Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

jueves, 27 de septiembre de 2012

Llamados a tolerarnos y apoyarnos mutuamente por amor



PREPAREMOS EL PRÓXIMO DÍA DEL SEÑOR
30 de septiembre de 2012
Vigésimo Sexto Domingo Durante el Año

Lecturas de hoy:
Números 11, 16-17.24-29 / Salmo 18, 8. 10. 12-14 Los preceptos del Señor alegran el corazón / Santiago 5, 1-6

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos     9, 38-43. 45. 47-48
    Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros».
    Pero Jesús les dijo: «No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros.
    Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo.
    Si alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar.
    Si tu mano es para ti ocasión de pecado, córtala, porque más te vale entrar en la Vida manco, que ir con tus dos manos al infierno, al fuego inextinguible. Y si tu pie es para ti ocasión de pecado, córtalo, porque más te vale entrar lisiado en la Vida, que ser arrojado con tus dos pies al infierno.
    Y si tu ojo es para ti ocasión de pecado, arráncalo, porque más te vale entrar con un solo ojo en el Reino de Dios, que ser arrojado con tus dos ojos al infierno, donde el gusano no muere y el fuego no se apaga».
Palabra del Señor.

MEDITACION
«¡Ojalá todos fueran profetas en el pueblo del Señor, porque él les infunde su espíritu!» (1L) clama Moisés. Actitud diametralmente opuesta a la de los discípulos del Maestro: prohibir hacer el bien, «porque no es de los nuestros», como si no creyeran en que «el testimonio del Señor es verdadero, da sabiduría al simple» (Sal), por lo que actúan como quien “amontona riquezas” con avaricia (2L). Pero el Espíritu sopla donde quiere (Jn 3,8), así que no serán ellos quienes decidirán quién es de Dios o no, porque Su gracia y Sus dones son gratuitos (cf 1 Co 12,4) y totalmente inmerecidos para cualquiera, tanto que ellos mismos (pescadores, artesanos o publicanos pueblerinos) son la prueba de ésto.
Lamentable y paradójicamente, también en las distintas confesiones religiosas se desarrollan en su totalidad, o en miembros de ella, la terrible enfermedad del sectarismo, manifestada en intolerancia hacia todo aquel o aquella que piensa o actúa diferente a lo que algunos “iluminados” deciden que es lo correcto. En el extremo más monstruoso están las “guerras religiosas” y los casos de amenazas de muerte contra una persona o su familia para convertirla a una religión o, por el contrario, evitar una conversión. Sin embargo, son manifestaciones de esto igualmente el desprecio, el hostigamiento y la exclusión entre Iglesias, aunque sean todas cristianas, y, como si fuera poco, también entre carismas dentro de nuestra misma Iglesia, haciendo énfasis en lo que divide en vez de profundizar lo que une.
Todo eso provoca que no se cumple lo que oró el Señor: que todos «sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste» (Jn 17,21), porque provoca escándalo en los «pequeños que tienen fe» o los de fe más simple. La sentencia contra esto, ya la vimos, es terrible.
Es esperanzador, entonces y a propósito, conocer las declaraciones del nuevo prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe (la encargada de velar por la correcta doctrina y la moral y el cargo que desempeñaba el Cardenal Ratzinger, antes de ser Benedicto XVI) Gerhard Ludwig Müller: “En muchos países, la polarización es fuerte, los contrastes entre los llamados tradiconalistas y los llamados progresistas. Debemos superar esta oposición, debemos encontrar una nueva unidad de fondo en la Iglesia (…) nuestra unidad es un don. Nosotros creemos en la Iglesia, que es “una” y está unida en Cristo. Y si se cree verdaderamente en Cristo, sin usar el Magisterio de la Iglesia al subrayar solo algunos puntos a favor de la propia ideología, sino confiándonos incondicionalmente a Cristo, la unidad de la Iglesia no se rompe por celos o ambiciones. Este es uno de mis objetivos: reducir las tensiones dentro de la Iglesia”. El Señor sea su auxilio para lograr este fin.
Corresponde, entonces, que los discípulos del Maestro nos soportemos «mutuamente por amor» (Ef 4,2). Soportar en el sentido de tolerar, pero también en el de ser soporte, sustento, apoyo, del otro, porque, como continúa desarrollando la idea Pablo: «Él comunicó a unos el don de ser apóstoles, a otros profetas, a otros predicadores del Evangelio, a otros pastores o maestros. Así organizó a los santos para la obra del ministerio, en orden a la edificación del Cuerpo de Cristo» (Ef 4,11-12). Esto, durante nuestro paso imperfecto por la Tierra. Pero todo será diferente en el día de la Manifestación definitiva del Reino, en «que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, al estado de hombre perfecto y a la madurez que corresponde a la plenitud de Cristo» (Ef 4,13).

Somos imperfectos, Señor, «pero ¿quién advierte sus propios errores? Purifícame de las faltas ocultas. Presérvame, además, del orgullo, para que no me domine» (Sal). Confiamos en que nos infundirás tu espíritu liberador y sanador para lograr vivir esto, según tu voluntad.

Trabajando para lograr la unidad que consiga que el mundo crea en Su Paz, Amor y Alegría,
Miguel.

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