Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

jueves, 30 de diciembre de 2010

Preparemos el Próximo Día del Señor

EPIFANÍA DEL SEÑOR
2 de enero de 2011
Ciclo A

Aclamación al Evangelio
Aleluya.  Vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorar al Señor. Aleluya.

Evangelio Mt 2, 1-12
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo». Al enterarse, el rey Herodes quedó desconcertado y con él toda Jerusalén. Entonces reunió a todos los sumos sacerdotes y a los escribas del pueblo, para preguntarles en qué lugar debía nacer el Mesías. «En Belén de Judea, le respondieron, porque así está escrito por el Profeta: “Y tú, Belén, tierra de Judá, ciertamente no eres la menor entre las principales ciudades de Judá, porque de ti surgirá un jefe que será el Pastor de mi pueblo, Israel”». Herodes mandó llamar secretamente a los magos y, después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: «Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje». Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría y, al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones: oro, incienso y mirra. Y como recibieron en sueños la advertencia de no regresar al palacio de Herodes, volvieron a su tierra por otro camino.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

También se proclamarán los siguientes textos:
Primera Lectura Isaías 60, 1-6
Salmo Sal 71, 1-2.7-8.10-13           R. ¡Pueblos de la tierra alaben al Señor!
Segunda Lectura Efesios 3, 2-6  

domingo, 26 de diciembre de 2010

Honrar a la familia que nos hizo ser lo que somos hoy

Este Domingo, nuestra liturgia la presidió el Hermano Ricardo.
Nos hizo ver que, posterior a la Navidad, que es una fiesta eminentemente familiar, la Iglesia nos invita a celebrar la Fiesta de la Sagrada Familia. Y es que Jesús tuvo la experiencia de un lugar donde se crió, se alimentó, tal vez lo retaron, lo quisieron, porque tuvo un papá y una mamá. Eso hace que podamos sentirlo muy cercano, ya que nosotros recordamos lo importantes que son o fueron nuestros padres. Igual ocurrió con Jesús: su familia lo hizo ser el hombre que fue.
Después, destacó el hecho de que el Evangelio mencione varias veces a Egipto, debido a que para Mateo es muy importante asociar la imagen de Jesús al que puede ser el personaje más importante de la historia judía y el Antiguo Testamento: Moisés, el liberador de su pueblo de la esclavitud en Egipto y, posteriormente, guía hacia Israel. Su idea es que quienes leerán su Evangelio, judíos, vean en Jesús a alguien tan potente como Moisés, el liberador de la humanidad.
Revisando los textos bíblicos proclamados hoy nos habló de la primera lectura (Eclesiástico 3, 3-7.14-17), que está tomada de un libro de refranes variados, donde encontramos recomendaciones sobre la vida de familia que probablemente José le enseñaba a Jesús.
La segunda lectura (Colosenses 3, 12-21) con consejos a los maridos, las esposas, los hijos y los padres, la que por ser una carta enviada a una comunidad cristiana, formada por familias, servía para corregir y educar. Por lo que aprendemos que la familia es muy importante en la vida cristiana desde siempre.
Y el Evangelio (Mateo 2, 13-15.19-23) nos muestra a este papá preocupado de la seguridad de su hijo, lo que hizo recordar al hermano Ricardo a su propio padre cambiando de ciudad, llevando a su familia consigo en busca de mejores condiciones, como hacen los padres, como hace José.
Como síntesis, dijo que para los judíos la familia es muy importante, eso aprendió Jesús desde niño.
Entonces, nos recordó que todos tuvimos una familia que nos protegió, nos quiso y nos cuidó, por lo que nos exhortó a honrar a la familia que nos hizo ser lo que somos hoy.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

