Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

domingo, 19 de febrero de 2012

Nunca se ha visto nada como la solicitud cristiana por los demás


19 de febrero de 2012
7° Domingo Durante el Año

Lecturas de hoy:
Isaías 43, 18-19. 21-22. 24b-25 / Salmo 40, 2-5. 13-14 Sáname, Señor, porque pequé contra ti. / II Corintios 1, 18-22

+ EVANGELIO de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos     2, 1-12
Unos días después, Jesús volvió a Cafarnaún y se difundió la noticia de que estaba en la casa. Se reunió tanta gente, que no había más lugar ni siguiera delante de la puerta, y Él les anunciaba la Palabra.
Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre cuatro hombres. Y como no podían acercarlo a él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el paralítico. Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: «Hijo, tus pecados te son perdonados».
Unos escribas que estaban sentados allí pensaban en su interior: «¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando! ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?»
Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: «¿Qué están pensando? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: "Tus pecados te son perdonados", o "Levántate, toma tu camilla y camina"? Para que ustedes sepan que el Hijo de hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados -dijo al paralítico- yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vete a tu casa».
Él se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos. La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: «Nunca hemos visto nada igual».
Palabra del Señor.

MEDITACION
Dios nos recuerda, por boca de Isaías, en la primera lectura: “soy Yo, sólo Yo, el que borro tus crímenes por consideración a mí, y ya no me acordaré de tus pecados”, mientras que el salmista proclama que el Señor nos sostiene en la enfermedad y nos devuelve la salud. “Y es Dios el que nos reconforta en Cristo”, enseña Pablo en la segunda lectura.
Como parte de su misión de acercar la compasión, la misericordia y el amor de Dios a la humanidad, Jesús realiza signos como el que nos relata el evangelio de hoy.
Puede sonarnos extraño que ante la necesidad de curación física del paralítico, las primeras palabras de Jesús sean «Hijo, tus pecados te son perdonados». Y es que no hay peor enfermedad que la distancia con el Padre Bueno, otra forma de llamar al pecado. Además, es muy probable que la lejanía de Dios sea propicia para que nos afecten muchas de nuestras dolencias físicas y sicológicas.
Para que se hiciera realidad la buena noticia del Reino de Dios en la tierra, Jesús perdonaba y aliviaba, en su tiempo personalmente; en el actual, continúa haciéndolo por medio de quienes nos decimos seguidores suyos.
Te pedimos, Señor, que la gente asombrada te glorifique al vernos actuar en tu nombre.

Paz, Amor y Alegría para tu día y tu vida.
Miguel.

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