20 de agosto de 2012
Lunes de la Vigésima Semana
Durante el Año
Lecturas de
hoy:
Ezequiel
24, 15-24 / Salmo Dt 32, 18-21 Despreciaste a la Roca
que te engendró.
EVANGELIO
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 19,
16-22
Se le acercó un hombre y le preguntó: «Maestro, ¿qué obras
buenas debo hacer para conseguir la
Vida eterna?»
Jesús le dijo: «¿Cómo me preguntas acerca de lo que es
bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la Vida eterna, cumple los
Mandamientos.»
«¿Cuáles?», preguntó el hombre. Jesús le respondió: «No
matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio,
honrarás a tu padre y a tu madre, y amarás a tu prójimo como a ti mismo.»
El joven dijo: «Todo esto lo he cumplido: ¿qué me queda por
hacer?» «Si quieres ser perfecto, le dijo Jesús ve, vende todo lo que tienes y
dalo a los pobres: así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme.»
Al oír estas palabras, el joven se retiró entristecido,
porque poseía muchos bienes.
Palabra del Señor.
MEDITACION
Hoy no se encuentra gente preocupada por la Vida eterna. ¿Quién pregunta
en nuestros días qué debe hacer para agradar a Dios? ¿Quién podría nombrar sólo
unos tres Mandamientos? ¿Dónde se habla de perfección o santidad todavía? Ni en
nuestras Iglesias…
Por eso, creen muchos, el mundo anda como anda.
Claro que la historia nos enseña que en los tiempos en que
esos temas estaban más presentes, campeaba la hipocresía –ese mal que tanto
desagradaba a Jesús (cf
Mt 6,1-18; 22,18)- Y el mundo andaba como andaba, también entonces.
Se requiere, entonces, una combinación sana de estos
elementos, siguiendo, por cierto, las enseñanzas del único Maestro (Mt 23,8). Es justo
y necesario, como decíamos no caer en el seguimiento de palabra solamente (Mt 7,21), pero sí
buscar conocer la voluntad del Señor (Col 1,9; Sal 25,12; 32,8) para nuestra vida siempre.
Es posible que no seamos capaces de enumerar
mandamientos, normas y reglas, pero lo que un discípulo no puede no saber es
cuál es el Mandamiento principal: el del Amor, que tiene, como las monedas, dos
caras íntimamente unidas (Mc 12,28-31). Y ese
debe ser el criterio en torno al cual debiese organizar su vida y al que se
debe volver una y otra vez, para discernir qué es lo correcto ante cada
situación o momento de la vida.
Como solemos desorientarnos en un mundo lleno de señales equívocas,
nos has mostrado claramente el camino y tu voluntad para nuestras vidas.
Gracias, Señor.
Alimentados del
Pan de Vida llenamos nuestra Paz, Amor y Alegría de la sabiduría del Reino,
Miguel.
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