Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

lunes, 23 de abril de 2012

¿Qué tan importante es la Resurrección para tu vida?


23 de abril de 2012
Lunes de la Tercera Semana de Pascua

Lecturas de hoy:
Hechos 6, 8-15 / Salmo Sal 118, 23-24. 26-27. 29-30 Felices los que siguen la ley del Señor.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     6, 22-29
Después de que Jesús alimentó a unos cinco mil hombres, sus discípulos lo vieron caminando sobre el agua. Al día siguiente, la multitud que se había quedado en la otra orilla vio que Jesús no había subido con sus discípulos en la única barca que había allí, sino que ellos habían partido solos.
Mientras tanto, unas barcas de Tiberíades atracaron cerca del lugar donde habían comido el pan, después que el Señor pronunció la acción de gracias. Cuando la multitud se dio cuenta de que Jesús y sus discípulos no estaban allí, subieron a las barcas y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla, le preguntaron: «Maestro, ¿cuándo llegaste?»
Jesús les respondió: «Les aseguro que ustedes me buscan, no porque vieron signos, sino porque han comido pan hasta saciarse. Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna, el que les dará el Hijo del hombre; porque es él a quien Dios, el Padre, marcó con su sello.»
Ellos le preguntaron: «¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?»
Jesús les respondió: «La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
Todos necesitamos ganarnos el pan con el sudor de nuestra frente (cf. Gen 3, 19). No pretende contradecir aquella sentencia el Señor cuando dice “Trabajen, no por el alimento perecedero, sino por el que permanece hasta la Vida eterna”. La idea parece ser más bien establecer prioridades. Y, además, hacer resaltar nuestras motivaciones, en la misma línea de cuando dijo: “No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban. Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que los consuma, ni ladrones que perforen y roben. Allí donde esté tu tesoro, estará también tu corazón” (Mt 6, 19-21).
Eso, viendo cómo la gente lo seguía por todos lados buscando saciarse físicamente y teniendo muy claro que no ocurriría lo mismo para agotar el hambre del espíritu.
¿Te suena conocido? ¿No es así, acaso, también en nuestra vida?
El libro de los Hechos, en la primera lectura, nos presenta el ejemplo del Diácono Esteban, quien teniendo la vista puesta en los bienes imperecederos es capaz de actuar y hablar para que el Reino se hiciera presente, sin permitir que la persecución lo frene. Podría cantar legítimamente con el salmista: “Aunque los poderosos se confabulen contra mí, yo meditaré tus preceptos. Porque tus prescripciones son todo mi deleite, y tus preceptos, mis consejeros. Felices los que siguen la ley del Señor”.
En este periodo que permanecemos celebrando la Pascua del Señor (nuestro tesoro más grande) somos invitados a preguntarnos cuáles son nuestras prioridades, qué importancia tiene la Resurrección en nuestra vida, qué hay en nuestro corazón y dónde lo tenemos puesto.
Instrúyenos, Señor, en el camino de tus leyes, para que meditemos tus maravillas y agradecidos de ellas, queramos ser testigos con palabra y actos de las obras de Dios, que todo lo ha hecho bien y para nuestro bien. Amén.

Paz, Amor y Alegría para tu día y tu vida.
Miguel.

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