sábado, 25 de diciembre de 2010

El inicio de la gran novela de amor del Dios con Nosotros

Nuestra Misa de Navidad de la noche fue presidida por el padre Julián
En su homilía (basada en el Evangelio de Mateo 2, 13-15.19-23) nos comentó que así como en nuestra vida tenemos muchos hitos, como cumpleaños, aniversarios, etc., en el camino cristiano cada año nos encontramos en esta fecha a celebrar el hecho de que Dios se metió en nuestro mundo, caminó con nosotros y sigue caminando a nuestro lado.
Nos recordó que el Evangelio cuenta que Dios se identificó totalmente con nosotros: hoy vemos que Dios asume la condición de indefensión absoluta de un niño, que tuvo que aprender a caminar, a hablar, a comer, hasta casi confundirse con ese niño llamado Jesús, que nació en Belén. Y es que Él no quiere ser extraño a nosotros, tomando el conjunto de nuestras características. De hecho, en pocos días más (el Domingo que viene), lo veremos indefenso huyendo con sus padres, porque quieren matarlo. Es decir, incluso vivió la situación de ser perseguido, la que lo acompañó hasta el punto de terminar muriendo por nosotros. O sea, es un Dios que conoce por dentro todas nuestras contrariedades, problemas y dolores y también -hizo el énfasis el padre- no olvidemos que conoce nuestras alegrías. Por eso, en nuestras dificultades, sabemos que no estamos solos: Él las conoce.
Nos hizo ver, además, a quiénes se les avisó primero el acontecimiento del nacimiento Santo: a los pastores, gente pobre y mal vista por la comunidad, ya que, debido a su trabajo, no tenían tiempo para participar en las actividades religiosas, ni, menos, preocuparse de las normas sobre la pureza. Esta es nuestra alegría: nadie, ni los que estén más al margen de la sociedad, debe sentirse excluido de esta noticia. Lo que debe ser una advertencia para nosotros: no debemos construir barreras, para que todas las personas, a través de nosotros, sientan que Él ha nacido para todos.
Y esta fiesta que celebramos es el inicio de la gran novela de amor del Dios con Nosotros.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Preparemos el Próximo Día del Señor

Sagrada Familia
26 de diciembre de 2010
Ciclo A

Aclamación al Evangelio
Aleluya.  Que la paz de Cristo reine en sus corazones; que la palabra de Cristo habite en ustedes con toda su riqueza. Aleluya.

Evangelio Mt 2, 13-15.19-23
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Después de la partida de los magos, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, huye a Egipto y permanece allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». José se levantó, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto. Allí permaneció hasta la muerte de Herodes, para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del Profeta: «Desde Egipto llamé a mi hijo». Cuando murió Herodes, el Ángel del Señor se apareció en sueños a José, que estaba en Egipto, y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y regresa a la tierra de Israel, porque han muerto los que atentaban contra la vida del niño». José se levantó, tomó al niño y a su madre, y entró en la tierra de Israel. Pero al saber que Arquelao reinaba en Judea, en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allí y, advertido en sueños, se retiró a la región de Galilea, donde se estableció en una ciudad llamada Nazaret. Así se cumplió lo que había sido anunciado por los profetas: «Será llamado Nazareno».
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

También se proclamarán los siguientes textos:
Primera Lectura Eclesiástico 3, 3-7.14-17
Salmo 127, 1-5        R. ¡Felices los que temen al Señor y siguen sus caminos!
Segunda Lectura Colosenses 3, 12-21

