Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

sábado, 29 de septiembre de 2012

Para ver a los ángeles de Dios



29 de septiembre de 2012
Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Lecturas de hoy:
Daniel 7, 9-10.13-14 / Salmo 137, 1-5 Te cantaré en presencia de los ángeles, Señor.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     1, 47-51
Al ver llegar a Natanael, Jesús dijo: «Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez.»
«¿De dónde me conoces?», le preguntó Natanael.
Jesús le respondió: «Yo te vi antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera.»
Natanael le respondió: «Maestro, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús continuó: «Porque te dije: "Te vi debajo de la higuera", crees. Verás cosas más grandes todavía.»
Y agregó: «Les aseguro que verán el cielo abierto, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
Los ángeles son mensajeros de Dios. Hoy la Iglesia celebra a los tres que aparecen mencionados en la Biblia.
Miguel significa "¿Quién como Dios? De él se dice que cuando no existía mundo hubo una rebelión de ángeles y él capitaneó a los leales hasta vencer y expulsar a los otros «Y así fue precipitado el enorme Dragón, la antigua Serpiente, llamada Diablo o Satanás, y el seductor del mundo entero fue arrojado sobre la tierra con todos sus ángeles» (Apoc 12,7-9); se volvieron a enfrentar en otro momento (Jd 1,9) y, cuando termine la historia humana,«se alzará Miguel, el gran Príncipe, que está de pie junto a los hijos de tu pueblo […] En aquel tiempo, será liberado tu pueblo» (Dan 12,1).
Gabriel significa: "Dios es mi protector". Él es el gran comunicador de Dios, ya que anuncia al Mesías en el Antiguo Testamento (Dan 9,20-27) y también en el Nuevo: a Zacarías (Lc 1,19) y a María (Lc 1,26).
Rafael significa "Dios sana". Fue enviado para curar la ceguera a Tobit y Sara «a fin de que viera con ellos la luz de Dios» (Tob 3,16-17) y para guiar a Tobías, porque «un ángel bueno lo acompañará, él hará un buen viaje y volverá sano» (Tob 5,4-22).
Nosotros podremos ver a «los ángeles de Dios», cuando estemos atentos a los mensajeros y las intervenciones que el Señor siempre realiza –aunque no de manera demasiado evidente- para liberarnos, para comunicarnos su Palabra y para sanarnos de diversos males. Y, mejor aún, si nosotros mismos nos hacemos ángeles o mensajeros del amor, la fidelidad y la misericordia del Padre de los cielos.

«Te doy gracias, Señor, de todo corazón, te cantaré en presencia de los ángeles. Daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad. Me respondiste cada vez que te invoqué y aumentaste la fuerza de mi alma» (Sal). Permítenos hacer otro tanto con nuestros hermanos. Así sea.
 
Buscando hacerse servidor de todos para ganar la Paz, el Amor y la Alegría del Reino,
Miguel.

