PREPAREMOS EL PRÓXIMO DÍA
DEL SEÑOR
13 de mayo de 2012
Sexto Domingo de Pascua
Lecturas de
hoy:
Hechos 10, 25-26. 34-36. 44-48 / Salmo 97, 1-4 El Señor reveló su victoria a las naciones. / I Juan 4, 7-10
EVANGELIO
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Juan 15,
9-17
Jesús dijo a sus discípulos:
«Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes.
Permanezcan en mi amor. Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor,
como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor.
Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese
gozo sea perfecto.
Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo
los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes
son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque
el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he
dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los
elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea
duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.
Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Decía Benedicto XVI, en su primera Encíclica,
significativamente llamada Dios es Amor: “No se comienza a ser cristiano por
una decisión ética o una gran idea, sino por el encuentro con un
acontecimiento, con una Persona, que da un nuevo horizonte a la vida y, con
ello, una orientación decisiva. En su Evangelio, Juan había expresado este
acontecimiento con las siguientes palabras: «Tanto amó Dios al mundo, que
entregó a su Hijo único, para que todos los que creen en él tengan vida eterna»
(cf. 3, 16). La fe cristiana, poniendo el amor en el centro, ha asumido lo que era
el núcleo de la fe de Israel, dándole al mismo tiempo una nueva profundidad y
amplitud. En efecto, el israelita creyente reza cada día con las palabras del
Libro del Deuteronomio que, como bien sabe, compendian el núcleo de su
existencia: «Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es solamente uno. Amarás al
Señor con todo el corazón, con toda el alma, con todas las fuerzas» (6, 4-5). Jesús,
haciendo de ambos un único precepto, ha unido este mandamiento del amor a Dios
con el del amor al prójimo, contenido en el Libro del Levítico: «Amarás a tu
prójimo como a ti mismo» (19, 18; cf.
Mc 12, 29- 31). Y, puesto que es Dios quien nos ha amado
primero (cf. 1 Jn 4, 10), ahora el amor ya no es sólo un «mandamiento», sino la respuesta al don
del amor, con el cual viene a nuestro encuentro.”
El cristiano –el amigo de Jesús, el que ha recibido
el agua del bautismo- vive el gozo de amar y realizar el amor en gestos
concretos o frutos duraderos (“el que lo
teme y practica la justicia es agradable a Él”, afirma Pedro en la primera
lectura), enviado por Jesús, en gratitud a que Dios “nos amó primero, para que tuviéramos Vida por medio de él” (2ª
lect.), cuando “permanecemos en su amor”, porque “Dios no hace acepción de personas” (1ª lect.).
Te cantamos un emocionado canto nuevo, Señor, porque
has hecho maravillas en nosotros, lo que comenzó cuando nos encontramos con tu
Persona en nuestra vida y se fue concretando cuando nos regalaste el bautismo y
todos los otros sacramentos, cuando compartiste tu gozo con nosotros, cuando
nos llamaste amigos, cuando nos amaste hasta dar la vida. Por todo, gracias,
Señor.
Viviendo el gozo
perfecto del Señor de la Paz,
el Amor y la Alegría,
Miguel.
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