Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

jueves, 14 de junio de 2012

En el corazón de un discípulo misionero debe reinar la reconciliación


14 de junio de 2012
Jueves de la Décima Semana Durante el Año

Lecturas de hoy:
I Reyes 18, 1-2. 41-46 / Salmo  64, 10. 11. 12-13 A ti, Señor, te corresponde un canto de alabanza en Sión.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo     5, 20-26
Jesús dijo a sus discípulos:
Les aseguro que si la justicia de ustedes no es superior a la de los escribas y fariseos, no entrarán en el Reino de los Cielos.
Ustedes han oído que se dijo a los antepasados: No matarás, y el que mata, debe ser llevado ante el tribunal. Pero yo les digo que todo aquel que se irrita contra su hermano, merece ser condenado por un tribunal. Y todo aquel que lo insulta, merece ser castigado por el Sanedrín. Y el que lo maldice, merece la Gehena de fuego.
Por lo tanto, si al presentar tu ofrenda en el altar, te acuerdas de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda ante el altar, ve a reconciliarte con tu hermano, y sólo entonces vuelve a presentar tu ofrenda.
Trata de llegar en seguida a un acuerdo con tu adversario, mientras vas caminando con él, no sea que el adversario te entregue al juez, y el juez al guardia, y te pongan preso. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último centavo.
Palabra del Señor.

MEDITACION
El salmista canta, dirigiéndose al Señor: « Tú coronas el año con tus bienes, y a tu paso rebosa la abundancia; rebosan los pastos del desierto y las colinas se ciñen de alegría.», porque el hombre de Dios es capaz de ver en « una nube, pequeña como la palma de una mano » (1L) la lluvia que vendrá con la abundancia de bienes que el Dios único otorga a quienes quiere.
Abundancia y alegría. Pero miremos con ojos del espíritu: más que en lo material, la alegría está en la abundancia que colma el corazón (cf. Mt 12,34). Y en el corazón de un discípulo misionero de Jesús (como nos llamó Aparecida, recordémoslo ahora que acabamos de cumplir 5 años de aquél encuentro) debe reinar la reconciliación (cf. 2 Cor 5,19). No olvidemos que cuando Jesús nos enseña a orar, invita a decir « Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido.» (Mt 6,12). Es un requisito para tener alguna dignidad para esperar la misericordia divina (cf. Mt 6,14-15).
El evangelio de hoy es una reiteración de la misma enseñanza, y, como suele ser en las palabras de Jesús, la exigencia es alta: no sólo hay que perdonar; hay que buscar el perdón de quien he ofendido. Así abunda la reconciliación en nuestro corazón. Para poder entrar al Reino. Para que la abundancia de paz y amor traiga la alegría a nuestra vida.

Buen Dios, en la sequía de perdón de nuestro corazón, a ti dirigimos la mirada para que hagas llegar tu abundante lluvia reconciliadora a nuestras miserias, a nuestras debilidades, a nuestras faltas. Para que reinando tú, reine la reconciliación en él. Por tu gran piedad y amor por nosotros, tus hijos. Amén.

Paz, Amor y Alegría alimentados por su entrega total,
Miguel.

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