Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

jueves, 13 de septiembre de 2012

¿En qué Dios creemos?



PREPAREMOS EL PRÓXIMO DÍA DEL SEÑOR
16 de septiembre de 2012
Vigésimo Cuarto Domingo Durante el Año

Lecturas de hoy:
Isaías 50, 5-9 / Salmo 114, 1-6. 8-9  Caminaré en la presencia del Señor. / Santiago 2, 14-18

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos     8, 27-35
     Jesús salió con sus discípulos hacia los poblados de Cesarea de Filipo, y en el camino les preguntó: «¿Quién dice la gente que soy Yo?»
    Ellos le respondieron: «Algunos dicen que eres Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, alguno de los profetas».
    «Y ustedes, ¿quién dicen que soy Yo?»
    Pedro respondió: «¿Tú eres el Mesías». Jesús les ordenó terminantemente que no dijeran nada acerca de Él. Y comenzó a enseñarles que el Hijo del hombre debía sufrir mucho y ser rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas; que debía ser condenado a muerte y resucitar después de tres días; y les hablaba de esto con toda claridad.
    Pedro, llevándolo aparte, comenzó a reprenderlo. Pero Jesús, dándose vuelta y mirando a sus discípulos, lo reprendió, diciendo: «¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres».
    Entonces Jesús, llamando a la multitud, junto con sus discípulos, les dijo: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará».
Palabra del Señor.

MEDITACION
A través de la pregunta por la imagen que tienen de Él, Jesús parece querer llegar a una enseñanza fundamental justo en el centro del evangelio de Marcos, porque todo lo que han vivido llega a este momento cúlmine y, desde aquí, se irán desencadenando acontecimientos que llegarán hasta el cumplimiento de la misión para la que lo ha enviado el Padre. Misión que, nos advierte, pasa por la cruz. Lo que, dicho con otras palabras, significa que por «llevar la Buena Noticia a los pobres, anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, [y] dar la libertad a los oprimidos» (Lc 4,18), en obediencia a la voluntad del Padre, los poderosos le castigarán hasta «la muerte y muerte de cruz» (Flp 2,8), tendrá como consecuencia una muerte absolutamente injusta (cf. Lc 23,15).
Y lo mismo vale para todo quien sea su discípulo (Mt 10,22.24). Nadie está obligado a seguirlo. Pero quien lo haga, debe atenerse a sus condiciones.
Pero, para eso es necesario corregir la forma que entendemos y a la vez transmitimos esta situación.
Ocurre que muchos cristianos damos una imagen de un Dios que parece necesitar ver sufrir, o que sólo otorga favores a cambio de nuestros dolores, hasta el punto de mandar a su propio Hijo a padecer horrorosamente para pagar por un pecado que habrían cometido nuestros padres originales. Las “mandas” se hacen basadas en ese mismo planteamiento: le ofrezco a Dios un daño que me hago a mí mismo, como un pago a cambio del favor solicitado…
Este dios sádico choca violentamente con el Dios amor que nos presenta el Maestro (Lc 11,13; Jn 15,9). Y, sin embargo, caminan juntos en nuestras creencias…
Teniendo presente esa imagen, tiene más sentido entender las palabras de Jesús de esta manera:
·         «El que quiera venir detrás de mí…»: “quien quiera ser un seguidor mío (cf Lc 14,25-27) o quien se atreva a llamarse cristiano”…
·         «…que renuncie a sí mismo…»: “que salga de su egoísmo, que se convierta, que esté dispuesto a abrirse a las necesidades y sufrimientos del otro (cf Lc 10,36-37)”
·         «…que cargue con su cruz…»: “que asuma las consecuencias que le impondrán los que hacen pasar necesidades y sufrir al hermano” (por cierto, tampoco “la cruz” se trata de cualquier sufrimiento ‘natural’, como una enfermedad, un traspié laboral y hasta los conflictos con un familiar)
·         «…y me siga.»: “y acepte y siga mi ejemplo” (Mt 19,21)
·         «Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí y por la Buena Noticia, la salvará»: “porque, como no se puede servir a dos señores: se puede ganar el mundo entero y perder la vida (Mt 16,26); o se puede gastar la vida por el Reino y todo lo demás vendrá por añadidura (cf Mt 6,33)”.
Dios se compadece y se hace solidario de nuestros dolores, hasta enviar a su Hijo para enseñarnos cómo se ama de verdad, entregando de su vida y literalmente la vida, para encontrar la Vida en abundancia y el gozo pleno.
Nosotros, ¿en qué Dios creemos?

Limpia nuestra mirada, Señor, para que podamos verte tal como te presentas, siendo capaces de deshacernos de visiones distorsionadas acerca de tu actuar en nuestra vida. Amén.

Poniendo la fe en el Mesías que debe pasar por la cruz para llevarnos a la Paz, el Amor y la Alegría  del Reino,
Miguel.

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