20 de febrero de 2012
Lunes de la Séptima Semana Durante el Año
Lecturas de hoy:
Santiago 3, 13-18 / Salmo 18, 8-10. 15 Los mandamientos del Señor alegran el corazón.
+ EVANGELIO de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 9, 14-29
Cuando volvieron a donde estaban los otros discípulos, los encontraron en medio de una gran multitud, discutiendo con algunos escribas. En cuanto la multitud distinguió a Jesús, quedó asombrada y corrieron a saludarlo. El les preguntó: «¿Sobre qué estaban discutiendo?.»
Uno de ellos le dijo: «Maestro, te he traído a mi hijo, que está poseído de un espíritu mudo. Cuando se apodera de él, lo tira al suelo y le hace echar espuma por la boca; entonces le crujen sus dientes y se queda rígido. Le pedí a tus discípulos que lo expulsaran pero no pudieron.»
«Generación incrédula, respondió Jesús, ¿hasta cuando estaré con ustedes? ¿Hasta cuando tendré que soportarlos? Tráiganmelo.» Y ellos se lo trajeron. En cuanto vio a Jesús, el espíritu sacudió violentamente al niño, que cayó al suelo y se revolcaba, echando espuma por la boca.
Jesús le preguntó al padre: «¿Cuánto tiempo hace que está así?.» «Desde la infancia, le respondió, y a menudo lo hace caer en el fuego o en el agua para matarlo. Si puedes hacer algo, ten piedad de nosotros y ayúdanos.»
«¡Si puedes...!», respondió Jesús. «Todo es posible para el que cree.» Inmediatamente el padre del niño exclamó: «Creo, ayúdame porque tengo poca fe.»
Al ver que llegaba más gente, Jesús increpó al espíritu impuro, diciéndole: «Espíritu mudo y sordo, yo te lo ordeno, sal de él y no vuelvas más.» El demonio gritó, sacudió violentamente al niño y salió de él, dejándolo como muerto, tanto que muchos decían: «Está muerto.» Pero Jesús, tomándolo de la mano, lo levantó, y el niño se puso de pie.
Cuando entró a la casa y quedaron solos, los discípulos le preguntaron: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?.»
El les respondió: «Esta clase de demonios se expulsa sólo con la oración.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Hoy vemos a los discípulos de Jesús en una lucha infértil con los demonios. Probablemente imitaron paso a paso lo que habían visto hacer tantas veces a su Maestro. Y sin embargo, el resultado no era el mismo…
¿Qué fallaba?
Santiago dice en la primera lectura: “la sabiduría que viene de lo alto es, ante todo, pura; y además, pacífica, benévola y conciliadora; está llena de misericordia y dispuesta a hacer el bien; es imparcial y sincera.”. Les faltaba ese tipo de sabiduría. Pero a no equivocarse: Jesús la poseía no por ser Hijo de Dios; él era “el hijo del hombre”, como se llamaba a sí mismo, con clara conciencia de humanidad, con todas las limitaciones que nuestro cuerpo y mente tiene.
Su sabiduría provenía de estar consciente de que “Todo es posible para el que cree” y él, en su finitud humana, creía firmemente en el Padre y en los frutos de un diálogo fluído con Él, es decir, la oración: potente medio de derrotar los demonios de los demás y los propios…
Este día hagamos propia la oración del padre del niño: “Creo, Señor, ayúdame porque tengo poca fe”, confiados en que todo es posible para quien en Ti cree, porque, como canta el Salmo: “La palabra del Señor es pura, permanece para siempre; los juicios del Señor son la verdad”, por lo que podemos creer que nunca nos fallarás.
Paz, Amor y Alegría para tu día y tu vida.
Miguel.
1 comentario:
paso visitando su blog, bendiciones desde mi blog www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com
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