21 de diciembre de 2012
Viernes de la Tercera Semana de
Adviento
Lecturas:
Cantar 2, 8-14
/ Salmo 32, 2-3. 11-12.
20-21 ¡Aclamen, justos, al Señor!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 1, 39-45
María partió y fue sin demora a un pueblo de
la montaña de Judá.
Entró en la casa de Zacarías y saludó a
Isabel. Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su
seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó:
«¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y
bendito es el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor
venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno.
Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte
del Señor.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Este evangelio lo meditaremos más en
detalle el próximo Domingo. Hoy, le daremos una
mirada más sintética.
Inmediatamente después del episodio
vivido con el Ángel, «María partió y fue sin demora a un pueblo de la montaña
de Judá».
¿Por qué? Entendió que lo que el mismo
Gabriel le contó acerca de su prima, la anciana Isabel, que se encontraba
encinta, era un llamado: «¡Levántate,
amada mía, y ven, hermosa mía!» (1L).
¿Para qué? Probablemente a asistir a
quien estaba en una necesidad, porque «nuestra
alma espera en el Señor: él es nuestra ayuda y nuestro escudo» (Sal).
¿Cómo actúa el Señor? A través de otro
hermano. Así, María se siente inspirada para llevar su servicio a Isabel.
¿Qué resulta de ese dejarse motivar por
el Espíritu de Dios? El gozo contagiante («el niño saltó de alegría en su seno»),
que se traduce en alabanza («¡Tú eres bendita entre todas las
mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!») y también en fe («¿Quién soy yo,
para que la madre de mi Señor venga a visitarme?»).
Todo eso se desencadena cuando alguien actúa
como quien ha «creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del
Señor».
Queremos alcanzar el grado de felicidad
de tu Madre, nuestra Madre, aprendiendo, como ella, a fiarnos de tu Palabra que
nunca pasará y nunca dejará de ser efectiva, si la realizamos en nosotros.
Señor: hoy y siempre, aumenta nuestra fe
Llenos del gozo
de haber recibido la Buena Noticia de la Paz, el Amor y la Alegría,
Miguel.
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