viernes, 28 de septiembre de 2012

Atisbando algo de la obra que hace Dios en Jesús



28 de septiembre de 2012
Viernes de la Vigésimo Quinta Semana Durante el Año

Lecturas de hoy:
Eclesiastés 3, 1-11 / Salmo 143, 1-4 Bendito sea el Señor, mi Roca.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     9, 18-22
Un día en que Jesús oraba a solas y sus discípulos estaban con él, les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy yo?»
Ellos le respondieron: «Unos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los antiguos profetas que ha resucitado.»
«Pero ustedes, les preguntó, ¿quién dicen que soy yo?»
Pedro, tomando la palabra, respondió: «Tú eres el Mesías de Dios.»
Y él les ordenó terminantemente que no lo dijeran a nadie.
«El Hijo del hombre, les dijo, debe sufrir mucho, ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, ser condenado a muerte y resucitar al tercer día.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
«Hay un momento para todo y un tiempo para cada cosa bajo el sol» (1L). El Maestro no hace estas preguntas en cualquier momento.
Ha pasado por una serie de situaciones: Jesús sale de su pueblo y  decide integrarse a la comunidad del profeta que atraía a la gente de su tiempo (Lc 3,21); luego, para profundizar en su espiritualidad, se retira al desierto (Lc 4,1-13); a continuación, comienza su ministerio en su tierra (Lc 4,14-15); en las Escrituras encuentra y comunica su “programa”: «El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. Él me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor.» (Lc 4,18-19); de inmediato comienza a experimentar el rechazo (Lc 4,28-29); pero, en otros lugares despierta admiración (Lc 4,36-37); posteriormente, prosiguió curando y predicando (Lc 4,38-44).
Después, sus discípulos y él vivieron variadas experiencias (Lc 5,1-7); lo veían hacer milagros y hacer vida de oración (Lc 5,12-16); sanando y llamando más discípulos, enfrentándose a las autoridades, hasta el momento de formar la comunidad en la que vivirían y compartirían su fe (Lc 6,12-16), donde son testigos privilegiados del arrastre popular que Él tenía (Lc 6,17-19), y del desarrollo de la imagen de Dios y su Reino en su enseñanza, que se manifiesta en su compasión activa aliviando los dolores de los demás. Hasta llegar a dos momentos cúlmines: los envía a replicar palabras y acciones que le habían visto, para en la siguiente ocasión, realizar el gran signo de la multiplicación de los panes.
Ya era tiempo, entonces, de recapitular, para despejar dudas y malentendidos, para dar luz sobre sí mismo y su auténtica misión.
Y, como los grandes Maestros, su lección empezará con preguntas para saber desde dónde arrancan sus percepciones. Luego, de a poco, irá abriendo sus mentes al misterio total de la Encarnación del Hijo de Dios por amor. Lo que les costará –y aún nos cuesta- mucho comprender, porque «El hizo todas las cosas apropiadas a su tiempo, pero también puso en el corazón del hombre el sentido del tiempo pasado y futuro, sin que el hombre pueda descubrir la obra que hace Dios desde el principio hasta el fin» (1L).

«Señor, ¿qué es el hombre para que tú lo cuides, y el ser humano, para que pienses en él?» (Sal): Nada frente a tu grandeza; todo para tu amor. Gracias, Señor.

Buscando hacerse servidor de todos para ganar la Paz, el Amor y la Alegría del Reino,
Miguel.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Llamados a tolerarnos y apoyarnos mutuamente por amor



PREPAREMOS EL PRÓXIMO DÍA DEL SEÑOR
30 de septiembre de 2012
Vigésimo Sexto Domingo Durante el Año

Lecturas de hoy:
Números 11, 16-17.24-29 / Salmo 18, 8. 10. 12-14 Los preceptos del Señor alegran el corazón / Santiago 5, 1-6

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos     9, 38-43. 45. 47-48
    Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros».
    Pero Jesús les dijo: «No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros.
    Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo.
    Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar.
    Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos al infierno, al fuego inextinguible. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies al infierno.
    Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».
Palabra del Señor.

