprendemos a estar cerca de Él, lograremos no sólo saciar nuestra sed de amor, sino que éste brotará de nosotros como un manantial que dará amor a los demás.
Pero ¿qué clase de amor?, porque la publicidad, las canciones y todo lo que produce el mundo intenta “enseñar” qué es el amor, pero como dice el Señor: “Si conociéramos el don de Dios y quién es el que nos dice: "Dame de beber"…” aprenderíamos del verdadero amor. ¿Cuál es el don de Dios?, nos preguntó, y nos dijo que el don de Dios es lo que Él da, siendo lo que nos da es lo que en el capítulo anterior de este mismo Evangelio dice el mismo Jesús: “Porque Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna” (Jn 3,16) y ¿cómo nos enseña a amar ese Hijo único de Dios? “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos.” (Jn 15, 13).
Concluyó afirmando que cuando aprendemos a amar dando la vida es el manantial de vida eterna que el Señor puso en nosotros el que está fluyendo.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

jueves, 24 de marzo de 2011

Preparemos el Próximo Día del Señor

Tercer Domingo Cuaresma
27 de marzo de 2011
Ciclo A

VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO Cf Jn 4, 42. 15

Señor, tú eres verdaderamente el Salvador del mundo; dame agua viva para que no tenga más sed.

Evangelio Jn 4, 5-42
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan.
Jesús llegó a una ciudad de Samaría llamada Sicar, cerca de las tierras que Jacob había dado a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, fatigado del camino, se había sentado junto al pozo. Era la hora del mediodía. Una mujer de Samaría fue a sacar agua, y Jesús le dijo: «Dame de beber.» Sus discípulos habían ido a la ciudad a comprar alimentos. La samaritana le respondió: «¡Cómo! ¿Tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy samaritana?» Los judíos, en efecto, no se trataban con los samaritanos. Jesús le respondió: «Si conocieras el don de Dios y quién es el que te dice: "Dame de beber", tú misma se lo hubieras pedido, y él te habría dado agua viva.» «Señor, le dijo ella, no tienes nada para sacar el agua y el pozo es profundo. ¿De dónde sacas esa agua viva? ¿Eres acaso más grande que nuestro padre Jacob, que nos ha dado este pozo, donde él bebió, lo mismo que sus hijos y sus animales?» Jesús le respondió: «El que beba de esta agua tendrá nuevamente sed, pero el que beba del agua que yo le daré, nunca más volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en manantial que brotará hasta la Vida eterna.» «Señor, le dijo la mujer, dame de esa agua para que no tenga más sed y no necesite venir hasta aquí a sacarla.» Jesús le respondió: «Ve, llama a tu marido y vuelve aquí.» La mujer respondió: «No tengo marido.» Jesús continuó: «Tienes razón al decir que no tienes marido, porque has tenido cinco y el que ahora tienes no es tu marido; en eso has dicho la verdad.» La mujer le dijo: «Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres adoraron en esta montaña, y ustedes dicen que es en Jerusalén donde se debe adorar.» Jesús le respondió: «Créeme, mujer, llega la hora en que ni en esta montaña ni en Jerusalén se adorará al Padre. Ustedes adoran lo que no conocen; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero la hora se acerca, y ya ha llegado, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque esos son los adoradores que quiere el Padre. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.»  La mujer le dijo: «Yo sé que el Mesías, llamado Cristo, debe venir. Cuando él venga, nos anunciará todo.» Jesús le respondió: «Soy yo, el que habla contigo.» En ese momento llegaron sus discípulos y quedaron sorprendidos al verlo hablar con una mujer. Sin embargo, ninguno le preguntó: «¿Qué quieres de ella?» o «¿Por qué hablas con ella?» La mujer, dejando allí su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente: «Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que hice. ¿No será el Mesías?» Salieron entonces de la ciudad y fueron a su encuentro. Mientras tanto, los discípulos le insistían a Jesús, diciendo: «Come, Maestro.» Pero él les dijo: «Yo tengo para comer un alimento que ustedes no conocen.» Los discípulos se preguntaban entre sí: «¿Alguien le habrá traído de comer?» Jesús les respondió: «Mi comida es hacer la voluntad de aquel que me envió y llevar a cabo su obra. Ustedes dicen que aún faltan cuatro meses para la cosecha. Pero yo les digo: Levanten los ojos y miren los campos: ya están madurando para la siega. Ya el segador recibe su salario y recoge el grano para la Vida eterna; así el que siembra y el que cosecha comparten una misma alegría. Porque en esto se cumple el proverbio: "Uno siembra y otro cosecha." Yo los envié a cosechar adonde ustedes no han trabajado; otros han trabajado, y ustedes recogen el fruto de sus esfuerzos.» Muchos samaritanos de esa ciudad habían creído en él por la palabra de la mujer, que atestiguaba: «Me ha dicho todo lo que hice.» Por eso, cuando los samaritanos se acercaron a Jesús, le rogaban que se quedara con ellos, y él permaneció allí dos días. Muchos más creyeron en él, a causa de su palabra. Y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú has dicho; nosotros mismos lo hemos oído y sabemos que él es verdaderamente el Salvador del mundo.»
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

