15 de noviembre de 2012
Jueves de la Trigésima Segunda
Semana Durante el Año
Lecturas:
Filemón 7-20
/ Salmo 145, 7-10 Feliz el que se apoya en el Dios de Jacob.
EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas 17, 20-25
Los fariseos le preguntaron cuándo llegará el
Reino de Dios. El les respondió: «El Reino de Dios no viene ostensiblemente, y
no se podrá decir: "Está aquí" o "Está allí." Porque el
Reino de Dios está entre ustedes.»
Jesús dijo después a sus discípulos: «Vendrá
el tiempo en que ustedes desearán ver uno solo de los días del Hijo del hombre
y no lo verán. Les dirán: "Está aquí" o "Está allí", pero
no corran a buscarlo. Como el relámpago brilla de un extremo al otro del cielo,
así será el Hijo del hombre cuando llegue su Día.
Pero antes tendrá que sufrir mucho y será
rechazado por esta generación.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Esta es una palabra clave para nosotros,
porque solemos asociar el Reino con la Vida después de la segunda venida del
Señor, «cuando llegue su Día», como lo llama Él
mismo, y con el Cielo y la eternidad. Pero Jesús indica que «el Reino de Dios está entre ustedes».
Primero, porque Él mismo era el Reino
actuando en la tierra; y también porque cuando quienes llevamos su nombre, los
cristianos, quienes permaneciendo en Él y dejando que Él permanezca en nosotros
damos frutos del Reino a nuestra vez (cf Jn 15,5), los que llenarían de alegría a Pablo «viendo como tú, querido hermano, aliviabas las necesidades de los
santos» (1L), porque es de esa manera que, después
de su Ascensión a la morada del Padre, por intermedio nuestro, continúa siendo
posible que «El Señor hace justicia a los
oprimidos y da pan a los hambrientos. El Señor libera a los cautivos. El Señor
abre los ojos de los ciegos y endereza a los que están encorvados. El Señor ama
a los justos y protege a los extranjeros. Sustenta al huérfano y a la viuda y
entorpece el camino de los malvados» (Sal).
Venga a nosotros tu Reino, Padre Bueno;
desde nosotros, si nos inspiras, Santo Espíritu; para que el mundo sea más
pleno y feliz, como lo quieres, Señor Jesús. Así sea.
Entregando de
nuestras carencias toda la Paz, Amor y Alegría que requieran los hermanos,
Miguel.
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