Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

domingo, 31 de julio de 2011

Aprendiendo a ser compasivos como el Señor


La celebración de la Eucaristía del 18° Domingo durante el año, la presidió el padre Hernán.
Comenzó su homilía indicando que en el centro de los textos proclamados se encuentra la compasión de Jesús, para que nosotros nos compadezcamos de los demás.
Nos explicó que en la primera lectura (Isaías 55,1-3), Isaías anima a su pueblo en el exilio, casi prometiéndoles un paraíso, enseñando que la Palabra de Dios es una necesidad fundamental de la vida, más que el alimento o la bebida.
Mientras que en la segunda lectura (Romanos 8,35.37-39) Pablo enseña que el motor para mejorar la vida es el amor de Dios, de quien ninguna angustia o persecución podrá separarnos.
Y ya en el Evangelio (Mateo 14,13-21), los apóstoles quieren que la gente se vaya a solucionar su problema material, pero Jesús tiene “otra economía”: la de dar y darse. Y alcanzó y sobró el pan. Jesús espera que ejercitemos la compasión por los que nos necesitan.
Aprovechó de informarnos del caso del párroco de la Parroquia vecina Santa Clara, quien se suicidó y nos invitó a recordar que el juicio sólo le pertenece a Dios, por lo que debiésemos orar por él, por su familia y su comunidad.
Y nos dijo que el padre Rodrigo Allendes (ese era su nombre) tenía un comedor para los necesitados de su sector. Había ahí una preocupación concreta.
A continuación habló de dos actividades solidarias de nuestra Parroquia: el “Carrete con Cristo” y la repartición de mercadería que mensualmente traemos a las distintas celebraciones. Todos son signos de la compasión por el necesitado.
Dio una cifra: ¾ partes de la humanidad tienen $ 500 al día para alimentarse, lo que calificó como un pecado del que el Señor nos va a pedir cuentas, por lo que instó a que, pese a la impotencia, mantengamos la compasión. Así que nos exhortó a pedir al Señor que nos dé fuerza y coraje para seguir compartiendo y compadeciéndonos de nuestros hermanos, para que cuando nos pregunte “¿qué hiciste por tu hermano?”, podamos reponder con confianza: “aquí estoy”.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

jueves, 28 de julio de 2011

Preparemos el Próximo Día del Señor

18° Domingo Durante el Año
31 de julio de 2011
Ciclo A

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO

Aleluya. El hombre no vive solamente de pan,
sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Aleluya.

Evangelio Mt 14, 13-21
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Al enterarse de eso, Jesús se alejó en una barca a un lugar desierto para estar a solas. Apenas lo supo la gente, dejó las ciudades y lo siguió a pie. Cuando desembarcó, Jesús vio una gran muchedumbre y, compadeciéndose de ella, sanó a los enfermos. Al atardecer, los discípulos se acercaron y le dijeron: «Este es un lugar desierto y ya se hace tarde; despide a la multitud para que vaya a las ciudades a comprarse alimentos». Pero Jesús les dijo: «No es necesario que se vayan, denles de comer ustedes mismos». Ellos respondieron: «Aquí no tenemos más que cinco panes y dos pescados». «Tráiganmelos aquí», les dijo. Y después de ordenar a la multitud que se sentara sobre el pasto, tomó los cinco panes y los dos pescados, y levantando los ojos al cielo, pronunció la bendición, partió los panes, los dio a sus discípulos, y ellos los distribuyeron entre la multitud. Todos comieron hasta saciarse y con los pedazos que sobraron se llenaron doce canastas. Los que comieron fueron unos cinco mil hombres, sin contar las mujeres y los niños.
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

También se proclamarán los siguientes textos:
Primera Lectura Isaías 55, 1-3
Salmo 144, 8-9. 15-16. 17-18 R. Abres tu mano, Señor, y nos colmas de tus bienes.
Segunda Lectura Romanos 8, 35. 37-39
(Dibujo: Cerezo Barredo)

domingo, 24 de julio de 2011

Si hemos encontrado el tesoro, que se note

Celebramos el 17° Domingo durante el año con una liturgia presidida por el ministro Miguel.
Al momento del comentario de los textos litúrgicos, nos preguntó qué nos decían éstos y las dos personas que compartieron apuntaron a lo rescatado de la primera lectura (I Reyes 3, 5.7-12), en lo refeerido a la necesidad de sabiduría para discernir todos los proyectos de la vida, lo que, como Salomón, se le debe pedir a Dios.
Luego el ministro nos dijo que pensaba en la poca cantidad de gente que asiste al culto y las “buenas razones” que hay para eso: frío, cansancio, querer pasar más tiempo con la familia. Entonces, se preguntó, ¿qué hacíamos allí los que, pese a los mismos motivos, estábamos presentes? Y su respuesta fue que hemos encontrado el tesoro escondido del que habla el Evangelio (Mateo 13,44-52), el que no es otro –nos recordó- que el mismo Jesús, manifestado en su Palabra, en la sagrada Comunión y en la celebración comunitaria.
Para reforzar esto hizo un breve repaso por las distintas lecturas de hoy, reafirmando la necesidad de pedirle sabiduría al Señor para elegir lo mejor; que esa sabiduría estaba en su Palabra, como reafirma el Salmo (Salmo 119(118),57.72.76-77.127-128.129-130), más valiosa “que el oro y la plata”; que hemos sido predestinados “a reproducir la imagen de su Hijo” con nuestras acciones, como enseña la segunda lectura (Romanos 8,28-30).
Pero, luego nos recordó que el Señor es exigente, por lo que esperaba que compartir ese tesoro con otros los atraiga hacia el Señor también y además que lo importante que es el reino en nuestra vida se note todos los días de la semana y en todo ámbito en que nos desenvolvamos.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

jueves, 21 de julio de 2011

Preparemos el Próximo Día del Señor

17° Domingo Durante el Año
24 de julio de 2011
Ciclo A

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO

Aleluya. Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños. Aleluya.

Evangelio Mt 13, 44-52
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús dijo a la multitud: «El Reino de los Cielos se parece a un tesoro escondido en un campo; un hombre lo encuentra, lo vuelve a esconder, y lleno de alegría, vende todo lo que posee y compra el campo. El Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía y la compró. El Reino de los Cielos se parece también a una red que se echa al mar y recoge toda clase de peces. Cuando está llena, los pescadores la sacan a la orilla y, sentándose, recogen lo bueno en canastas y tiran lo que no sirve. Así sucederá al fin del mundo: vendrán los ángeles y separarán a los malos de entre los justos, para arrojarlos en el horno ardiente. Allí habrá llanto y rechinar de dientes. «¿Comprendieron todo esto?» «Sí», le respondieron. Entonces agregó: «Todo escriba convertido en discípulo del Reino de los Cielos se parece a un dueño de casa que saca de sus reservas lo nuevo y lo viejo».
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

También se proclamarán los siguientes textos:
Primera Lectura I Reyes 3, 5-6a. 7-12
Salmo 118, 57. 72. 76-77. 127-130 (R.: 97a)   R. ¡Cuánto amo tu ley, Señor!
Segunda Lectura Romanos 8, 28-30
(Dibujo: Cerezo Barredo)

domingo, 17 de julio de 2011

Proyectar el Evangelio, ajustando nuestra vida a su palabra

El Domingo 16° del Tiempo común celebramos la Eucaristía, presidida por el padre Hernán, quien en su homilía nos recordó que Jesús hablaba en parábolas, porque él era cercano a la gente común, que así entendía de qué hablaba, al contrario de las teorías de los maestros de su tiempo.
Nos contó que el libro de la Sabiduría, (primera lectura: Sabiduría 12, 13.16-19) le habla a pueblos en discordia y guerras ante los que se muestra la paciencia de Dios y nos invita a hacer lo mismo.
Por otro lado, en la segunda lectura (Romanos 8, 26-27) Pablo invita a invocar la fuerza del Espíritu Santo para ser fieles a Jesús.
En lo que respecta al Evangelio (Mateo 13, 24-43), nos señaló que en los tiempos de Jesús, como en los nuestros, la gente tendía a calificar a unos de “buenos” y otros de “malos”, pero el Señor sabe que Dios está en todas partes y llama a buenos y malos. Entonces, reflexionó que el mal evidentemente está en medio de nosotros, pero nosotros debemos esperar que sea Dios quien juzgue al final de los tiempos, no nosotros a cada rato.
Pero eso no debe entenderse como una invitación a la irresponsabilidad o a la impunidad. Ocurre que con los avances de la medicina, nos parece demasiada lejana la vida eterna. Antes las iglesias se llenaban, pero no hay que desanimarse, porque poca levadura penetra toda la masa. Es necesario ser más humildes, tener menos influencia, pero ser más profundamente cristianos. Podemos hacer nuestra siembra, pero el Señor da el crecimiento y juzgará en el momento debido.
Nuestra responsabilidad es “contagiar” la vida de Jesús y proyectar el Evangelio haciendo el bien, ajustando nuestra vida a su palabra.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

jueves, 14 de julio de 2011

Preparemos el Próximo Día del Señor

16° Domingo Durante el Año
17 de julio de 2011
Ciclo A

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO

Aleluya. Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra,
porque revelaste los misterios del Reino a los pequeños. Aleluya.