También se proclamarán los siguientes textos:
Primera Lectura Éxodo 17, 3-7
Salmo 94, 1-2. 6-7d-9 (R.: 7d-8a Cuando escuchen la voz del Señor, no endurezcan su corazón)
Segunda Lectura Romanos 5, 1-2. 5-8
(Dibujo: Cerezo Barredo)

domingo, 20 de marzo de 2011

Un signo para fortalecer la fe

Hoy celebramos el 2° Domingo de Cuaresma, presididos por el hermano Ricardo.
Comenzó su reflexión diciendo que el camino cristiano tiene que ver con un largo viaje de promesas que nos ha hecho Dios. Entonces, recordando la primera lectura (Génesis 12,1-4), nos dijo que Abraham es el padre de la fe porque confió en que se le ofrecía una tierra a él que era nómade como todo pastor; y una descendencia, siendo con su mujer ancianos y estériles. ¿Cómo creer eso? Con la fe.
Semejante a lo que sucede con Jesús en el  Evangelio (Mateo 17,1-9), quien, mientras camina en busca de su misión, entiende que va directo a su muerte y se los anuncia a sus discípulos. Pero ellos, que lo seguían pensando que sería el líder político que liberaría a su pueblo del dominio extranjero, se llevan una desilusión, se decepcionan y hasta tienen miedo, ya que se habían comprometido con este proyecto y ahora Jesús les dice que “fracasará”. Ese es el motivo por el que Judas, por ejemplo, le traiciona: porque no cumple sus expectativas.
Es en ese momento de dudas que Jesús toma a los líderes de su comunidad (Pedro, Santiago y Juan, quienes posteriormente serán cabeza de la Iglesia en lugares importantes) y les devuelve la alegría, porque al verlo transfigurado se dan cuenta que Él sí representa la esperanza y se lo comunicarán al resto de los discípulos.
Nos invitó luego a hacer memoria de momentos de nuestra vida en los que hayamos sentido al Señor tan cerca en un encuentro personal (en una eucaristía, en oración, un retiro…) y aseguró que en ese momento debimos haber sentido una nueva fuerza para seguir.
Volviendo al Evangelio, indica que para que el momento tuviese más trascendencia para sus discípulos, en la Transfiguración aparecen junto al Señor, Moisés y Elías. Ambos personajes simbolizan para su pueblo la Ley los Profetas, lo más importante que tienen. Es decir, si están junto a Jesús, él también es importante. Y, coronando el momento, se escucha la Voz del Cielo. Un nuevo signo para fortalecer la fe de esa comunidad y la nuestra en este caminar acompañando al Señor en su Pasión, Muerte, Resurrección y posterior Gloria.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

jueves, 17 de marzo de 2011

Preparemos el Próximo Día del Señor

Segundo Domingo Cuaresma
20 de marzo de 2011
Ciclo A

VERSÍCULO ANTES DEL EVANGELIO
Desde la nube resplandeciente se oyó la voz del Padre: Este es mi Hijo amado; escúchenlo

