Eres “divino/a” por el amor de Dios

30 de marzo de 2012

Viernes de la Quinta Semana de Cuaresma

Lecturas de hoy:

Jeremías 20, 10-13 / Salmo 17, 2-7 Invoqué al Señor y Él me escuchó.

EVANGELIO

+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     10, 31-42

Los judíos tomaron piedras para apedrearlo.

Entonces Jesús dijo: «Les hice ver muchas obras buenas que vienen del Padre; ¿por cuál de ellas me quieren apedrear?»

Los judíos le respondieron: «No queremos apedrearte por ninguna obra buena, sino porque blasfemas, ya que, siendo hombre, te haces Dios.»

Jesús les respondió: «¿No está escrito en la Ley: Yo dije: Ustedes son dioses? Si la Ley llama dioses a los que Dios dirigió su Palabra -y la Escritura no puede ser anulada- ¿Cómo dicen: "Tú blasfemas", a quien el Padre santificó y envió al mundo, porque dijo: "Yo soy Hijo de Dios"?

Si no hago las obras de mi Padre, no me crean; pero si las hago, crean en las obras, aunque no me crean a mí. Así reconocerán y sabrán que el Padre está en mí y yo en el Padre.»

Ellos intentaron nuevamente detenerlo, pero él se les escapó de las manos. Jesús volvió a ir al otro lado del Jordán, al lugar donde Juan había bautizado, y se quedó allí. Muchos fueron a verlo, y la gente decía: «Juan no ha hecho ningún signo, pero todo lo que dijo de este hombre era verdad.» Y en ese lugar muchos creyeron en él.

Palabra del Señor.

MEDITACION

Estos días Jesús ha estado exhortándonos a aceptar, acoger, ser fieles a la Palabra Divina.

Hoy nos da una muestra de lo que un espíritu libre y amante de Dios puede hacer empapándose de ella. La acusación de sus contemporáneos es: “siendo hombre, te haces Dios”. Es decir, blasfemia. Pero tal como Jeremías en la primera lectura, Jesús puede decir: “mis perseguidores tropezarán y no podrán prevalecer; se avergonzarán de su fracaso, será una confusión eterna”, porque les hace ver que la Escritura que “no puede ser anulada” llama a quienes escuchan la Palabra “dioses” (cf. Salmo 82, 6). Con esto los pone ante tener que desmentir la Palabra sagrada o aceptar que este hombre se diga hijo de Dios. En ambos casos quedaban en ridículo.

Somos dioses; somos templos del Dios Espíritu Santo; nos alimentamos eucarísticamente del cuerpo de Dios Hijo; somos imagen y semejanza del Dios Padre... Ponte en tu lugar: no eres una cosa del universo. Eres “divino/a” por el amor de Dios. Ten respeto por ti mismo. Ten respeto por todos tus hermanos, en especial aquellos desamparados con quienes el Señor Jesús se identifica (cf. Mt 25, 31ss.)

Tú eres, Señor, nuestra fuerza, nuestra Roca, nuestra fortaleza y nuestro libertador. Por eso, con alegría, te decimos: por los dones de santidad y los sacramentos que has puesto en nuestro camino para hacer más santa, más “divina” nuestra vida, gracias, Señor.

Paz, Amor y Alegría para tu día y tu vida.

Miguel.