MEDITACION
«¡Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor, porque él les infunde su espíritu!» (1L) clama Moisés. Actitud diametralmente opuesta a la de los discípulos del Maestro: prohibir hacer el bien, «porque no es de los nuestros», como si no creyeran en que «el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al simple» (Sal), por lo que actúan como quien “amontona riquezas” con avaricia (2L). Pero el Espíritu sopla donde quiere (Jn 3,8), así que no serán ellos quienes decidirán quién es de Dios o no, porque Su gracia y Sus dones son gratuitos (cf 1 Co 12,4) y totalmente inmerecidos para cualquiera, tanto que ellos mismos (pescadores, artesanos o publicanos pueblerinos) son la prueba de ésto.
Lamentable y paradójicamente, también en las distintas confesiones religiosas se desarrollan en su totalidad, o en miembros de ella, la terrible enfermedad del sectarismo, manifestada en intolerancia hacia todo aquel o aquella que piensa o actúa diferente a lo que algunos “iluminados” deciden que es lo correcto. En el extremo más monstruoso están las “guerras religiosas” y los casos de amenazas de muerte contra una persona o su familia para convertirla a una religión o, por el contrario, evitar una conversión. Sin embargo, son manifestaciones de esto igualmente el desprecio, el hostigamiento y la exclusión entre Iglesias, aunque sean todas cristianas, y, como si fuera poco, también entre carismas dentro de nuestra misma Iglesia, haciendo énfasis en lo que divide en vez de profundizar lo que une.
Todo eso provoca que no se cumple lo que oró el Señor: que todos «sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste» (Jn 17,21), porque provoca escándalo en los «pequeños que tienen fe» o los de fe más simple. La sentencia contra esto, ya la vimos, es terrible.
Es esperanzador, entonces y a propósito, conocer las declaraciones del nuevo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (la encargada de velar por la correcta doctrina y la moral y el cargo que desempeñaba el Cardenal Ratzinger, antes de ser Benedicto XVI) Gerhard Ludwig Müller: “En muchos países, la polarización es fuerte, los contrastes entre los llamados tradiconalistas y los llamados progresistas. Debemos superar esta oposición, debemos encontrar una nueva unidad de fondo en la Iglesia (…) nuestra unidad es un don. Nosotros creemos en la Iglesia, que es “una” y está unida en Cristo. Y si se cree verdaderamente en Cristo, sin usar el Magisterio de la Iglesia al subrayar solo algunos puntos a favor de la propia ideología, sino confiándonos incondicionalmente a Cristo, la unidad de la Iglesia no se rompe por celos o ambiciones. Este es uno de mis objetivos: reducir las tensiones dentro de la Iglesia”. El Señor sea su auxilio para lograr este fin.
Corresponde, entonces, que los discípulos del Maestro nos soportemos «mutuamente por amor» (Ef 4,2). Soportar en el sentido de tolerar, pero también en el de ser soporte, sustento, apoyo, del otro, porque, como continúa desarrollando la idea Pablo: «Él comunicó a unos el don de ser apóstoles, a otros profetas, a otros predicadores del Evangelio, a otros pastores o maestros. Así organizó a los santos para la obra del ministerio, en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo» (Ef 4,11-12). Esto, durante nuestro paso imperfecto por la Tierra. Pero todo será diferente en el día de la Manifestación definitiva del Reino, en «que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto y a la madurez que corresponde a la plenitud de Cristo» (Ef 4,13).

Somos imperfectos, Señor, «pero ¿quién advierte sus propios errores? Purifícame de las faltas ocultas. Presérvame, además, del orgullo, para que no me domine» (Sal). Confiamos en que nos infundirás tu espíritu liberador y sanador para lograr vivir esto, según tu voluntad.

Trabajando para lograr la unidad que consiga que el mundo crea en Su Paz, Amor y Alegría,
Miguel.

Esforcémonos por hacer que el mensaje y los mensajeros realicen la tarea que nuestro Padre espera



27 de septiembre de 2012
Jueves de la Vigésimo Quinta Semana Durante el Año

Lecturas de hoy:
Eclesiastés 1, 2-11 / Salmo 89, 3-6. 12-14. 17 Señor, tú has sido nuestro refugio a lo largo de las generaciones

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     9, 7-9
El tetrarca Herodes se enteró de todo lo que pasaba, y estaba muy desconcertado porque algunos decían: «Es Juan, que ha resucitado.» Otros decían: «Es Elías, que se ha aparecido», y otros: «Es uno de los antiguos profetas que ha resucitado.»
Pero Herodes decía: «A Juan lo hice decapitar. Entonces, ¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?» Y trataba de verlo.
Palabra del Señor.

