Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

jueves, 28 de junio de 2012

¿Sensatos para entrar en el Reino o insensatos que hacen el mal?


28 de junio de 2012
Jueves de la Duodécima Semana Durante el Año

Lecturas de hoy:
lI Reyes 24, 8-17 / Salmo 78, 1-5. 8-9 Líbranos, Señor, a causa de tu Nombre.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     7, 21-29
Jesús dijo a sus discípulos:
«No son los que me dicen: "Señor, Señor", los que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi Padre que está en el cielo.
Muchos me dirán en aquel día: "Señor, Señor, ¿acaso no profetizamos en tu Nombre? ¿No expulsamos a los demonios e hicimos muchos milagros en tu Nombre?"
Entonces yo les manifestaré: "Jamás los conocí; apártense de mí, ustedes, los que hacen el mal."
Así, todo el que escucha las palabras que acabo de decir y las pone en práctica, puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa; pero esta no se derrumbó porque estaba construida sobre roca.
Al contrario, el que escucha mis palabras y no las practica, puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena. Cayeron las lluvias, se precipitaron los torrentes, soplaron los vientos y sacudieron la casa: esta se derrumbó, y su ruina fue grande.»
Cuando Jesús terminó de decir estas palabras, la multitud estaba asombrada de su enseñanza, porque él les enseñaba como quien tiene autoridad y no como sus escribas.
Palabra del Señor.

MEDITACION
Hoy, que la Iglesia conmemora a san Ignacio de Antioquia, un obispo mártir, discípulo según la tradición, de los apóstoles Pablo y Juan, que debiésemos conocer más, partamos por recordar valientes palabras suyas:  “Dejadme que sea entregado a las fieras, puesto que por ellas puedo llegar a Dios. Soy el trigo de Dios, y soy molido por las dentelladas de las fieras, para que pueda ser hallado pan puro. Antes, atraed a las fieras, para que puedan ser mi sepulcro, y que no deje parte alguna de mi cuerpo detrás, y así, cuando pase a dormir, no seré una carga para nadie. Entonces seré un verdadero discípulo de Jesucristo.”
Sin duda, él « puede compararse a un hombre sensato que edificó su casa sobre roca », porque edificó su vida sobre la roca firme que es el Señor (Deut 32,4; Sal 62,7-8). Joaquín, el rey de Jerusalén, en cambio, « hizo lo que es malo a los ojos del Señor », por lo que « puede compararse a un hombre insensato, que edificó su casa sobre arena » de tal manera que  la tempestad llamada Nabudonosor arrasó con él y con todo su reino (1L).
El resultado de la meditación es evidente: ¿seremos Ignacio o Joaquín? ¿sensatos para entrar « en el Reino de los Cielos » o insensatos « que hacen el mal »?

«No recuerdes para nuestro mal las culpas de otros tiempos; compadécete pronto de nosotros, porque estamos totalmente abatidos. Ayúdanos, Dios salvador nuestro, por el honor de tu Nombre; líbranos y perdona nuestros pecados» (Sal). Amén.

Como Juan, precursores del Señor de la Paz, el Amor y la Alegría,
Miguel.

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