3 de mayo de 2012
Santos Felipe y Santiago apóstoles
Lecturas de
hoy:
Corintios 15, 1-8 / Salmo Sal 18, 2-5 Resuena su eco por toda la tierra.
EVANGELIO
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Juan 14,
6-14
Jesús dijo a Tomás:
«Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al
Padre, sino por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya
desde ahora lo conocen y lo han visto.»
Felipe le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos
basta.»
Jesús le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con
ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo
dices: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre y
que el Padre está en mí?
Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita en mí
es el que hace las obras.
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí.
Créanlo, al menos, por las obras.
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que
yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y yo haré todo lo que
ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si
ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Celebrando hoy a dos de los apóstoles, las
lecturas no nos desvían de la
celebración pascual en la que seguimos inmersos.
Jesús, el Camino de la Verdad que lleva a la Vida, como meditábamos ayer,
lo puede realizar porque el Padre está en él y él está en el Padre. Lo
demuestran las obras que realiza y muy especialmente la gran obra, el
acontecimiento más potente de la historia de la humanidad, por el que fue “constituido
Hijo de Dios con poder según el Espíritu santificador, por su resurrección de
entre los muertos” (Rom 1, 4). Esa es la Buena
Noticia que nos ha sido predicada “que ustedes han recibido y a la cual permanecen fieles. Por ella son
salvados, si la conservan tal como yo se la anuncié; de lo contrario, habrán
creído en vano”, enseña Pablo en la primera lectura.
Los que tenemos algunos años de recorrido en la fe
también podemos recibir el reproche “hace
tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen?”, si vamos
por la vida como si no supiésemos que “el
que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo me
voy al Padre. Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi Nombre”. Es decir,
si olvidamos el poder que tenemos en nuestras manos cuando hacemos oración,
cuando le hablamos confiando en su poder y su piedad para con nosotros, sobre
todo cuando nuestra oración es comunitaria, porque “si dos de ustedes se unen
en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá.
Porque donde hay dos o tres reunidos en mi Nombre, yo estoy presente en medio
de ellos” (Mateo 18, 19-20). Jesús nos dice un imperativo “Créanme”.
El cielo proclama la gloria de Dios y el firmamento
anuncia la obra de sus manos. Sin hablar, sin pronunciar palabras, sin que se
escuche su voz, resuena su eco por toda la tierra y su lenguaje, hasta los
confines del mundo. Y todo ese poder lo pones al alcance de los que ponen su
confianza en Ti. Gracias, Señor.
Paz, Amor y
Alegría para tu día y tu vida.
Miguel.
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