MEDITACION

«¡No hay nada nuevo bajo el sol!» (1L). Desde siempre se “elimina” de diferentes formas a los mensajeros que Dios nos envía una y otra vez.
«Herodes decía: “A Juan lo hice decapitar“». Nosotros decimos: “este/a tiene ‘tejado de vidrio’, ¿qué me va a decir a mí?”; o “este/a es un/a fanático/a: sólo habla de eso”; o “sí, suena bonito todo eso, pero en la vida real no se puede hacer de esa manera”. Así, pretendemos bloquear el contenido, anulando a su portador. Pero, de alguna manera, por el poder que tiene esta Palabra, igual logra filtrarse, provocando inquietud: «¿quién es este del que oigo decir semejantes cosas?».
Esforcémonos por hacer que el mensaje y los mensajeros realicen la tarea que nuestro Padre espera, por nuestro propio bien.

«Enséñanos a calcular nuestros años, para que nuestro corazón alcance la sabiduría» (Sal) y pueda descubrir los diferentes esfuerzos de comunicación que despliegas hacia nosotros, Señor.



Buscando hacerse servidor de todos para ganar la Paz, el Amor y la Alegría del Reino,
Miguel.

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Basar la confianza no en las propias capacidades, sino en quien nos envía



26 de septiembre de 2012
Miércoles de la Vigésimo Quinta Semana Durante el Año

Lecturas de hoy:
Proverbios 30, 5-9 / Salmo 118, 29. 72. 89. 101. 104. 163 Señor, tu palabra es una lámpara para mis pasos.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     9, 1-6
Jesús convocó a los Doce y les dio poder y autoridad para expulsar a toda clase de demonios y para curar las enfermedades. Y los envió a proclamar el Reino de Dios y a sanar a los enfermos, diciéndoles: «No lleven nada para el camino, ni bastón, ni alforja, ni pan, ni dinero, ni tampoco dos túnicas cada uno. Permanezcan en la casa donde se alojen, hasta el momento de partir. Si no los reciben, al salir de esa ciudad sacudan hasta el polvo de sus pies, en testimonio contra ellos.»
Fueron entonces de pueblo en pueblo, anunciando la Buena Noticia y curando enfermos en todas partes.
Palabra del Señor.

MEDITACION
El reciente Domingo el Señor instaba a ser los primeros, siendo los últimos y servidores de todos.
Este día le da la misión a su equipo de llevar a la práctica esa Palabra, agregándole un nuevo desafío: basar la confianza no en las propias capacidades (cf 1 Co 1,26-29), sino en quien los (nos) envía. Ni en el dinero, porque «vale más la ley de tus labios que todo el oro y la plata» (Sal); ni en la sabiduría propia, tomando en cuenta la advertencia: «no añadas nada a sus palabras, no sea que te reprenda y seas tenido por mentiroso» (1L).
Y todo esto para que llegue a más gente la proclamación activa y efectiva del Reino de fraternidad y solidaridad humanas que quiere Dios de sus hijos, ejemplificado en la curación de las dolencias que esclavizan y restan calidad de vida.
Toda una prueba, para aquilatar cuánto se habían impregnado de sus enseñanzas.

Permite, Señor, que hagamos nuestra la palabra del Salmo: «no me des ni pobreza ni riqueza, dame la ración necesaria» de medios materiales, de sabiduría humana, de capacidades y carismas, para poder llevar a cabo la misión que nos encomiendas, sin vanagloriarnos por los posibles logros ni decaer por los aparentes fracasos, para dejar en tus manos toda la obra y nosotros aportar lo que podamos en ella. Amén.

Buscando hacerse servidor de todos para ganar la Paz, el Amor y la Alegría del Reino,
Miguel.

