Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

jueves, 8 de noviembre de 2012

La nuestra debiese ser la religión de la alegría



8 de noviembre de 2012
Jueves de la Trigésima Primera Semana Durante el Año
Inicio del Mes de María

Lecturas:
Filipenses 3, 3-8 / Salmo 104, 2-7 Alégrense, los que buscan al Señor.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     15, 1-10
Todos los publicanos y pecadores se acercaban a Jesús para escucharlo. Los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: «Este hombre recibe a los pecadores y come con ellos.»
Jesús les dijo entonces esta parábola: «Si alguien tiene cien ovejas y pierde una, ¿no deja acaso las noventa y nueve en el campo y va a buscar la que se había perdido, hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, la carga sobre sus hombros, lleno de alegría, y al llegar a su casa llama a sus amigos y vecinos, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la oveja que se me había perdido."
Les aseguro que, de la misma manera, habrá más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta, que por noventa y nueve justos que no necesitan convertirse.»
Y les dijo también: «Si una mujer tiene diez dracmas y pierde una, ¿no enciende acaso la lámpara, barre la casa y busca con cuidado hasta encontrarla? Y cuando la encuentra, llama a sus amigas y vecinas, y les dice: "Alégrense conmigo, porque encontré la dracma que se me había perdido."
Les aseguro que, de la misma manera, se alegran los ángeles de Dios por un solo pecador que se convierte.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
Ayer hablábamos de la alegría de amar y ser discípulos. Nunca será suficiente tener presente esta dimensión de nuestra fe, sobre todo con tanta carga de dolor que tenemos en nuestra forma de expresarla, que parece estar más enfocada en el Jesús de la cruz que en el Señor victorioso y resucitado.
Hoy, nuestro Maestro vuelve a proclamar su gozo, para que lo hagamos nuestro, contándonos de la alegría que se produce en el cielo por cada conversión, de la alegría de quienes ofrecen «un culto inspirado en el Espíritu de Dios» (1L), de la alegría de «los que buscan al Señor» (Sal)
En fin, la nuestra debiese ser la religión de la alegría. Si no lo es, algo anda mal en nuestra concepción de nuestro Dios. Más aún, esa alegría debe ser contagiosa. Hoy, que en nuestro país comenzamos el Mes de María, recordemos que cuando visitaba a su prima, ella le cuenta que «Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno» (Lc 1,44) y posteriormente la Virgen canta: «mi espíritu se estremece de gozo en Dios, mi Salvador» (Lc 1,47).

Recordando las maravillas que has obrado en nosotros, Señor, tus portentos y los juicios de tu boca, nos estremecemos de gozo por tu presencia permanente y plenificante en nuestras vidas. Gracias, Señor.

Intentando llenar de Paz, Amor y Alegría nuestras relaciones con Dios y los hermanos,
Miguel.

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