11 de mayo de 2012
Viernes de la Quinta Semana de
Pascua
Lecturas de
hoy:
Hechos 15, 22-31 / Salmo 56, 8-12 Te alabaré en medio de los pueblos, Señor.
EVANGELIO
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Juan 15,
12-17
Jesús dijo a sus discípulos:
«Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como
yo los he amado. No hay amor más grande que dar la vida por los amigos. Ustedes
son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque
el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he
dado a conocer todo lo que oí de mi Padre.
No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los
elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea
duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá.
Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
El Señor elige y destina a quienes quiere para que
vayan a dar frutos. No cualquiera, sino los que perduren. Como nos decía el
reciente Domingo (cf. Jn 15, 1-5), estando unidos al árbol del amor, que es Él mismo, daremos los frutos
correspondientes, porque no hay fruto más duradero que el auténtico amor, el
que proviene del propio Amor (cf. Jn 15, 9), como reiteradamente hemos meditado estos días.
Para hacer posible todo esto, logrando superar las
múltiples trabas y dificultades que ponemos, debido a nuestra naturaleza herida
por el pecado, tenemos a su “embajador” trabajando activamente (“El Espíritu Santo, y nosotros mismos, hemos
decidido”, reconoce el documento final del Concilio de Jerusalén, que hemos
venido siguiendo durante estos días, en la primera lectura). Y aunque nos ha “dado a conocer todo lo que oí de mi Padre”,
necesitamos auxilio para captar bien su mensaje, para ser “amigos” de Jesús. ¿Quién
nos ayuda para esto?: “el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre,
les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho” (Jn 14, 26).
Te alabaré en medio de los pueblos, Señor, te
cantaré entre las naciones, porque tu misericordia se eleva hasta el cielo y lo
demuestras de manera concreta dándonos tú amor y dándonos tú mismo los medios
para crecer en amor. Gracias, Señor.
Unido al Árbol
de la Vida para
poder dar frutos de Paz, Amor y Alegría,
Miguel.
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