Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

miércoles, 25 de julio de 2012

Así se reconoce a los cristianos


25 de julio de 2012
Santiago apóstol

Lecturas de hoy:
II Corintios 4, 7-15 / Salmo 125, 1-6 Los que siembran entre lágrimas cosecharán entre canciones.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     20, 20-28
La madre de los hijos de Zebedeo se acercó a Jesús, junto con sus hijos, y se postró ante él para pedirle algo.
«¿Qué quieres?», le preguntó Jesús.
Ella le dijo: «Manda que mis dos hijos se sienten en tu Reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda.»
«No saben lo que piden», respondió Jesús. «¿Pueden beber el cáliz que yo beberé?»
«Podemos», le respondieron.
«Está bien, les dijo Jesús, ustedes beberán mi cáliz. En cuanto a sentarse a mi derecha o a mi izquierda, no me toca a mí concederlo, sino que esos puestos son para quienes se los ha destinado mi Padre.»
Al oír esto, los otros diez se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús los llamó y les dijo: «Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo: como el Hijo del hombre, que no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida en rescate por una multitud.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
Aprovechando la solicitud de «la madre de los hijos de Zebedeo» (Juan y Santiago, éste último a quien celebra la Iglesia su fiesta hoy), Jesús transmite dos enseñanzas capitales y universales para quien quiera ser o diga ser discípulo suyo, a saber:
a)     «ustedes beberán mi cáliz»… es decir: nadie espere ser cristiano sin conflictos; si a Él lo persiguieron, un bautizado, que es otro Cristo, también sufrirá por ser fiel a su misión (cf. Juan 15,20);
b)     «el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes»… a imitación suya también, por cierto, porque «no vino para ser servido, sino para servir».
Donde hay gente que sirve –que da de su vida hasta dar la vida por amor (cf. Jn 15,12)- ahí se reconoce a los cristianos, un discípulo misionero de Jesús, como bellamente nos “rebautizaron” los obispos de América en la Conferencia de Aparecida (mayo de 2007). Es  el «tesoro» que portamos «en recipientes de barro, para que se vea bien que este poder extraordinario no procede de nosotros, sino de Dios» (1L) y que, cuando se hace evidente, causa la admiración y motiva a los demás. Fue una de las causas de que los Doce del comienzo hoy sean millones.
Tertuliano, en el año 197 de nuestra era, nos legó este impactante testimonio de la visión de los paganos de su época acerca de los cristianos de los comienzos: “Miren, dicen, cómo se aman entre sí: se admiran, porque ellos recíprocamente se aborrecen. Miren cómo cada uno está dispuesto a morir gustosamente por el otro” (Apologeticum, XXXIX)… «Hasta los mismos paganos decían: “¡El Señor hizo por ellos grandes cosas!”» (Sal).

Padre bueno, que distribuyes según tu voluntad los puestos en tu Reino, ten a bien aceptar nuestro pobre aporte, incrementando nuestro valor y fidelidad para hacernos servidores asumiendo los riesgos que eso nos traiga. Así sea.

Llamados a transmitir la Paz, el Amor y la Alegría del Buen Pastor,
Miguel.

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