Evangelio Mt 13, 24-30
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Jesús propuso a la gente otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero mientras todos dormían vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo y se fue. Cuando creció el trigo y aparecieron las espigas, también apareció la cizaña. Los peones fueron a ver entonces al propietario y le dijeron: "Señor, ¿no habías sembrado buena semilla en tu campo? ¿Cómo es que ahora hay cizaña en él?" Él les respondió: "Esto lo ha hecho algún enemigo". Los peones replicaron: "¿Quieres que vayamos a arrancarla?". "No, les dijo el dueño, porque al arrancar la cizaña, corren el peligro de arrancar también el trigo. Dejen que crezcan juntos hasta la cosecha, y entonces diré a los cosechadores: Arranquen primero la cizaña y átenla en manojos para quemarla, y luego recojan el trigo en mi granero"». También les propuso otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un grano de mostaza que un hombre sembró en su campo. En realidad, esta es la más pequeña de las semillas, pero cuando crece es la más grande de las hortalizas y se convierte en un arbusto, de tal manera que los pájaros del cielo van a cobijarse en sus ramas». Después les dijo esta otra parábola: «El Reino de los Cielos se parece a un poco de levadura que una mujer mezcla con gran cantidad de harina, hasta que fermenta toda la masa.» Todo esto lo decía Jesús a la muchedumbre por medio de parábolas, y no les hablaba sin parábolas, para que se cumpliera lo anunciado por el Profeta: «Hablaré en parábolas anunciaré cosas que estaban ocultas desde la creación del mundo». Entonces, dejando a la multitud, Jesús regresó a la casa; sus discípulos se acercaron y le dijeron: «Explícanos la parábola de la cizaña en el campo». Él les respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los que pertenecen al Reino; la cizaña son los que pertenecen al Maligno, y el enemigo que la siembra es el demonio; la cosecha es el fin del mundo y los cosechadores son los ángeles. Así como se arranca la cizaña y se la quema en el fuego, de la misma manera sucederá al fin del mundo. El Hijo del hombre enviará a sus ángeles, y estos quitarán de su Reino todos los escándalos y a los que hicieron el mal, y los arrojarán en el horno ardiente: allí habrá llanto y rechinar de dientes. Entonces los justos resplandecerán como el sol en el Reino de su Padre. ¡El que tenga oídos, que oiga!»
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.

También se proclamarán los siguientes textos:
Primera Lectura Sabiduría 12, 13. 16-19
Salmo 85, 5-6. 9-10. 15-16a (R.: 5a)  Tú, Señor, eres bueno e indulgente.
Segunda Lectura Romanos 8, 26-27
(Dibujo: Cerezo Barredo)

domingo, 10 de julio de 2011

Para que tengamos una buena cosecha en nuestra vida.


En este Domingo 15° del Tiempo común la liturgia en nuestra capilla fue presidida por el ministro José.
Al comentar el Evangelio (Mateo 13, 1-9) planteó que Jesús enseña por medio de parábolas (o ejemplos, o metáforas) al uso oriental, para acercar la enseñanza a los de que lo escuchaban y a nosotros.
Jesús es el sembrador y su Palabra es la semilla. Por eso indicó que en la Biblia podemos encontrar respuesta a todas nuestras inquietudes y es necesario que tengamos una en nuestros hogares.
Posteriormente, fue analizando los diferentes terrenos en que cae la semilla de la parábola.
Nos dijo que los “pájaros” que se la comen son las tentaciones, el consumismo, los malos pensamientos, la envidia, el mal genio… Es decir, Jesús se refiere a lo cotidiano, no habla de vidas de santos, sino de nuestra vida de cada día.
Siguió por el “terreno pedregoso”, al que identificó con la “cabeza dura” de los que prefieren seguir como están, como diciendo: “Jesús es para la Misa y nada más”, cuando en realidad venimos los domingo a recibir la semilla de la Palabra. Los de “terreno pedregoso” tienen el corazón tan apretado que la semilla, en vez de ser sembrada “rebota”.
Continuó asimilando las “espinas” a las actitudes o pensamientos que alejan de una buena vida, que es todo lo que ahoga la semilla.
Por último expresó que Jesús nos pide ser tierra fértil, para lo que debemos apartar las piedras y todo lo malo, como ocurre en nuestros campos y así la semilla dé buenos frutos, aclarando que sólo Dios sabe cuánto rendirá nuestro terreno y valorará el esfuerzo que hagamos.
Después nos recordó que todos somos también sembradores, tratando que el mundo sea un poco mejor: el mundo que nos rodea, el primer prójimo que se encuentra en nuestra propia familia, porque, como se dice, “la caridad empieza por casa”.
Concluyó reflexionando en que hoy venimos a que Jesús siembre en nuestros corazones y tengamos una buena cosecha durante la semana, durante el año y toda la vida.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

