Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

martes, 17 de julio de 2012

¿Quién de nosotros no podría exclamar: «el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas»?


17 de julio de 2012
Martes de la Décimo Quinta Semana Durante el Año

Lecturas de hoy:
Isaías 7, 1-9 / Salmo 47, 2-8 Dios afianzó para siempre su Ciudad.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     11, 20-24
Jesús comenzó a recriminar a aquellas ciudades donde había realizado más milagros, porque no se habían convertido. «¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si los milagros realizados entre ustedes se hubieran hecho en Tiro y en Sidón, hace tiempo que se habrían convertido, poniéndose cilicio y cubriéndose con ceniza. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, Tiro y Sidón serán tratadas menos rigurosamente que ustedes. Y tú, Cafarnaúm, ¿acaso crees que serás elevada hasta el cielo? No, serás precipitada hasta el infierno. Porque si los milagros realizados en ti se hubieran hecho en Sodoma, esa ciudad aún existiría. Yo les aseguro que, en el día del Juicio, la tierra de Sodoma será tratada menos rigurosamente que tú.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
Dios, a través del poeta sagrado, nos dice: «Ojalá hoy escuchen la voz del Señor: No endurezcan su corazón» (Sal 94,7-8). Si tomamos en cuenta que estos escritos tienen un mínimo de 2300 años, podemos percibir la persistencia del Padre en intentar comunicarse con nosotros y comunicarnos lo bueno que sería para nosotros volvernos hacia Él (Jl 2,12-13).
Jesús critica a las ciudades donde más signos divinos había realizado y las compara con aquellas con más mala reputación del pasado diciéndoles que en ellas la gente habría recibido con mejor disposición aquellos milagros.
Imposible no sentirse interpelados ante las portentosas e insistentes maravillas que Dios ha hecho en nosotros. ¿Quién de nosotros no podría exclamar, como la Virgen: «el Todopoderoso ha hecho en mí grandes cosas» (Lc 1,49)?. El paso siguiente a ese reconocimiento esencial es el de preguntarnos «¿Con qué pagaré al Señor todo el bien que me hizo?» (Sal 116,12). La respuesta que espera el Señor es que “paguemos” con una conversión efectiva y activa: seguirlo hasta las últimas consecuencias, como hizo –entre tantos otros ejemplos- la Magdalena «de la que habían salido siete demonios» (Lc 8,2) y sabemos que las últimas consecuencias llegan hasta la cruz (Jn 19,25) y siguen más allá (Lc 24,9).

Hagamos nuestra la oración de un gran arrepentido, el rey David: « Crea en mí, Dios mío, un corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu. No me arrojes lejos de tu presencia ni retires de mí tu santo espíritu. Devuélveme la alegría de tu salvación, que tu espíritu generoso me sostenga: yo enseñaré tu camino a los impíos y los pecadores volverán a ti.» (Sal 50,12-15)

Enviados a ser testigos de la Paz, el Amor y la Alegría de Dios,
Miguel.

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