domingo, 19 de diciembre de 2010

Atentos a los mensajes de Dios para nuestra vida

Hoy, nuestra Liturgia la presidió el Ministro Miguel.
En el momento de comentar las lecturas de hoy, dio la palabra para que la comunidad contara lo que les “llegó al corazón”.
Una persona dijo que debía prepararse para recibir al Niño Dios dejando muchas cosas de lado, perdonando, dedicándose más a los demás, porque con la ayuda del Señor todo se puede; a otra le llamó la atención la actitud disponible de María y José y trataría de imitarla, pese a sus limitaciones; otro, resaltó la figura de san José, varón justo, del que se sabe poco; otra, agregó a la imagen de José la de María y los vio como un signo valioso a imitar por los matrimonios; y otra más se sintió invitada a ponerse a disposición del Señor en los demás.
El ministro, por su parte, nos hizo mirar el año civil que termina, que debía ser de fiesta por el Bicentenario y, sin embargo, fue un año estremecedor literal y emocionalmente, partiendo desde el terremoto y siguiendo por los muchos acontecimientos de todos conocidos. Entonces, nos invitó a apoyarnos en las lecturas de hoy para hacer una especie de evaluación del 2010 que va terminando.
Nos contó que el origen de la primera lectura (Isaías 7, 10-14) está en lo que acontece al Reino de Judá, donde el rey Ajaz, ante la disyuntiva de verse rodeado por imperios poderosos, decide aliarse a uno de ellos (el más fuerte), confiando en su cuidado la protección de su país, por tanto desconfiando del cuidado de Dios. Entonces, el profeta Elías para evitar ese error, le propone al rey pedirle una señal al Señor, para que compruebe que no abandonará a su pueblo; y el rey, como buen político, dice lo que se debería decir: “No lo pediré ni tentaré al Señor”. Pero como el profeta conoce el corazón del rey y sabe que lo dice no por piedad, sino porque ya tomó la decisión y no quiere que Dios se la cambie, le da igual una señal, que se convierte en signo para la humanidad: la Virgen da a luz al Dios con Nosotros.
Y así, llegamos al Evangelio de hoy (Mt 1, 18-24), donde, nos dijo el Ministro, el dilema de José no es, como se suele creer, que tenga dudas sobre la fidelidad de María, sino, más bien, es la actitud del “varón justo”, que quiere hacer lo que sea correcto según la voluntad de Dios. Su esposa, respetuosa de su vínculo con él, le había informado lo de su preñez misteriosa anunciada por Gabriel, entonces, José siente lo que debiese sentir una persona de fe: indignidad de estar cerca de lo sagrado, ¿qué hace un mortal con esta mujer que ha sido tocada por lo divino?. José adopta la actitud de Moisés ante Dios o la de Pedro que le dice al Señor “aléjate de mí, que soy un pecador”; o la del soldado romano que reconoce que “no es digno de que entre en su casa”. En esa actitud de meditación abierta a lo divino, el ángel le habla en sueños y le dice que él está incluido en estos planes: Dios lo necesita para que sea el padre terrenal de su hijo y lo inserte en la familia de David, de donde debía venir el Mesías esperado. José era necesario para que Dios esté con nosotros.
Entonces, asocia el ministro, ante las dificultades de la vida, Dios tiene una palabra que decir y podemos adoptar la actitud desconfiada de Ajaz o la abierta a la voluntad del Señor de José. Así que nos invitó a mirar de esta manera nuestro año que termina: ¿cómo hemos actuado ante cada acontecimiento? O, usando palabras del Padre Hurtado, ¿qué habría hecho Cristo en mi lugar en cada momento difícil, complejo o delicado que tuvo nuestra vida este 2010 y siempre?.
Nos invitó por último a hacer norma de vida la actitud de José: poner en manos de Dios nuestras grandes decisiones y luego obedecer su voluntad.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Preparemos el Próximo Día del Señor

4º Domingo de Adviento
19 de diciembre de 2010
Ciclo A

Aclamación al Evangelio
Aleluya.  La virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, Dios con nosotros. Aleluya.

Evangelio Mt 1, 18-24
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Éste fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. Mientras pensaba en esto, el Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. Ella dará a  luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque Él salvará a su Pueblo de todos sus pecados». Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: “La Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien pondrán el nombre de Emanuel”, que traducido significa: «Dios con nosotros». Al despertar, José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado: llevó a María a su casa.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

También se proclamarán los siguientes textos:
Primera Lectura Isaías 7, 10-14
Salmo 23, 1-6               R. Va a entrar el Señor, el rey de la gloria.
Segunda Lectura Romanos 1, 1-7  
(Dibujo: Cerezo Barredo)

domingo, 12 de diciembre de 2010

Los cristianos debemos ayudar a que los signos del Reino se realicen en el mundo de hoy

