Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Para llorar de agradecimiento alabando a Dios



14 de noviembre de 2012
Miércoles de la Trigésima Segunda Semana Durante el Año

Lecturas:
Tito 3, 1-7 / Salmo 22, 1-6 El Señor es mi pastor, nada me puede faltar.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     17, 11-19
Mientras se dirigía a Jerusalén, Jesús pasaba a través de Samaría y Galilea. Al entrar en un poblado, le salieron al encuentro diez leprosos, que se detuvieron a distancia y empezaron a gritarle: «¡Jesús, Maestro, ten compasión de nosotros!»
Al verlos, Jesús les dijo: «Vayan a presentarse a los sacerdotes.» Y en el camino quedaron purificados.
Uno de ellos, al comprobar que estaba curado, volvió atrás alabando a Dios en voz alta y se arrojó a los pies de Jesús con el rostro en tierra, dándole gracias. Era un samaritano.
Jesús le dijo entonces: «¿Cómo, no quedaron purificados los diez? Los otros nueve, ¿dónde están? ¿Ninguno volvió a dar gracias a Dios, sino este extranjero?» Y agregó: «Levántate y vete, tu fe te ha salvado.»
Palabra del Señor.

MEDITACION
El gran Apóstol sintetiza la acción de Dios en nosotros de la siguiente manera: «cuando se manifestó la bondad de Dios, nuestro Salvador, y su amor a los hombres, no por las obras de justicia que habíamos realizado, sino solamente por su misericordia, él nos salvó, haciéndonos renacer por el bautismo y renovándonos por el Espíritu Santo. Y derramó abundantemente ese Espíritu sobre nosotros por medio de Jesucristo, nuestro Salvador, a fin de que, justificados por su gracia, seamos en esperanza herederos de la Vida eterna» (1L).
¿No es como para arrojarse «a los pies de Jesús con el rostro en tierra» y llorar de agradecimiento?
Pero si además hemos tenido la experiencia (o, más bien, nos hemos dado cuenta de la experiencia) de que «El Señor es mi pastor, nada me puede faltar […] repara mis fuerzas […] porque tú estás conmigo. Tu bondad y tu gracia me acompañan a lo largo de mi vida» (Sal), es como para volver atrás «alabando a Dios en voz alta».
Pero recordemos, una vez más, que Dios no necesita nuestro agradecimiento, sí necesita (es una forma de decir) que estemos «siempre dispuestos para cualquier obra buena» (1L), de amor y servicio a nuestros hermanos, que son sus hijos.

Esperamos escuchar de ti también «Levántate, tu fe te ha salvado», en el momento de manifestar nuestro agradecimiento por las grandes obras que haces en nosotros, mediante la compasión activa por los dolores de nuestros hermanos. Gracias, Señor.

Entregando de nuestras carencias toda la Paz, Amor y Alegría que requieran los hermanos,
Miguel.

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