21 de febrero de 2012
Martes de la Séptima Semana Durante el Año
Lecturas de hoy:
Santiago 4, 1-10 / Salmo 54, 7-8. 9-10a. 10b-11a. 23 Confía tu suerte al Señor, y él te sostendrá.
+ EVANGELIO de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos 9, 30-37
Al salir de allí atravesaron la Galilea ; Jesús no quería que nadie lo supiera, porque enseñaba y les decía: «El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres; lo matarán y tres días después de su muerte, resucitará.» Pero los discípulos no comprendían esto y temían hacerle preguntas.
Llegaron a Cafarnaún y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: «¿De qué hablaban en el camino?.» Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande.
Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: «El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos.»
Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: «El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Santiago, en la primera lectura, muestra ser un buen conocedor de la naturaleza humana (y de paso, nos retrata a nosotros, si somos honestos) al decir: “¿De dónde provienen las luchas y las querellas que hay entre ustedes? ¿No es precisamente de las pasiones que combaten en sus mismos miembros? Ustedes ambicionan, y si no consiguen lo que desean, matan; envidian, y al no alcanzar lo que pretenden, combaten y se hacen la guerra.” Tanto es así que en el evangelio vemos que aún los discípulos que convivían a diario con el Señor podían caer en esto.
Pero Jesús, con la sabiduría del Espíritu, enseña el antídoto contra esta ansia tan naturalmente humana: imitar a los niños, quienes “confían su suerte al padre o madre, y él o ella les sostienen”. Así mismo debemos confiar en el Padre de todos, como canta el Salmo de hoy, porque es providente y amoroso con todos. Con esa conciencia, la envidia no nos ganará y no buscaremos dominar a otros, porque todos podemos acceder a lo necesario.
Concédenos, Señor, saber hacernos como niños para aprender a, en Ti, “encontrar un refugio contra el viento arrasador y la borrasca” de nuestras pasiones, envidias y disputas.
Paz, Amor y Alegría para tu día y tu vida.
Miguel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario