09 de octubre de 2012
Martes de la Vigésimo Séptima Semana
Durante el Año
Lecturas:
Gálatas
1, 13-24 / Salmo 138, 1-3. 13-15 Señor, llévame por el camino eterno.
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según
san Lucas 10, 38-42
Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta
lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies
del Señor, escuchaba su Palabra.
Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa,
dijo a Jesús: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el
trabajo? Dile que me ayude.»
Pero el Señor le respondió: «Marta, Marta, te inquietas y te
agitas por muchas cosas, y sin embargo, pocas cosas, o más bien, una sola es
necesaria, María eligió la mejor parte, que no le será quitada.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
¿Qué sería de la Iglesia si todos fuésemos sólo “María”. O todos
sólo “Marta”?. En un caso, no podría realizar nada concreto y, en el otro, no
habría espiritualidad dentro de ella.
El Señor que nos plasmó en el seno de nuestra madre
y desde entonces nos conoce completamente (cf Sal), nos otorgó a cada uno múltiples
talentos junto con la capacidad de desarrollarlos (Mt 25,14-29). Estos son diferentes
y complementarios, para poder crecer juntos y para ayudar a crecer a los demás:
«En la Iglesia,
hay algunos que han sido establecidos por Dios, en primer lugar, como
apóstoles; en segundo lugar, como profetas; en tercer lugar, como doctores.
Después vienen los que han recibido el don de hacer milagros, el don de curar,
el don de socorrer a los necesitados, el don de gobernar y el don de lenguas. ¿Acaso
todos son apóstoles? ¿Todos profetas? ¿Todos doctores? ¿Todos hacen milagros?
¿Todos tienen el don de curar? ¿Todos tienen el don de lenguas o el don de
interpretarlas?» (1 Co 12,28-30).
Pero, siendo todos ellos necesarios, el Maestro nos
sugiere estar atentos y elegir «la mejor parte»: su Palabra. Ella nos orientará cuando sea
necesario priorizar entre las distintas tareas que surgen. Porque es claro que,
conforme pasan los tiempos y cambian las costumbres, las obras a realizar
por las “Martas” serán diferentes, pero
la meditación, la oración bíblica, la búsqueda de luces en las Escrituras «no le será quitada» a las “Marías” ni a nadie, hoy ni nunca (cf Mt
24,35).
Señor, queremos la mejor parte, como María, queremos
tener un diálogo permanente contigo, ¡ven a nuestro corazón!. Pero te pedimos
que, a la vez, nos des la diligencia de Marta, para no dejar de atenderte en el
necesitado y el desamparado, con quien te identificas. Así sea.
Tratando de
vencer la dureza de corazón para acoger su plan original de Paz, Amor y Alegría,
Miguel.
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