Evangelio Mt 17, 1-9
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús tomó a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan, y los llevó aparte a un monte elevado. Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la luz. De pronto se les aparecieron Moisés y Elías, hablando con Jesús. Pedro dijo a Jesús: «Señor, ¡qué bien estamos aquí! Si quieres, levantaré aquí mismo tres carpas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.» Todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra y se oyó una voz que decía desde la nube: «Este es mi Hijo muy querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo.» Al oír esto, los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de temor. Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: «Levántense, no tengan miedo.» Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo. Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No hablen a nadie de esta visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos.»
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

También se proclamarán los siguientes textos:
Primera Lectura Génesis 12, 1-4a
Salmo 32, 4-5. 18-19. 20 y 22 (R.: 22 Señor, que descienda tu amor sobre nosotros)
Segunda Lectura Timoteo 1, 8b-10
(Dibujo: Cerezo Barredo)

domingo, 13 de marzo de 2011

Así como uno cayó en la tentación y nos arrastró a todos… Jesús con su muerte nos redime a todos

Este 1er Domingo de Cuaresma, nuestra celebración litúrgica fue presidida por el ministro José (Pepe) Irigoyen.
Al momento de comentar la Palabra hizo notar el “hermanamiento” entre las lecturas: la 1ª. (Génesis 2, 7-9; 3, 1-7) contando la tentación de Adán que come el fruto del bien y el mal; el Salmo (50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17) con diversas peticiones de conversión y arrepentimiento y en el Evangelio (Mt 4, 1-11) se refleja lo que enseña el Apóstol en la 2ª. Lectura (Romanos 5, 12. 17-19), acerca del hombre que al pecar nos arrastró a todos y el que con su muerte nos redime y gana el cielo para todos nosotros.
¿Cómo nos lavamos de la culpa?, preguntó. Y se respondió: “bautizándonos”, que es como se borra aquél pecado original, pero después de eso debemos continuar convirtiéndonos.
A continuación dedicó el tiempo a hacer una catequesis sobre Cuaresma, tiempo de meditación, penitencia y conversión: dura 40 días como el tiempo que estuvo Jesús en el desierto. Puede dividirse en 3 etapas: a) I y II Domingo orientados a la penitencia y la conversión; b) III, IV y V Domingo, dedicados a resaltar los Sacramentos de Iniciación a la Vida Cristiana (Bautismo, Confirmación y Eucaristía); y c) Domingo de Ramos, que es la meditación de la inmediata Semana Santa como preparación al Triduo Pascual (3 días de la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Señor).
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

jueves, 10 de marzo de 2011

Preparemos el Próximo Día del Señor

Primer Domingo Cuaresma
13 de marzo de 2011
Ciclo A

Versículo antes del Evangelio
El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios

Evangelio Mt 4, 1-11
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el demonio. Después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, sintió hambre. Y el tentador, acercándose, le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, manda que estas piedras se conviertan en panes.» Jesús le respondió: «Está escrito: El hombre no vive solamente de pan, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.» Luego el demonio llevó a Jesús a la Ciudad santa y lo puso en la parte más alta del Templo, diciéndole: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: Dios dará órdenes a sus ángeles, y ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra.» Jesús le respondió: «También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios.» El demonio lo llevó luego a una montaña muy alta; desde allí le hizo ver todos los reinos del mundo con todo su esplendor, y le dijo: «Te daré todo esto, si te postras para adorarme.» Jesús le respondió: «Retírate, Satanás, porque está escrito: Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto.» Entonces el demonio lo dejó, y unos ángeles se acercaron para servirlo
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

