Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

sábado, 29 de diciembre de 2012

La acción es superior a la palabra


29 de diciembre de 2012
Día 5º de la octava de Navidad

Lecturas:
I Juan 2, 3-11 / Salmo 95, 1-3. 5b-6 ¡Alégrese el cielo y exulte la tierra!

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas    2, 22-35
Cuando llegó el día fijado por la Ley de Moisés para la purificación, llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, como está escrito en la Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. También debían ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o de pichones de paloma, como ordena la Ley del Señor.
Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba el consuelo de Israel. El Espíritu Santo estaba en él y le había revelado que no moriría antes de ver al Mesías del Señor. Conducido por el mismo Espíritu, fue al Templo, y cuando los padres de Jesús llevaron al niño para cumplir con él las prescripciones de la Ley, Simeón lo tomó en sus brazos y alabó a Dios, diciendo:
«Ahora, Señor, puedes dejar que tu servidor muera en paz, como lo has prometido, porque mis ojos han visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel.»
Su padre y su madre estaban admirados por lo que oían decir de él. Simeón, después de bendecirlos, dijo a María, la madre: «Este niño será causa de caída y de elevación para muchos en Israel; será signo de contradicción, y a ti misma una espada te atravesará el corazón. Así se manifestarán claramente los pensamientos íntimos de muchos.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
Siempre este texto me hace pensar en las actitudes, los gestos, la devoción que trasuntaba esa familia, tanto que, entre las muchas otras que habría ese día en el Templo y sin decir palabra alguna, atrajeron la mirada profética de Simeón, de tal manera  que en ese niño éste dice haber «visto la salvación que preparaste delante de todos los pueblos: luz para iluminar a las naciones paganas y gloria de tu pueblo Israel».
Una vez más, la acción es superior a la palabra; ser es más importante que parecer…
Jesús, que es esa luz (cf Jn 8,12) y que espera de nosotros que seamos, a nuestra vez luz del mundo (Mt 5,14), quiere que iluminemos con nuestro actuar: «el que no ama a su hermano, está en las tinieblas y camina en ellas, sin saber a dónde va, porque las tinieblas lo han enceguecido» (1L), ya que sólo «en su presencia hay esplendor y majestad» (Sal) y lejos de esa presencia, o del amor en otras palabras, sólo se encuentra la oscuridad del egoísmo, las ambiciones, el desprecio del otro…

Que nuestras acciones, que nuestro amor, ilumine a los demás, como reflejo de la luz del amor que has puesto en nosotros, Señor. Así sea.

Expectantes ante la llegada del Dios de la Paz, el Amor y la Alegría,
Miguel.

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