26 de mayo de 2012
Sábado de la Séptima Semana de
Pascua
Lecturas de
hoy:
Hechos 28, 16-20.30-31 / Salmo 10, 4-5. 7 Los
que son rectos verán tu rostro, Señor.
EVANGELIO
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Juan 21,
20-25
Pedro, volviéndose, vio que lo seguía el discípulo al que
Jesús amaba, el mismo que durante la
Cena se había reclinado sobre Jesús y le había preguntado:
«Señor, ¿quién es el que te va a entregar?»
Cuando Pedro lo vio, preguntó a Jesús: «Señor, ¿y qué será
de este?»
Jesús le respondió: «Si yo quiero que él quede hasta mi
venida, ¿qué importa? Tú sígueme.»
Entonces se divulgó entre los hermanos el rumor de que aquel
discípulo no moriría, pero Jesús no había dicho a Pedro: «El no morirá», sino:
«Si yo quiero que él quede hasta mi venida, ¿qué te importa?»
Este mismo discípulo es el que da testimonio de estas cosas
y el que las ha escrito, y sabemos que su testimonio es verdadero.
Jesús hizo también muchas otras cosas. Si se las relata
detalladamente, pienso que no bastaría todo el mundo para contener los libros
que se escribirían.
Palabra del Señor.
MEDITACION
En ambos textos de hoy, encontramos referencias
personales de los autores: « Cuando llegamos a Roma… », indica Lucas en la primera lectura; « Este mismo discípulo es el
que da testimonio de estas cosas y el que las ha escrito », refiere por su parte Juan. Esto nos hace meditar en que la fe es una
experiencia personal, que, cuando es auténtica, no se puede guardar para uno
mismo, sino que se siente el deber de compartirla (cf. Mt 21, 15-16). Así lo hicieron ambos
evangelistas y, gracias a ellos y al Espíritu Santo que les inspiró, llegaron
hasta nosotros páginas que han alimentado nuestra propia fe.
« Jesús hizo también muchas otras cosas » y sigue
haciéndolo. Por ejemplo, en tu vida. Tal vez lo tuyo no sea escribir, pero sí
puedes contar lo que Él ha hecho por ti, « Porque el Señor es justo y
ama la justicia, y los que son rectos verán su rostro » (Sal). Y, con tu forma de expresarlo alimentar la fe de otros.
Te pedimos Dios Espíritu Santo que infundas en
nosotros el valor, la claridad y el entusiasmo por propagar las vivencias que
nos has dado conocer acerca de la relación contigo, el Padre y el Hijo, durante
nuestra vida. Y que dándolas a conocer, inspiren el amor y la alegría por tu
cercanía a nuestros hermanos. Amén.
Anunciando a
toda la creación la Buena
Nueva de la Paz,
el Amor y la Alegría,
Miguel.
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