18 de junio de 2012
Lunes de la Undécima Semana
Durante el Año
Lecturas de
hoy:
l Reyes
21, 1-19 / Salmo 5, 2-3. 5-7 Señor, atiende a mis gemidos
EVANGELIO
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 5,
38-42
Jesús dijo a sus discípulos:
Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por
diente. Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario,
si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la
otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también
el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él.
Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere
pedirte algo prestado.
Palabra del Señor.
MEDITACION
En el contexto del llamado “Sermón de la Montaña”, Jesús va
“dictando” la nueva ley (en el sentido de renovada): la ley del Reino, que es
progresiva, como nos contaba que sucedía con la semilla ayer. Claro, cuando
reinaba la barbarie y se respondía cualquier trasgresión con la muerte, era un
avance equiparar la ofensa con el castigo. Ese día el Hijo de Dios da un
tremendo paso adelante: « si alguien
te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra ». Es
importante no hacer una lectura fundamentalista de esto. Durante su Pasión,
cuando Jesús está frente a la autoridad religiosa judía y un guardia lo
abofetea, no pone “la otra mejilla”, sino que cuestiona la injusticia a que es
sometido (cf. Jn 18,19-23).
El nuestro no es « un Dios
que ama la maldad » (Sal), más aún, se pone del lado de quienes sufren
injusticias (cf. 1L; Is 10,1-4). ¿De qué se trata, entonces? De
escuchar y seguir esta palabra: « No te dejes vencer por el mal. Por
el contrario, vence al mal, haciendo el bien » (Rom 12,21).
Un discípulo misionero del Hijo amado del Padre Bueno, si
quiere responderse la iluminadora pregunta del Padre Hurtado: “¿Qué haría
Cristo en mi lugar?” entendería que “se vence al mal haciendo el bien” con
valentía, cuando no se responde a la violencia con las mismas armas si soy yo
el injuriado, siguiendo el ejemplo suyo: « aprendan de mí, porque soy
paciente y humilde de corazón » (Mt 11,29); pero
que, sin dudarlo, enfrenta con firmeza al injusto, si es mi hermano a quien se
le hace violencia, tal como hace Dios mismo: « Yo he visto la opresión de mi
pueblo, que está en Egipto, y he oído los gritos de dolor, provocados por sus
capataces. Sí, conozco muy bien sus sufrimientos. Por eso he bajado a librarlo
del poder de los egipcios » (Ex 3,7-8).
Señor, que detestas a los que hacen el mal y que abominas al sanguinario y traicionero,
danos el valor necesario para poner la otra mejilla, cuando corresponde y
también para tener la actitud solidaria que requiere mi hermano, tu hijo,
cuando es víctima de la injusticia.
Trabajando para
que germinen las semillas de Paz, Amor y Alegría del Reino,
Miguel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario