Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

viernes, 14 de septiembre de 2012

Valoremos los buenos frutos de otros, a la vez de trabajar honestamente por el Reino



14 de septiembre de 2012
Viernes de la Vigésimo Tercera Semana Durante el Año

Lecturas de hoy:
I Corintios 9, 16-19. 22-27 / Salmo 83, 3-6. 12 Mi alma se consume de deseos por los atrios del Señor.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     6, 37-42
Jesús dijo a sus discípulos:
No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes". Les hizo también esta comparación: "¿Puede un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en un pozo? El discípulo no es superior al maestro; cuando el discípulo llegue a ser perfecto, será como su maestro. ¿Por qué miras la paja que hay en el ojo de tu hermano y no ves la viga que está en el tuyo? ¿Cómo puedes decir a tu hermano: 'Hermano, deja que te saque la paja de tu ojo', tú, que no ves la viga que tienes en el tuyo? ¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás claro para sacar la paja del ojo de tu hermano.
Palabra del Señor.

MEDITACION
Jesús, gran conocedor del alma humana, retrata a los de su tiempo, a sus antepasados y a todos los que venimos después. Porque ¿quién, aparte de Él –que no lo hará- puede arrojar la primera piedra en esto? (cf Jn 8,7). Claro, porque somos así.  ¡Qué facilidad la nuestra para juzgar, condenar y no perdonar! ¡Qué natural nos sale mirar la paja en el ojo del hermano con la vista distorsionada por la viga que tenemos en el propio!.
Un ejemplo. Veamos este “curriculum”: Un fariseo (Hch 26,5), aventajado en «exceso de celo por las tradiciones paternas» del judaísmo (Gal 1,14), cómplice de la muerte del primer mártir cristiano (Hch 7,58; 8,1); y posteriormente, perseguidor y arrasador de la Iglesia (Gal 1,13; Hch 8,3). O sea, según nuestras pautas de evaluación, ninguna posibilidad de ser considerado entre “los nuestros”. Ni aunque después se arrepintiera, diciendo: «soy el último de los Apóstoles, y ni siquiera merezco ser llamado Apóstol, ya que he perseguido a la Iglesia de Dios» (1 Co 15,9), porque sospecharíamos siempre de él.
Sin embargo, nuestros criterios no son los de Dios (cf. Mc 8,33), quien supo ver en su alma una búsqueda sincera de Dios, de tal manera que Saulo-Pablo –porque de él hablamos- después decía: «Doy gracias a nuestro Señor Jesucristo, porque me ha fortalecido y me ha considerado digno de confianza, llamándome a su servicio a pesar de mis blasfemias, persecuciones e insolencias anteriores. Pero fui tratado con misericordia, porque cuando no tenía fe, actuaba así por ignorancia» (1 Tim 2,12-13).
Y se convirtió en uno de los más grandes, sino el más importante de quienes lucharon por difundir la fe en los comienzos, al punto que exclamaba: «Si anuncio el Evangelio, no lo hago para gloriarme: al contrario, es para mí una necesidad imperiosa. ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!» (1L). Con lo que nos enseñó, además, que «el Señor es sol y escudo;  el Señor da la gracia y la gloria, y no niega sus bienes a los que proceden con rectitud.» (Sal).
Nosotros no juzguemos, pero sí valoremos los buenos frutos de los otros, a la vez de trabajar honestamente por el Reino como el gran Apóstol.

Encuéntranos y bótanos del caballo de la soberbia, de la crítica infundada, del fanatismo y haznos tus instrumentos, Señor, en el anuncio por la vida y la palabra de tu buena noticia del amor. Así sea.

Destrabando la lengua para anunciar lo que hemos oído de la Paz, Amor y Alegría  del Reino,
Miguel.

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