Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Sólo Él puede vencer nuestra esterilidad


19 de diciembre de 2012
Miércoles de la Tercera Semana de Adviento

Lecturas:
Jueces 13, 2-7. 24-25 / Salmo 70, 3-4. 5-6. 16-17 Mi boca proclama tu alabanza y anuncia tu gloria.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas    1, 5-25
En tiempos de Herodes, rey de Judea, había un sacerdote llamado Zacarías, de la clase sacerdotal de Abías. Su mujer, llamada Isabel, era descendiente de Aarón. Ambos eran justos a los ojos de Dios y seguían en forma irreprochable todos los mandamientos y preceptos del Señor. Pero no tenían hijos, porque Isabel era estéril; y los dos eran de edad avanzada.
Un día en que su clase estaba de turno y Zacarías ejercía la función sacerdotal delante de Dios, le tocó en suerte, según la costumbre litúrgica, entrar en el Santuario del Señor para quemar el incienso. Toda la asamblea del pueblo permanecía afuera, en oración, mientras se ofrecía el incienso.
Entonces se le apareció el Ángel del Señor, de pie, a la derecha del altar del incienso. Al verlo, Zacarías quedó desconcertado y tuvo miedo. Pero el Ángel le dijo: «No temas, Zacarías; tu súplica ha sido escuchada. Isabel, tu esposa, te dará un hijo al que llamarás Juan. El será para ti un motivo de gozo y de alegría, y muchos se alegrarán de su nacimiento, porque será grande a los ojos del Señor. No beberá vino ni bebida alcohólica; estará lleno del Espíritu Santo desde el seno de su madre, y hará que muchos israelitas vuelvan al Señor, su Dios. Precederá al Señor con el espíritu y el poder de Elías, para reconciliar a los padres con sus hijos y atraer a los rebeldes a la sabiduría de los justos, preparando así al Señor un Pueblo bien dispuesto.»
Pero Zacarías dijo al Ángel: «¿Cómo puedo estar seguro de esto? Porque yo soy anciano y mi esposa es de edad avanzada.»
El Ángel le respondió: «Yo soy Gabriel , el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena noticia. Te quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se cumplirán a su debido tiempo.»
Mientras tanto, el pueblo estaba esperando a Zacarías, extrañado de que permaneciera tanto tiempo en el Santuario. Cuando salió, no podía hablarles, y todos comprendieron que había tenido alguna visión en el Santuario. El se expresaba por señas, porque se había quedado mudo.
Al cumplirse el tiempo de su servicio en el Templo, regresó a su casa. Poco después, su esposa Isabel concibió un hijo y permaneció oculta durante cinco meses. Ella pensaba: «Esto es lo que el Señor ha hecho por mí, cuando decidió librarme de lo que me avergonzaba ante los hombres.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
Estéril es una tierra que no produce nada y, por extensión era la dolorosa expresión con que se denominaba a las mujeres que no habían podido sido madres. Por eso, si a una de ellas se le anuncia «vas a concebir y a dar a luz un hijo» (1L), es naturalmente una muy gozosa noticia.
Hoy la Palabra nos anuncia a cada uno de nosotros Buenas Noticias semejantes, como una forma de señalarnos que «no hay nada imposible para Dios» (Lc 1,37), por lo que se nos anuncia que sólo Él puede conseguir que la roca de nuestro corazón egoísta, el desierto de nuestro desánimo y la caducidad de nuestro espíritu pasen a ser fecunda fuente de generosidad, alegría y vida, que se debiesen derramar hacia los demás, para darle luz y sabor al mundo que nos rodea (cf Mt 5,13-14).
Como efecto de esto, podremos cantar: «Vendré a celebrar las proezas del Señor, evocaré tu justicia, que es sólo tuya» (Sal). «Esto es lo que el Señor ha hecho por mí».

Libéranos, Señor, de lo que nos avergüenza ante los hombres: expresar firme y valientemente, a través de nuestras obras, que somos hijos del Padre Bueno, seguidores del Maestro Servidor e impulsados por el Espíritu Santificador. Así sea.

Llenos del gozo de haber recibido la Buena Noticia de la Paz, el Amor y la Alegría,
Miguel.

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