1 de diciembre de 2012
Sábado de la Trigésimo Cuarta
Semana Durante el Año
Lecturas:
Apocalipsis 21, 2;
22, 1-7 / Salmo 94, 1-7 ¡Marana
tha! ¡Ven, Señor Jesús!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 21, 34-36
«Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los
excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no
caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos
los hombres en toda la tierra.
Estén prevenidos y oren incesantemente, para
quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante
el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
El día previo al inicio del Adviento, tiempo
de esperanza, nos encuentra con la palabra «¡Volveré pronto!» (1L), para
recordarnos, una vez más, que debemos estar prevenidos y en oración incesante,
para cuando llegue ese momento.
Estar prevenidos es estar alertas, como
tantas veces nos dijo Jesús, trabajando por el Reino y su justicia, por lo que tiene
pleno sentido la acción solidaria con los pobres, la acogida cariñosa de todo
aquel que pasa por un dolor, una angustia o una tristeza. En otras palabras:
amando al prójimo como a nosotros mismos.
Y, a la vez, hace bien esperarlo orando
incesantemente, para estar en comunicación de amor permanente con el Padre, de
manera de alimentarnos con su voluntad y encontrar la guía luminosa necesaria
para orientarnos en el camino a su eternidad.
Señor, que eres «nuestro Dios, y nosotros, el
pueblo que tú apacientas, las ovejas conducidas por tu mano» (Sal), mantén
firme tu voz delante nuestro para que no nos perdamos en el seguimiento de tus
pasos hacia la Vida en abundancia que nos has prometido. Así sea.
Que nuestras
obras alaben al Rey de Paz, Amor y Alegría,
Miguel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario