Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

domingo, 1 de mayo de 2011

La Resurrección renueva nuestra esperanza

Celebramos la Eucaristía de este 2° Domingo de Pascua excepcionalmente en el templo parroquial, como una forma de adherir a las actividades especiales con motivo de su aniversario 80. La liturgia fue presidida por el párroco, Padre Hernán Leemrijse, scj.
En su homilía, hizo un repaso somero de los contenidos de los textos bíblicos, hasta llegar al Evangelio (Juan 20, 19-31), al que calificó de tener “mucha riqueza”, explicando que refleja un ambiente enrarecido entre los Apóstoles, un ambiente de reproches mutuos: a Pedro que lo había negado, al recuerdo de Judas traidor y a todos los demás que se dieron por vencidos. En ese contexto se les aparece Jesús y les ofrece reiteradamente la paz. Jesús no reprocha nada, porque él vino a unir.
Mencionó que el final del texto explica el objetivo de ese Evangelio y el de estas fiestas que estamos celebrando: “para que ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre”. Porque, se explayó, la fe en la Resurrección es clave en toda vida cristiana. Dice san Pablo: “si Cristo no resucitó, es vana nuestra predicación y vana también la fe de ustedes” en 1 Corintios 15, 14, indicando que los primeros cristianos entendían que Dios no abandonó a Jesús, sino que lo confirmó en su Resurrección. Y así comprendemos que la muerte es un paso y no el final de la vida. Y citó las palabras del mensaje pascual del arzobispo Ezzati: “La Pascua de este año está marcada por un peculiar contexto de dolor. Como nunca hemos tocado con la mano que el tesoro de la fe, "lo llevamos en vasijas de barro", pero también, como nunca, hemos experimentado como esta misma fragilidad, con certeza y confianza, nos ha permitido reconocer que el don de ser la Iglesia de Cristo, "procede de Dios y no de nosotros". Somos suyos, ovejas de su rebaño. La fiesta de Pascua, se alza entonces, como el signo de esperanza cierta y como arco iris que anuncia la aurora de tiempos nuevos.”
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.

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