Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

lunes, 10 de septiembre de 2012

Un ejemplo para revisar criterios religiosos



10 de septiembre de 2012
Lunes de la Vigésimo Tercera Semana Durante el Año

Lecturas de hoy:
I Corintios 5, 1-8 / Salmo 5, 5-7. 12 Guíame, Señor, por tu justicia.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Lucas     6, 6-11
Un sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo. Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: «Levántate y quédate de pie delante de todos.» El se levantó y permaneció de pie.
Luego les dijo: «Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?» Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: «Extiende tu mano.» El la extendió y su mano quedó curada.
Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús.
Palabra del Señor.

MEDITACION
Qué miserable puede llegar a ser el corazón humano. Los escribas y fariseos «querían encontrar algo de qué acusarlo». No era posible que se despojaran «de la vieja levadura, para ser una nueva masa» (1L), porque era más fuerte su aferrarse a las tradiciones (Mc 7,3) que una mirada honesta. Y eso los enceguecía al bien evidente que Él realizaba.
Por cierto no era una mera “tradición” el respeto por el sábado, sino un Mandamiento de Dios (Ex 20,8). El gran error de esas buenas personas que eran los fariseos (Flp 3,4-5) fue hacer una lectura fundamentalista de ese y todos los preceptos divinos, poniendo más énfasis en lo que había que cumplir, que en el sentido último por el que existían las normas, con lo que se distorsionaba la imagen de Dios Padre (Mc 2,27), olvidando que «Tú no eres un Dios que ama la maldad» (Sal). Corrección que asume como una de sus principales tareas Jesús (Mt 11,27; Jn 14,23).
¿No sería adecuado, en lo colectivo, que revisáramos los criterios con que realizamos nuestras prácticas religiosas: si ponemos en primer lugar la persona y sus necesidades o repetimos ritos y aplicamos normas porque siempre ha sido así? Y en lo personal, ¿valoramos el bien realizado sin importar quién o en qué condiciones se hace?

Señor «tú proteges a los que aman tu Nombre». Por eso, enséñanos a amarlo en el respeto y caridad por todos tus hijos. Y gracias por tu amor y protección permanente.

Destrabando la lengua para anunciar lo que hemos oído de la Paz, Amor y Alegría  del Reino,
Miguel.

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