22 de junio de 2012
Viernes de la Undécima Semana Durante
el Año
Lecturas de
hoy:
lI Reyes
11, 1-4. 9-18. 20 / Salmo 131, 11-14. 17-18 El Señor eligió a Sión para que fuera su morada.
EVANGELIO
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 6,
19-23
No acumulen tesoros en la tierra, donde la polilla y la
herrumbre los consumen, y los ladrones perforan las paredes y los roban.
Acumulen, en cambio, tesoros en el cielo, donde no hay polilla ni herrumbre que
los consuma, ni ladrones que perforen y roben. Allí donde esté tu tesoro,
estará también tu corazón.
La lámpara del cuerpo es el ojo. Si el ojo está sano, todo
el cuerpo estará iluminado. Pero si el ojo está enfermo, todo el cuerpo estará
en tinieblas. Si la luz que hay en ti se oscurece, ¡cuánta oscuridad habrá!
Palabra del Señor.
MEDITACION
Nuestros tiempos son de
rejas y candados para protegernos de probables ataques a nuestros bienes. Y,
como nuestra sociedad está basada en el tener cada vez más, sin límites a la
vista, nuestro corazón está encadenado a nuestros objetos. El Señor, que quiere
liberarnos, nos representa hoy este mal que nos afecta.
Dios, por su parte, escoge
donde pone su morada (Sal). Y te ha escogido a ti, nos ha escogido a
cada uno (Jn 14,23; 1 Cor 3,16). Pero, como sabemos demasiado dolorosamente
bien, muchas veces no percibimos esto y no actuamos en concordancia con este
portento.
Para ayudarnos, Jesús, a
quien le gustaba usar el recurso de los contrastes, para fijar en nuestra mente
su mensaje, nos dice que los primeros serán últimos; que el que se ensalza será
humillado; que lo oculto será revelado; que lo pequeño puede ser lo más grande…
Como que quiere enseñarnos a buscar el plan de Dios y a Dios mismo no en lo
evidente, sino más bien en lo que no hace ruido (1 Re 19,9-13). Por
eso con su Apóstol nos manda decir: « que practiquen el bien, que sean ricos en
buenas obras, que den con generosidad y sepan compartir sus riquezas. Así
adquirirán para el futuro un tesoro que les permitirá alcanzar la verdadera
Vida.» (1 Tim 6,18-19), teniendo especial atención con el pobre y el
desamparado (Gal 2,10; Sant 1,27), que es donde lo encontramos a Él mismo (Mt 25,34ss).
Para tener la mirada
adecuada que permita captar que es más sano y liberador estar con el corazón en
Él, requerimos un “ojo sano” que haga luz en nuestro camino, y después ir a
iluminar el de los demás (Mt
5,14-16).
Brilla fuerte en nuestra
vida, Señor, para iluminar nuestra mirada, de manera de ver y encontrar el
tesoro maravilloso de la caridad activa con el necesitado. Así nuestro corazón
estará contigo, porque nos dijiste que en ellos te encontraríamos.
Trabajando para
que germinen las semillas de Paz, Amor y Alegría del Reino,
Miguel.
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