martes, 25 de septiembre de 2012

En el Reino no se ganan títulos por parentezcos o relaciones



25 de septiembre de 2012
Martes de la Vigésimo Quinta Semana Durante el Año

Lecturas de hoy:
Proverbios 21, 1-6. 10-13 / Salmo 118, 1. 27. 30. 34. 35. 44 Condúceme, Señor, por la senda de tus mandamientos.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     8, 19-21
Su madre y sus hermanos fueron a verlo, pero no pudieron acercarse a causa de la multitud. Entonces le anunciaron a Jesús: «Tu madre y tus hermanos están ahí afuera y quieren verte.»
Pero él les respondió: «Mi madre y mis hermanos son los que escuchan la Palabra de Dios y la practican.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
Tal como meditábamos ayer, Jesús prefiere, antes que actuar como cualquiera lo haría, es decir, atender a su familia que lo visita, decir una palabra que sacuda concepciones y entregue una enseñanza. (Lo que no excluye que después, como buen hijo y persona educada, haya sido hospitalario con sus visitas).
Como «al hombre le parece que todo su camino es recto, pero el Señor pesa los corazones» (1L), entonces, enseña que en el Reino no se ganan títulos por parentezcos o relaciones, sino por acoger con el oído y la acción «la Palabra de Dios», con la actitid del que siente «condúceme por la senda de tus mandamientos, porque en ella tengo puesta mi alegría» (Sal).
Pidamos humildemente: «instrúyeme, para que observe tu ley y la cumpla de todo corazón» (Sal), y así saber ¿qué mandamientos, qué Palabra nos hace “madre” y “hermanos” tuyos, Señor?
Escucharemos que «practicar la justicia y el derecho agrada al Señor más que los sacrificios», porque «el que cierra los oídos al clamor del débil llamará y no se le responderá» (1L).

Otórganos, si es tu voluntad, Señor, estar entre los «felices […] que van por un camino intachable; los que siguen la ley del Señor» (Sal), hermanos tuyos, hijos del Padre de los Cielos e inundados por el fuego del Espíritu Santo. Amén.

Buscando hacerse servidor de todos para ganar la Paz, el Amor y la Alegría del Reino,
Miguel.

lunes, 24 de septiembre de 2012

El que tiene mucha rectitud y justicia recibirá más



24 de septiembre de 2012
Lunes de la Vigésimo Quinta Semana Durante el Año

Lecturas de hoy:
Proverbios 3, 27-34 / Salmo 14, 2-5 Señor, el justo habitará en tu santa montaña.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     8, 16-18
Jesús dijo a la gente:
«No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.
Presten atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree tener.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
Un recurso didáctico que solía usar el Maestro era el uso de imágenes y frases provocativas. Así rompía la monotonía, haciendo revisar con más cuidado el mensaje que transmitía.
Ejemplo de esto son frases como: «No piensen que he venido a traer la paz sobre la tierra. No vine a traer la paz, sino la espada» (Mt 10,34), que aisladamente puede sonar hasta escándalosa. Pero en su contexto, habla de la clara conciencia que tenía de convertirse en signo de contradicción para los de su tiempo y la posterioridad.
Lo mismo sucede, en nuestro texto, teniendo presente que el Padre Dios tiene una opción preferente por los pobres, con palabras tan fuertes como «No robes al débil porque es débil, ni atropelles al pobre en la puerta de la ciudad, porque el Señor defenderá su causa, y a los que lo despojan, los despojará de la vida» (Prov 22,22-23) y también todo el mensaje y la práctica de Jesús (cf Lc 21,1-4) en que al que no tiene, al pobre, vacío de todo, se le ofrece la plenitud del reino (Lc 6,20); por el contrario, al que confía en su riqueza se le dice que lo perderá todo (Lc 12,16-21).
Pues bien, ahora se proclama algo totalmente contrario: «Al que tiene se le dará, al que no tiene se le quitará hasta lo que cree tener». ¿Cómo entender esta paradoja?.
En este caso “el que tiene", es el que recibiendo confiada y generosamente la inspiración y el mensaje del Señor, «procede rectamente y practica la justicia […] dice la verdad de corazón y no calumnia con su lengua. [es] El que no hace mal a su prójimo» (Sal) y, por eso, "recibirá más" (recibirá la plenitud del reino), porque Dios «bendice la morada de los justos» (1L); por el contrario, "aquél que no tiene" (no ha permitido que la gracia penetre su alma), perderá aun aquello que parecía poseer, fracasando totalmente, «porque el hombre perverso es abominable para el Señor» (1L).
La experiencia lo demuestra: los dones que no se hacen fructificar se pierden, tal como se atrofian los músculos que no se usan, o como se apaga poco a poco la fe que no se lleva a la práctica...

