22 de febrero de 2012
Miércoles de Cenizas
Lecturas de hoy:
Joel 2, 12-18 / Salmo 50, 3-6a. 12-14. 17 ¡Ten piedad, Señor, porque hemos pecado! / II Corintios 5, 20—6, 2
+ EVANGELIO de nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 6, 1-6. 16-18
Jesús dijo a sus discípulos:
Tengan cuidado de no practicar su justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos: de lo contrario, no recibirán ninguna recompensa del Padre que está en el cielo. Por lo tanto, cuando des limosna, no lo vayas pregonando delante de ti, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles, para ser honrados por los hombres. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Cuando tú des limosna, que tu mano izquierda ignore lo que hace la derecha, para que tu limosna quede en secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes oren, no hagan como los hipócritas: a ellos les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos. Les aseguro que ellos ya tienen su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ores, retírate a tu habitación, cierra la puerta y ora a tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Cuando ustedes ayunen, no pongan cara triste, como hacen los hipócritas, que desfiguran su rostro para que se note que ayunan. Les aseguro que con eso, ya han recibido su recompensa.
Tú, en cambio, cuando ayunes, perfuma tu cabeza y lava tu rostro, para que tu ayuno no sea conocido por los hombres, sino por tu Padre que está en lo secreto; y tu Padre, que ve en lo secreto, te recompensará.
Palabra del Señor.
MEDITACION
Pablo al comenzar la Cuaresma de este año nos invita: “Déjense reconciliar con Dios”. Para prepararnos a ese encuentro con el Santo de los Santos, Jesús propone los métodos de purificación que ya son históricos en nuestra fe: limosna, oración y ayuno.
Joel, en la primera lectura, recordando la tradición de su época, con desgarro de ropas como símbolo penitencial, nos indica a nombre de Dios: “Desgarren su corazón y no sus vestiduras”, lo que nos sirve para encontrar el espíritu con que el Señor espera que vivamos este tiempo: que nuestra caridad sea honesta y generosa; nuestra oración sincera y confiada; y nuestro ayuno a cara limpia y con alegría de corazón.
Pero, a continuación el profeta señala: “…y vuelvan al Señor, su Dios, porque él es bondadoso y compasivo, lento para la ira y rico en fidelidad”. Consolados con esa imagen, podemos entrar en este periodo penitencial, preparatorio para la mayor fiesta del año, reconociendo el abismo que hay entre nuestras faltas a la caridad e infidelidades y Su inmenso Amor, haciendo nuestras las súplicas del salmista, cuando dice: “¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad, por tu gran compasión, borra mis faltas! ¡Lávame totalmente de mi culpa y purifícame de mi pecado!”.
En esta Cuaresma que iniciamos, crea en nosotros, Dios nuestro, un corazón puro,
y renueva la firmeza de nuestro espíritu. Amén.
Paz, Amor y Alegría para tu día y tu vida.
Miguel.
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