7 de junio de 2012
Jueves de la Novena Semana del
Tiempo Común
Lecturas de
hoy:
Timoteo 2, 8-15 / Salmo 24, 4-5. 8-10. 14 Muéstrame ,Señor, tus caminos.
EVANGELIO
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 12,
28-34
Un escriba que los oyó discutir, al ver que les había
respondido bien, se acercó y le preguntó: «¿Cuál es el primero de los
mandamientos?»
Jesús respondió: «El primero es: Escucha, Israel: el Señor
nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu
corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. El
segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más
grande que estos.»
El escriba le dijo: «Muy bien, Maestro, tienes razón al
decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el
corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo
como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios.»
Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le
dijo: «Tú no estás lejos del Reino de Dios.»
Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas.
Palabra del Señor.
MEDITACION
El consejo de Pablo a Timoteo « Esfuérzate en ser digno de la aprobación de Dios,
presentándote ante él como un obrero que no tienen de qué avergonzarse y como
un fiel dispensador de la
Palabra de verdad.» (1L) es un mensaje para todo
discípulo misionero del que « resucitó
de entre los muertos y es descendiente de David » (1L).
El mismo Maestro es un ejemplo de esto: trabajador
incansable “obrero que no tiene de qué avergonzarse” en palabras del Apóstol
(ver un día en la vida de Jesús, Mc 1,16-39); junto con eso, todo su ministerio
demostró ser “fiel dispensador de la
Palabra de verdad”, como recordábamos ayer, cuando veíamos
que usa las escrituras para argumentar, igual que hace hoy cuando, para
responder al escriba, cita Deuteronomio 6,4-5 y lo liga con Levítico 19,18.
Entonces, sintamos hoy el llamado renovado (el cual ha sido
permanente desde nuestro bautismo) a esforzarnos en ser dignos de la aprobación
de Dios. Ya sabemos cómo. A ver si después escuchamos , también, del Señor la
alabanza: «Tú no estás lejos del
Reino de Dios.»
Muéstranos, Señor, tus caminos, enséñanos tus senderos. Guíanos
por el camino de tu fidelidad; enséñanos, porque tú eres nuestro Dios y nuestro
Salvador. Todos tus senderos son amor y fidelidad, para los que observan los
preceptos de su alianza. Nos das tu amistad a los que tememos perderla y nos
haces conocer tu eterna alianza.
Paz, Amor y
Alegría unidos al Dios Comunidad,
Miguel.
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