12 de abril de 2012
Jueves de la Octava de la Pascua
Lecturas de hoy:
Hechos 3, 11-26 / Salmo Sal 8, 2a. 5-9 ¡Señor, nuestro Dios, qué admirable es tu Nombre en toda la tierra!
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 24, 35-48
Los discípulos, por su parte, contaron lo que les había pasado en el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan.
Todavía estaban hablando de esto, cuando Jesús se apareció en medio de ellos y les dijo: «La paz esté con ustedes.»
Atónitos y llenos de temor, creían ver un espíritu, pero Jesús les preguntó: «¿Por qué están turbados y se les presentan esas dudas? Miren mis manos y mis pies, soy yo mismo. Tóquenme y vean. Un espíritu no tiene carne ni huesos, como ven que yo tengo.»
Y diciendo esto, les mostró sus manos y sus pies. Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer. Pero Jesús les preguntó: «¿Tienen aquí algo para comer?» Ellos le presentaron un trozo de pescado asado; él lo tomó y lo comió delante de todos.
Después les dijo: «Cuando todavía estaba con ustedes, yo les decía: Es necesario que se cumpla todo lo que está escrito de mí en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos.»
Entonces les abrió la inteligencia para que pudieran comprender las Escrituras, y añadió: «Así estaba escrito: el Mesías debía sufrir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y comenzando por Jerusalén, en su Nombre debía predicarse a todas las naciones la conversión para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de todo esto.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
También hoy encontramos rasgos paralelos entre ambas lecturas propuestas: primero, el asombro incrédulo ante lo que veían. La frase del evangelio “Era tal la alegría y la admiración de los discípulos, que se resistían a creer” es decidora. Y en segundo lugar vemos que en ambos casos se recurre a la Escritura (“Así estaba escrito”) para explicar lo que parece difícil de creer, dando a entender que todo esto es parte del plan amoroso de Dios para su creación: “Al ver el cielo, obra de tus manos, la luna y las estrellas que has creado: ¿qué es el hombre para que pienses en él, el ser humano para que lo cuides?” canta asombrado el salmista.
Dios no improvisa: hay un plan que se está ejecutando para todo el universo (“Porque yo conozco muy bien los planes que tengo proyectados sobre ustedes –oráculo del Señor–: son planes de prosperidad y no de desgracia, para asegurarles un porvenir y una esperanza”, nos transmite a través del profeta Jeremías 29, 11). Pero tampoco el Señor ama “en masa”, sino individualmente: te ama a ti (“Señor, tú me sondeas y me conoces, tú sabes si me siento o me levanto; de lejos percibes lo que pienso, te das cuenta si camino o si descanso, y todos mis pasos te son familiares. Antes que la palabra esté en mi lengua, tú, Señor, la conoces plenamente”, Salmo 139, 1-4; “Sabemos, además, que Dios dispone todas las cosas para el bien de los que lo aman, de aquellos que él llamó según su designio” (Rom 8, 28).
Padre bondadoso, te pedimos que nos guíes por el camino que has trazado para nuestra vida, en la certeza de que tus designios, por incomprensibles que nos parezcan en su momento, vistos en el horizonte del tiempo, serán los más adecuados. A imagen de tu Hijo quien te pidió que no se hiciese su voluntad, sino la Tuya. Amén.
Paz, Amor y Alegría para tu día y tu vida.
Miguel.
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