También se proclamarán los siguientes textos:
Primera Lectura Génesis 2, 7-9; 3, 1-7
Salmo 50, 3-4. 5-6a. 12-13. 14 y 17 (R.: cf. 3ª Piedad, Señor, pecamos contra ti)
Segunda Lectura Romanos 5, 12. 17-19  
(Dibujo: Cerezo Barredo)

domingo, 6 de marzo de 2011

Testimonios de vida construidos sobre la roca que es Cristo

El 9° Domingo del Año litúrgico, nuestra comunidad celebró la Eucaristía presidida por el padre Julián.
Comenzó su homilía haciendo notar que precisamente hoy, que es el último domingo previo a la Cuaresma, el Evangelio nos trae el final del Sermón de la Montaña, contado por Mateo (Mateo 7, 21-27), donde se redondea cómo debe ser el discípulo de Jesús.
Señaló que hay una aparente contradicción entre el mensaje de la 2ª. lectura (Romanos 3, 20-25a. 28): “sólo la fe justifica” y el de Jesús: las obras que nacen de la fe son las que justifican. La contradicción sólo es de forma, porque el mismo Pablo dice en otro momento: el que no se ocupa de los suyos, sobre todo si conviven con él, ha renegado de su fe y es peor que un infiel (1 Timoteo 5, 8); es decir, no da lo mismo cómo se vive para ser cristianos (al contrario de cómo interpretan dicho texto de Romanos algunas confesiones evangélicas). Lo importante es que, como dice la 1ª. Lectura (Deuteronomio 11, 18. 26-28. 32), somos libres de elegir entre la felicidad que Dios propone o la ilusión que otros puedan proponer. ¿Qué hace falta?, se preguntó. Y su respuesta fue que la casa tenga fundamento sólidos y volvió a citar a san Pablo: “el fundamento es Jesucristo” (1 Corintios 3, 11).
Concluyó diciéndonos que las buenas acciones las hace cualquier persona bien nacida, pero el cristiano las hace por estar en sintonía con Jesús. Así que nos invitó a resumir el Sermón del Monte en que nuestra vida  no la guíen las mayorías, las modas o las encuestas, sino estas palabras que se han proclamado en lo que va del año litúrgico. Así no seremos sólo testigos de palabra (porque ya hay muchas palabras), sino de testimonio de vida.
Finalmente, nos exhortó a ser más auténticos, más cordiales, más humanos, inspirados en la persona de Jesús, ya que fundados en esa roca nuestra vida será una bendición.
AL MOMENTO DE LA BENDICIÓN FINAL.
El padre Julián hizo una metáfora con la rueda de una bicicleta, la que se compone de eje, rayos y llanta. Nos dijo que el “eje” es Jesús y la “llanta” la comunidad que nos rodea, por lo que nos invitó a ser los “rayos” que unen al eje con la llanta.
Y, recordando que en un par de días se celebra el Día Internacional de la Mujer, les hizo un homenaje porque siendo el 51% de la población mundial, no son suficientemente valoradas ni respetadas. Dijo que su papel es tan importante que san Pablo, cuando hizo el “certificado de nacimiento” del Señor resaltó que el Hijo de Dios había “nacido de mujer” (Gálatas 4,4), por lo que felicitó a todas las mujeres, fuesen madres o no, porque para esto no importaba y dio la bendición final, teniéndolas especialmente presentes a ellas.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

jueves, 3 de marzo de 2011

Preparemos el Próximo Día del Señor

Noveno Domingo Durante el Año
6 de marzo de 2011
Ciclo A

Aclamación al Evangelio
Aleluya. «Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y Yo en él, da mucho fruto», dice el Señor. Aleluya.

Evangelio Mt 7, 21-27
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a sus discípulos: No son los que me dicen: «Señor, Señor», los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día: «Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?» Entonces yo les manifestaré: «Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal». Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca. Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

También se proclamarán los siguientes textos:
Primera Lectura Deuteronomio 11, 18. 26-28. 32
Salmo 30, 2-4. 17. 25 (R.: 3b Señor, sé para mí una roca protectora)
Segunda Lectura Romanos 3, 20-25a. 28  
(Dibujo: Cerezo Barredo)