Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

lunes, 22 de octubre de 2012

Mejor buscar ser ricos a los ojos de Dios



22 de octubre de 2012
Lunes de la Vigésimo Novena Semana Durante el Año

Lecturas:
Efesios 2, 1-10 / Salmo 99,1-5 El Señor nos hizo y a él pertenecemos.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     12, 13-21
En aquel tiempo:
Uno de la multitud le dijo: «Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia.»
Jesús le respondió: «Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?» Después les dijo: «Cuídense de toda avaricia, porque aun en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas.»
Les dijo entonces una parábola: «Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: "¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha." Después pensó: "Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida."
Pero Dios le dijo: "Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?"
Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
El Maestro hoy remece nuestra existencia que suele discurrir «conforme al criterio de este mundo» (1L) –criterio que se mide por el éxito económico- afirmando que «la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas».
Es que, si nos gana ese otro criterio, podemos caer en las peores bajezas para acrecentar ganancias. «Pero Dios, que es rico en misericordia, por el gran amor con que nos amó, precisamente cuando estábamos muertos a causa de nuestros pecados, nos hizo revivir con Cristo» (1L).
Y esa vida nueva se debe manifiestar en frutos de amor y servicio, contra corriente del otro mal que domina nuestra forma de vivir: el pretender imponernos sobre los demás, como meditábamos ayer. Porque, hay que recordar que «él nos hizo y a él pertenecemos; somos su pueblo y ovejas de su rebaño» (Sal). O sea, nuestro dios y creador –pese a lo que algunos parecen querer hacernos creer- no es el Yo vacío, ni el Ego infértil que lleva a una vida tristemente hueca, sin contenido, que «es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios».

Queremos dejar de amontonar metal frío y, en cambio, acumular calidez de vida comunitaria en servicio mutuo y amor por todos. Si es que nos otorgas la gracia de vivir de esa manera. Así sea.

Con Paz, Amor y Alegría, aprendiendo a servir del más grande y trascendente Servidor,
Miguel.

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