Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

martes, 15 de mayo de 2012

La alegría es signo de que somos amigos del Espíritu Santo


15 de mayo de 2012
Martes de la Sexta Semana de Pascua

Lecturas de hoy:
Hechos 16, 22-34 / Salmo 137, 1-3. 7-8 Señor, tu derecha me salva.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     16, 5-11
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Ahora me voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: "¿A dónde vas?" Pero al decirles esto, ustedes se han entristecido. Sin embargo, les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes. Pero si me voy, se lo enviaré.
Y cuando él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio.
El pecado está en no haber creído en mí. La justicia, en que yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán. Y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
Se acerca la partida de Jesús, acontecimiento que celebraremos este próximo Domingo. Preparando a sus discípulos advierte, en primer lugar, que “les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes”.
La palabra griega Paráclito se traduce como “Consolador” y hoy nos recuerda la primera lectura que fue muy necesaria en la Iglesia de los inicios esa característica del Espíritu Santo.
El Espíritu, como anunció Jesús, por milenios ha iluminado las mentes y los corazones para que comprendamos que el pecado fue derrotado por el Justo ajusticiado. El que fue condenado injustamente viró la historia, transformando los conceptos de éxito y fracaso dominantes. Pablo y Silas, por ejemplo, en la primera lectura, eran prisioneros por su fe (¿vencidos?), pero “oraban y cantaban las alabanzas de Dios, mientras los otros prisioneros los escuchaban”, por su lado el representante de los “vencedores”, el carcelero sufre cuando cree que se habían escapado. El resultado es el cuestionamiento personal del que tiene buena disposición interior: “¿qué debo hacer para alcanzar la salvación?”. Se le anuncia la Palabra, auxilia a los que necesitan, es bautizado y luego viene “festejar con los suyos la alegría de haber creído en Dios”. 
Enseñaba hace unos años el Papa: “Así como Pablo califica la alegría fruto del Espíritu Santo del mismo modo también Juan, en su Evangelio, ha unido íntimamente el Espíritu y la alegría. El Espíritu nos da la alegría. Y es la alegría. La alegría es el don en el que todos los demás dones están resumidos. Es la expresión de la felicidad, del estar en armonía consigo mismos, algo que sólo puede derivarse de estar en armonía con Dios y con su creación. Forma parte de la naturaleza de la alegría el irradiarse, tener que comunicarse.” (Mensaje navideño a la Curia, diciembre 2008).
¿Vivimos alegremente nuestra fe? Es importante preguntárnoslo, porque, así como en el evangelio dominical Jesús nos llamaba sus amigos, la alegría es signo de que somos amigos del Espíritu Santo.

Te damos gracias, Señor, de todo corazón, por tu amor y tu fidelidad. Porque hemos sentido que nos has respondido cada vez que te invocamos y has aumentado la fuerza de nuestra alma, enviándonos al Santo Consolador y con Él la alegría de vivir a tu servicio. Así tu gozo está en nosotros, como nos habías prometido.

Viviendo el gozo perfecto del Señor de la Paz, el Amor y la Alegría,
Miguel.

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