El 6° Domingo de Pascua, nuestra liturgia la celebramos presididos por el ministro José.
Al momento del comentario de las lecturas proclamadas llamó la atención sobre una palabra inusual del Evangelio (Juan 14, 15-21): “Paráclito”, que significa, dijo, “defensor”, “guía”, “asesor”, entendiéndose como quien permanece con nosotros. Porque no sólo Jesús no se fue y no vuelve, sino que sigue con nosotros junto al paráclito. Nos hizo ver que oramos y hacemos mandas a la Virgen y diversos santos, pero quien está más cerca nuestro es el Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Trinidad divina, por lo que se preguntó ¿quién con mayor poder para auxiliarnos?, reflexionando en que habitualmente nos olvidamos de Él.
A continuación resaltó pasajes de la 2ª. Lectura (I Pedro 3, 15-18) en los que se nos llama a estar “siempre dispuestos a defenderse delante de cualquiera que les pida razón de la esperanza” que tenemos, justamente en estos tiempos en que nuestra Iglesia está siendo sacudida por denuncias contra clérigos, pero hizo notar que esto debemos hacerlo como dice a continuación el apóstol: “con suavidad y respeto, y con tranquilidad de conciencia”. Enfatizó en que donde veamos errores busquemos su corrección “con suavidad y respeto, con tranquilidad de conciencia”.
Luego habló de la consecuencia en buenas acciones que debería tener el que nos consideremos cristianos, insistiendo en que todos debemos ser santos, llegar a la presencia de Dios al final de nuestra vida y quien nos ayudará a avanzar en el ideal de santidad y quien nos llevará ante Dios será el Espíritu Santo
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.