PREPAREMOS EL PRÓXIMO
DÍA DEL SEÑOR
27 de mayo de 2012
Solemnidad de Pentecostés
Lecturas de
hoy:
Hechos 2, 1-11 / Salmo 103, 1. 24. 29-31. 34 Señor, envía tu Espíritu y renueva la faz de la tierra / I Corintios 12,
3-7. 12-13
EVANGELIO
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Juan 20,
19-23
Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana,
estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por
temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La
paz esté con ustedes!»
Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los
discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.
Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el
Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes.» Al decirles esto, sopló
sobre ellos y añadió «Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a
los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los
retengan.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Las lecturas de esta fiesta de Pentecostés nos
brindan, una vez más, la posibilidad de combatir la “religiosidad
individualista” de sentir que estando en situación de temor, al oír el saludo
de paz del Resucitado, uno puede llenarse de alegría y después
pretender guardarse ese gustito para uno mismo de manera egoísta.
« En cada uno, el Espíritu se manifiesta para el bien común » afirma Pablo (2L), para poner de relieve una característica que
distingue al cristiano: busca, con ayuda divina, vencer el egoísmo que nos es
tan natural (cf. Sal 51, 12: « Crea en mí, Dios mío, un
corazón puro, y renueva la firmeza de mi espíritu ») para poder desarrollar la
preocupación por los demás: « Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la Vida, porque amamos a
nuestros hermanos » (1 Jn 3, 14) y « el amor de
Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo, que nos ha
sido dado » (Rom 5, 5).
El Señor, envía su Espíritu « y renueva la faz de la tierra » (Sal), tanto que hasta los que
hablaban las lenguas más extrañas logran entender el idioma del amor de Dios
(1L ; cf. Gal 5, 22), porque « a pesar de ser muchos, no
forman sino un solo cuerpo » (2L). Cuando hablamos la
misma lengua, la discordia desaparece y se cumple la Palabra del Señor « ¡La paz esté con ustedes! ».
A transmitir esta Buena Noticia para la humanidad estamos
llamados hoy. Que nuestro amor, solidaridad, fraternidad, manifestados en
compromiso por los más necesitados (cf. Mt 25, 31ss) sean manifestación de que el
Espíritu del Dios Amor (cf.1
Jn 4, 8) es realmente “dulce huésped” de nuestra alma (Secuencia).
Oremos con fragmentos de la Secuencia de este
Domingo: “Ven, Espíritu Santo,
y envía desde el cielo un rayo de tu luz. Ven, Padre
de los pobres, ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz. Consolador lleno de
bondad, dulce huésped del alma suave alivio de los hombres. Sin tu ayuda divina
no hay nada en el hombre, nada que sea inocente. Lava nuestras manchas, riega
nuestra aridez, cura nuestras heridas. Suaviza nuestra dureza, elimina con tu
calor nuestra frialdad, corrige nuestros desvíos. Premia nuestra virtud, salva
nuestras almas, danos la eterna alegría”. Amén.
Con el impulso
del Espíritu Santo, manifestación de la
Paz, el Amor y la
Alegría,
Miguel.
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