Martes de la Trigésima Semana
Durante el Año
Lecturas:
Filipenses 2, 5-11
/ Salmo 21, 26-32 Te alabaré, Señor, en la gran asamblea.
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 14, 15-24
En aquel tiempo:
Uno de los invitados le dijo: «¡Feliz el que
se siente a la mesa en el Reino de Dios!»
Jesús le respondió: «Un hombre preparó un
gran banquete y convidó a mucha gente. A la hora de cenar, mandó a su sirviente
que dijera a los invitados: "Vengan, todo está preparado." Pero
todos, sin excepción, empezaron a excusarse. El primero le dijo: "Acabo de
comprar un campo y tengo que ir a verlo. Te ruego me disculpes." El
segundo dijo: "He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te
ruego me disculpes". Y un tercero respondió: "Acabo de casarme y por
esa razón no puedo ir."
A su regreso, el sirviente contó todo esto al
dueño de casa, y este, irritado, le dijo: "Recorre en seguida las plazas y
las calles de la ciudad, y trae aquí a los pobres, a los lisiados, a los ciegos
y a los paralíticos."
Volvió el sirviente y dijo: "Señor, tus
órdenes se han cumplido y aún sobra lugar."
El señor le respondió: "Ve a los caminos
y a lo largo de los cercos, e insiste a la gente para que entre, de manera que
se llene mi casa. Porque les aseguro que ninguno de los que antes fueron
invitados ha de probar mi cena."»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Pablo (1L) nos hace una
invitación: «Tengan los mismos
sentimientos de Cristo Jesús». Y sus sentimientos, guiados por el evangelio
de hoy, son de acogida amplia «a la mesa en el Reino de Dios»,
en especial hacia aquellos que se sentían o efectivamente eran marginados: «a los pobres, a los lisiados, a los ciegos
y a los paralíticos». Porque debe realizarse que «Todos los confines de la tierra se acordarán y volverán al Señor» (Sal).
Preguntémonos, entonces, si estamos haciendo
nuestra parte, yendo «a los caminos y a
lo largo de los cercos», insistiéndole
«a la gente para que entre» de manera
que se llene su casa…
Gracias por permitirnos la felicidad de
poder sentarnos a tu mesa del Reino, Señor. Haz que nuestro agradecimiento se
traduzca en espíritu misionero atrayendo a más hermanos al banquete que has
preparado. Así sea.
Intentando
llenar de Paz, Amor y Alegría nuestras relaciones con Dios y los hermanos,
Miguel.
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