Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

miércoles, 17 de octubre de 2012

Dejarse conducir por el Espíritu Santo



17 de octubre de 2012
Miércoles de la Vigésimo Octava Semana Durante el Año

Lecturas:
Gálatas 5, 18-25 / Salmo 1, 1-6 El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     11, 42-46
«¡Ay de ustedes, fariseos, que pagan el impuesto de la menta, de la ruda y de todas las legumbres, y descuidan la justicia y el amor de Dios! Hay que practicar esto, sin descuidar aquello.
¡Ay de ustedes, fariseos, porque les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas!
¡Ay de ustedes, porque son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber!»
Un doctor de la Ley tomó entonces la palabra y dijo: «Maestro, cuando hablas así, nos insultas también a nosotros.»
Él le respondió: «¡Ay de ustedes también, porque imponen a los demás cargas insoportables, pero ustedes no las tocan ni siquiera con un dedo!»
Palabra del Señor.

MEDITACION
Los “sometidos a la Ley” (1L) «descuidan la justicia y el amor de Dios», de tal manera que se ponen por sobre los demás, porque «les gusta ocupar el primer asiento en las sinagogas y ser saludados en las plazas», olvidando que «son como esos sepulcros que no se ven y sobre los cuales se camina sin saber», debido a que utilizan su investidura terrenal para imponer «a los demás cargas insoportables, pero […] no las tocan ni siquiera con un dedo».
Los que se dejan conducir por el Espíritu Santo, en cambio, dan los siguientes frutos: «amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad y confianza, mansedumbre y temperancia» (1L). Son «como un árbol plantado al borde de las aguas, que produce fruto a su debido tiempo, y cuyas hojas nunca se marchitan» (Sal).
¿En qué grupo quieres estar tú?... ¿qué harás al respecto?

Que nunca descuidemos la justicia y el amor del Padre, Señor. Guíanos en ese caminar. Así sea.

En busca de liberarse de lo que impide seguirlo hacia el Reino de Paz, Amor y Alegría,
Miguel.

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