Hoy, pudimos celebrar la Eucaristía, presidida esta vez por el padre Julián.
En su homilía comenzó indicando que el episodio que nos cuenta el evangelio de este Domingo (Mt 11, 2-11) puede resultarnos sorprendente, debido a que el domingo anterior veíamos al Bautista anunciando la cercanía de Jesús, pero ahora nos encontramos con que parece dudar acerca de lo que había predicado y lo pronto que debía suceder. Lo vemos desconcertado. Lo imagina preguntándose “¿estaré equivocado, estaré esperando a la persona errada?”
Nos dijo que lo mismo nos sucede a nosotros con los acontecimientos que nos toca vivir (como la tragedia en la cárcel de San Miguel estos días), como que uno se pregunta “¿qué está pasando, acaso esa venida de Jesús se aplaza hasta nunca jamás?”. Pero, nos advirtió, no es malo dudar, porque Dios nos dio cabeza para usarla. Lo importante es estar abiertos a las respuestas que Él nos da para nuestras interrogantes.
Y la respuesta es no perder el tiempo esperando cruzados de brazos, sino preparando el acontecimiento, actuando. El Señor da señales: “los ciegos ven y los paralíticos caminan; los leprosos son purificados y los sordos oyen; los muertos resucitan y la Buena Noticia es anunciada a los pobres”. Es decir, hay un trabajo silencioso, pero efectivo de Dios en nuestro mundo. Y nosotros debemos ayudar a que esos signos se realicen en el mundo de hoy. Porque no es un acontecimiento “fuera” o “encima” de nosotros, sino dentro nuestro, en la medida que se lo permitamos.
Nos exhortó a que aprovechemos el tiempo presente: “hoy, 12 de diciembre de 2010, debo ayudar a avanzar el Reino de Dios” en nuestro acontecer diario. Que aprendamos a vivir cada momento como el momento de Dios, cada momento como si fuera el primero y el último: el primero, con el entusiasmo de la novedad; el último, con la seriedad de aprovechar lo que queda.
Por último nos dijo que Adviento es esperar que sea hoy siempre la presencia y la llegada del Señor, como preocupación por el otro, que es lo que esperan nuestros hermanos de nosotros.
*****
Al finalizar nuestra celebración, el padre bendijo a los jóvenes de nuestra comunidad que recibieron el sacramento de la Confirmación el sábado 4 recién pasado. Y al mostrarles las cruces que se les entregarían en recuerdo de ese momento, les indicó que el espacio que éstas tienen en su interior, debe ser llenado con sus corazones generosos y les felicitó por querer anunciar al Señor Jesús en estos tiempos en que estas cosas son despreciadas.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Preparemos el Próximo Día del Señor

3er Domingo de Adviento
12 de diciembre de 2010
Ciclo A

Aclamación al Evangelio
Aleluya.  El Espíritu del Señor está sobre mí, él me envió a llevar la buena noticia a los pobres. Aleluya.

Evangelio Mt 11, 2-11
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Juan el Bautista oyó hablar en la cárcel de las obras de Cristo, y mandó a dos de sus discípulos para preguntarle: «¿Eres tú el que ha de venir o debemos esperar a otro?» Jesús les respondió: «Vayan a contar a Juan lo que ustedes oyen y ven: los ciegos ven y los paralíticos caminan; los leprosos son purificados y los sordos oyen; los muertos resucitan y la Buena Noticia es anuncia da a los pobres. ¡Y feliz aquél para quien Yo no sea motivo de tropiezo! » Mientras los enviados de Juan se retiraban, Jesús empezó a hablar de él a la multitud, diciendo: ¿Qué fueron a ver al desierto? ¿Una caña agitada por el viento? ¿Qué fueron a ver? ¿Un hombre vestido con refinamiento? Los que se visten de esa manera viven en los palacios de los reyes. ¿Qué fueron a ver entonces? ¿Un profeta? Les aseguro que sí, y más que un profeta. Él es aquél de quien está escrito: “Yo envío a mi mensajero delante de ti, para prepararte el camino”. Les aseguro que no ha nacido ningún hombre más grande que Juan el Bautista; y sin embargo, el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él».
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

