5 de mayo de 2012
Sábado de la Cuarta Semana de
Pascua
Lecturas de
hoy:
Hechos 13, 44-52 / Salmo 97, 1-4 Los confines de la tierra han contemplado el triunfo de nuestro Dios.
EVANGELIO
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Juan 14,
7-14
Jesús dijo a sus discípulos:
«Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya
desde ahora lo conocen y lo han visto.»
Felipe le dijo: «Señor, muéstranos al Padre y eso nos
basta.»
Jesús le respondió: «Felipe, hace tanto tiempo que estoy con
ustedes, ¿y todavía no me conocen? El que me ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo
dices: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre y
que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías: el Padre que habita
en mí es el que hace las obras.
Créanme: yo estoy en el Padre y el Padre está en mí.
Créanlo, al menos, por las obras.
Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que
yo hago, y aún mayores, porque yo me voy al Padre. Y yo haré todo lo que
ustedes pidan en mi Nombre, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si
ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo haré.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Con pocos días de distancia (por ser san Felipe la
vez anterior) providencialmente volvemos a encontrarnos con este evangelio.
Como un cristiano no cree en “casualidades”, planteémonos qué querrá decirnos
el Señor con esto.
Como es el estilo de estas meditaciones, esta vez lo
contrastaremos con el rechazo a la predicación de Pablo y Bernabé en la primera
lectura, para encontrar pistas nuevas de reflexión.
El pueblo judío era a quien se debía “anunciar en primer lugar la Palabra de Dios”,
porque era la nación que se eligió para dar comienzo a la redención de la
humanidad. Si hubiesen sido fieles a esa vocación inicial, habrían tenido la
oportunidad de “conocer al Padre” al que siempre habían buscado, conociendo a
Jesús. Y eso que tuvieron ante sus ojos “las
obras” portentosas que realizó…
Y, como le rechazaron, hubo que dirigirse a los no
judíos. Una vez más, el plan de Dios se realiza pese a las dificultades que
ponemos los humanos y se llevó “la
salvación hasta los confines de la tierra”. “Porque no hay nada imposible
para Dios” (Lc. 1, 37).
La salvación también llegó a este confín de la
tierra que es nuestro país y hasta ti, que has podido contemplar “el triunfo de nuestro Dios”, como canta
el Salmo. ¿Estás preparado/a para realizar también las obras que Jesús hace, y
aún mayores, en la confianza de que para Él y junto a Él todo es posible?
Aclame al Señor toda la tierra, prorrumpan en cantos
jubilosos, porque ha hecho en nosotros (y con nosotros en los demás)
maravillas. Santo es su Nombre. Te
alabamos Señor por darle fuerza y convicción a misioneros como Pablo y Bernabé,
quienes no se dejaron avasallar por el fracaso e hicieron llegar tu Palabra de
salvación hasta más allá de toda frontera. Haznos corresponder generosamente a
ese don generoso tuyo. Amén.
Paz, Amor y
Alegría para tu día y tu vida.
Miguel.
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