Haznos lámpara que ilumine generosa y limpiamente todo nuestro alrededor, Señor, permitiendo que no quede nada secreto que no sea divulgado, porque, como tú dijiste, la verdad nos hace libres. Así sea.

Buscando hacerse servidor de todos para ganar la Paz, el Amor y la Alegría del Reino,
Miguel.

sábado, 22 de septiembre de 2012

Para que la buena y poderosa semilla dé abundantes frutos de la mejor calidad



22 de septiembre de 2012
Sábado de la Vigésimo Cuarta Semana Durante el Año

Lecturas de hoy:
Corintios 15, 35-37. 42-49 / Salmo 55, 10-14 Caminaré delante de Dios en la luz de la vida.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     8, 4-15
Como se reunía una gran multitud y acudía a Jesús gente de todas las ciudades, él les dijo, valiéndose de una parábola: «El sembrador salió a sembrar su semilla. Al sembrar, una parte de la semilla cayó al borde del camino, donde fue pisoteada y se la comieron los pájaros del cielo. Otra parte cayó sobre las piedras y, al brotar, se secó por falta de humedad. Otra cayó entre las espinas, y estas, brotando al mismo tiempo, la ahogaron. Otra parte cayó en tierra fértil, brotó y produjo fruto al ciento por uno.»
Y una vez que dijo esto, exclamó: «¡El que tenga oídos para oír, que oiga!»
Sus discípulos le preguntaron qué significaba esta parábola, y Jesús les dijo: «A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de Dios; a los demás, en cambio, se les habla en parábolas, para que miren sin ver y oigan sin comprender.
La parábola quiere decir esto: La semilla es la Palabra de Dios. Los que están al borde del camino son los que escuchan, pero luego viene el demonio y arrebata la Palabra de sus corazones, para que no crean y se salven.
Los que están sobre las piedras son los que reciben la Palabra con alegría, apenas la oyen; pero no tienen raíces: creen por un tiempo, y en el momento de la tentación se vuelven atrás.
Lo que cayó entre espinas son los que escuchan, pero con las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida, se van dejando ahogar poco a poco, y no llegan a madurar. Lo que cayó en tierra fértil son los que escuchan la Palabra con un corazón bien dispuesto, la retienen, y dan fruto gracias a su constancia.
Palabra del Señor.

MEDITACION
El último Domingo el Señor enseñaba que el camino hacia el Reino pasa por el dolor. Hoy podemos cerrar el arco meditando en los frutos de asumir la cruz.
«El sembrador salió a sembrar su semilla». Sin embargo, lo que siembra no llega a tener vida, si antes no muere (1L); sólo «si muere, da mucho fruto» (Jn 3,24). Porque «el que quiera salvar su vida, la perderá» (Mt 16,25). ¿De qué manera?: por su actitud superficial, el demonio «arrebata la Palabra de sus corazones»; o «en el momento de la tentación se vuelven atrás»; o permiten que «las preocupaciones, las riquezas y los placeres de la vida» ahoguen la voz de Dios en su interior.
En cambio, quienes «escuchan la Palabra con un corazón bien dispuesto», pueden esperar que esa buena y poderosa semilla dé abundantes frutos de la mejor calidad. Gracias a Dios (cf 1 Co 15,10), «porque tú libraste mi vida de la muerte y mis pies de la caída, para que camine delante de Dios en la luz de la vida» (Sal).

No te canses nunca de sembrar tu Palabra en nuestros corazones, Señor. Y permite que demos el fruto que esperas de nosotros, para el bien de nuestros hermanos, a quienes tanto amas. Amén.

Poniendo la fe en el Mesías que debe pasar por la cruz para llevarnos a la Paz, el Amor y la Alegría  del Reino,
Miguel.