También se proclamarán los siguientes textos:
Primera Lectura Isaías 35, 1-6.10
Salmo 145, 6-10 R. Señor, ven a salvarnos.
Segunda Lectura Santiago 5, 7-10  
(Dibujo: Cerezo Barredo)

domingo, 5 de diciembre de 2010

Perseverar en la fe donada por Dios, escuchando y haciendo vida la Palabra


Hoy, nuestra Liturgia fue presidida por el Ministro José Irigoyen (Pepe).
En su comentario de las lecturas bíblicas, comenzó preguntando ¿por qué comienza nuestro año litúrgico “desfasado” del año civil? Y respondió que es debido a que nuestra Iglesia comienza su año con el Adviento, que es un tiempo de espera del nacimiento de Jesús: un tiempo tan fuerte, pero distinto al de Cuaresma, ya que, como sabemos, Adviento también es una espera, pero alegre.
Nos recordó que el último profeta que anuncia la llegada del Señor es Juan Bautista., quien predica en el desierto, porque desde ahí las palabras resuenan. Y la gente acudía a escucharlo, sin embargo, él aclaraba que el que debía venir, el Salvador, era otro, a quien no merecía siquiera desatar sus sandalias.
Como Juan bautizaba, el ministro aprovechó de recordarnos la catequesis bautismal, poniendo énfasis en que éste es el medio de ingresar a la Iglesia.
A continuación, asoció el bautismo de fuego que anuncia Juan con el del Espíritu Santo, manifestado en la Confirmación, recordando que el día de ayer un gran número de jóvenes de nuestra comunidad recibieron ese sacramento.
Siguió vinculando temas al mencionar que estamos cerrando el Mes de María, diciéndonos que ella es la compañera de Jesús desde antes que él fuera (al engendrarlo en la Anunciación) hasta el momento de la cruz, a cuyos pies se encontraba y en el que el Señor nos la entregó como Madre de todos.
Por último, el Ministro nos exhortó a perseverar en la fe, que es un don de Dios, pero debemos cultivarlo, principalmente escuchando la Palabra de Dios (en las Escrituras) y, lo más importante: haciendo vida esa Palabra.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Preparemos del Próximo Día del Señor

2º Domingo de Adviento
5 de diciembre de 2010
Ciclo A

Aclamación al Evangelio
Aleluya. Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos. Todos los hombres verán la salvación de Dios. Aleluya.

Evangelio Mt 3, 1-12
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
En aquellos días, se presentó Juan el Bautista, proclamando en el desierto de Judea: «Conviértanse, porque el Reino de los Cielos está cerca». A él se refería el profeta Isaías cuando dijo: «Una voz grita en el desierto: “Preparen el camino del Señor, allanen sus senderos”». Juan tenía una túnica de pelos de camello y un cinturón de cuero, y se alimentaba con langostas y miel silvestre. La gente de Jerusalén, de toda la Judea y de toda la región del Jordán iba a su encuentro, y se hacía bautizar por él en las aguas del Jordán, confesando sus pecados. Al ver que muchos fariseos y saduceos se acercaban a recibir su bautismo, Juan les dijo: «Raza de víboras, ¿quién les enseñó a escapar de la ira de Dios que se acerca? Produzcan el fruto de una sincera conversión, y no se contenten con decir: “Tenemos por padre a Abraham”. Porque yo les digo que de estas piedras, Dios puede hacer surgir hijos de Abraham. El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles: el árbol que no produce buen fruto será cortado y arrojado al fuego. Yo los bautizo con agua para que se conviertan; pero Aquél que viene detrás de mí es más poderoso que yo, y yo ni siquiera soy digno de quitarle las sandalias. Él los bautizará en el Espíritu Santo y en el fuego. Tiene en su mano la horquilla y limpiará su era: recogerá su trigo en el granero y quemará la paja en un fuego inextinguible».
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

También se proclamarán los siguientes textos:
Primera Lectura Isaías 11, 1-10
Salmo 71, 1-2.7-8.12-13.17 R. Que en sus días florezca la justicia.
Segunda Lectura Romanos 15, 4-9  
(Dibujo: Cerezo Barredo)