jueves, 7 de julio de 2011

Preparemos el Próximo Día del Señor

15° Domingo Durante el Año
10 de julio de 2011
Ciclo A

ACLAMACIÓN AL EVANGELIO

Aleluya. La semilla es la palabra de Dios, el sembrador es Cristo;
el que lo encuentra permanece para siempre. Aleluya.

Evangelio Mt 13, 1-9
Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo.
Aquel día, Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa. Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: "El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta. ¡El que tenga oídos, que oiga!".
Palabra del Señor. R. Gloria a ti, Señor Jesús.
Otros textos que se proclamarán hoy:
Primera Lectura Isaías 55, 10-11
Salmo 64, 10-14      R. La semilla cayó en tierra fértil y dio fruto.
Segunda Lectura Romanos 8, 18-23
(Dibujo:Cerezo Barredo)

domingo, 3 de julio de 2011

Invitación a vivir de manera sencilla y confiar en los sencillos

La Eucaristía del Domingo 14° del Tiempo común en nuestra capilla fue presidida por el padre Andrés.
En su homilía partió diciendo que la idea central de las lecturas es la invitación a vivir de manera sencilla y confiar en los sencillos más que en los sabios y prudentes.
Empezó recordándonos la primera lectura (Zacarías 9, 9-10) en que encontramos el anuncio del rey que entra en un asno, ya cumplido en la persona de Jesús el Domingo de Ramos; pero se constata que está pendiente la segunda parte del anuncio: la llegada de la paz que él trae, porque aún vivimos en clima de conflictos y guerras.
Siguió con la segunda lectura (Romanos 8, 9. 11-13), indicando que lo que reprueba el apóstol llamándolo “vivir según la carne” es ese vivir “hormonalmente”, es decir, egoístamente, con ambición desmedida, con deseos desordenados, a lo que “me tincó”, lo que “quise”, lo que “me tiraba”. Todo eso que lleva a la muerte: una mala vida llena de contradicciones y angustias.
Por el contrario, “vivir según el Espíritu”, es vivir según la razón, donde mora el espíritu. Será inevitable sentir las tendencias antes mencionadas, pero es la razón la que decide si lo hacemos o no. Por eso es necesario tener en nuestra mente lo que piensa Jesucristo. Porque, aseguró, Dios no está contra los placeres, sino contra aquellos que nos dañan a nosotros o a los demás.
Llegando al Evangelio (Mateo 11, 25-30), nos señaló que existe un prejuicio extendido entre nosotros de pretender “enseñar” a los pobres, cuando lo correcto es dejarnos enseñar por ellos, porque tienen una sabiduría propia que viene de Dios. Ejemplificó en que si nos encontramos a un niño abandonado, pensaremos en la cantidad de cuartos que tiene nuestra casa y muchas otras cosas “prudentes”; en cambio, entre los sencillos se puede encontrar a una madre de 5 hijos que en esa situación sólo acogerá al niño, sin pensar en lo que sucederá al día siguiente. Esa misma es la sabiduría de Jesús, porque él también era pobre.
Además, encontramos en este texto una palabra de aliento a los cansados y agobiados. Explicándonos que el yugo es un madero que une a dos bueyes para arar y, en nuestros campos, a ese par de bueyes se le llama “yunta”, entonces, al invitarnos a cargar su yugo, nos está invitando a “enyuntarnos” con él, caminar junto a él, haciendo la voluntad del Padre, llenándonos de gozo interno. A continuación indicó que es en la comunión donde mejor nos “enyuntamos” con Jesús para entregar la vida junto a él.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.