16 de mayo de 2012
Miércoles de la Sexta Semana de
Pascua
Lecturas
de hoy:
Hechos
17, 15. 22—18, 1
/ Salmo 148, 1-2. 11-14 Llenos están los cielos y la tierra de tu
gloria.
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según
san Juan 16, 12-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
«Todavía tengo muchas cosas que decirles,
pero ustedes no las pueden comprender ahora. Cuando venga el Espíritu de la
Verdad, él los introducirá en toda la verdad, porque no hablará por sí mismo,
sino que dirá lo que ha oído y les anunciará lo que irá sucediendo.
El me glorificará, porque recibirá de lo mío
y se lo anunciará a ustedes.
Todo lo que es del Padre es mío. Por eso les
digo: "Recibirá de lo mío y se lo anunciará a ustedes".»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Pablo nos indica en la primera lectura: “yo vengo a anunciarles eso que ustedes
adoran sin conocer”. Porque a nosotros nos falta conocer mejor a la Tercera
Persona de la Santísima Trinidad: el Espíritu Santo. Ayer, Jesús nos lo
presentaba como Consolador; hoy, como “el
Espíritu de la Verdad” que nos “introducirá
en toda la verdad”. Recordemos que
Jesús mismo es la Verdad (cf. Jn 14, 6) y el testigo
de la verdad (cf. Jn 18,
37). La Verdad consiste en que Dios “ha hecho el mundo y todo lo que hay en él” que
“no habita en templos hechos por manos de
hombre, porque es el Señor del cielo y de la tierra. Tampoco puede ser servido
por manos humanas como si tuviera necesidad de algo, ya que él da a todos la
vida, el aliento y todas las cosas. El hizo salir de un solo principio a todo
el género humano para que habite sobre toda la tierra, y señaló de antemano a
cada pueblo sus épocas y sus fronteras, para que ellos busquen a Dios, aunque
sea a tientas, y puedan encontrarlo. Porque en realidad, él no está lejos de
cada uno de nosotros. En efecto, en él vivimos, nos movemos y existimos”,
como les explica a los griegos que no lo conocían el apóstol Pablo. Y lo
refuerza el Salmo: “Alaben el nombre del
Señor. Porque sólo su Nombre es sublime; su majestad está sobre el cielo y la
tierra, y él exalta la fuerza de su pueblo”.
Dios está ahí, permanentemente poniéndose al alcance
limitado humano, de todo humano. Para eso, el Espíritu Santo nos guía, nos inspira,
nos ilumina, nos introduce en toda la verdad: para ayudarnos a encontrarlo en
las distintas situaciones que nos corresponde vivir.
Dice el salmista “¿qué
es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides?” (8,
5). Gracias, Señor, por tu amor permanente y constante hacia nosotros, al ponerte
siempre al alcance de nuestra mano. Por tu Hijo al que glorificaste con la
Resurrección y hoy está con nosotros siempre. Por el Espíritu de la Verdad que
nos anuncia lo que quieres que conozcamos.
Viviendo el gozo
perfecto del Señor de la Paz, el Amor y la Alegría,
Miguel.
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