6 de julio de 2012
Viernes de la Décimo Tercera
Semana Durante el Año
Lecturas de
hoy:
Amós 8, 4-6. 9-12 / Salmo 118, 2. 10. 20. 30. 40. 131 El hombre no vive solamente de pan, sino de
toda palabra que sale de la boca de Dios.
EVANGELIO
+ Evangelio de
nuestro Señor Jesucristo según san Mateo 9,
9-13
Jesús, al pasar, vio a un hombre llamado Mateo, que estaba
sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: «Sígueme.» El se
levantó y lo siguió.
Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos
publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos. Al ver
esto, los fariseos dijeron a los discípulos: «¿Por qué su Maestro come con
publicanos y pecadores?»
Jesús, que había oído, respondió: «No son los sanos los que
tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa:
Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los
justos, sino a los pecadores.»
Palabra del Señor.
MEDITACION
Nuestra humanidad, ayer y
hoy, sufre injusticia y abusos de poder (cf. Mt 20,25).
¿Qué debemos hacer los
cristianos ante esto?. Miremos a nuestro ejemplo mayor: una y otra vez el Dios
del Antiguo Testamento y su Hijo se ponen del lado del débil y el marginado: « Escuchen esto, ustedes, los que pisotean al
indigente para hacer desaparecer a los pobres del país… cambiaré sus fiestas en
duelo y todos sus cantos en lamentaciones… y su final será como un día de
amargura.» (1L). «No
son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y
aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no
he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores.» (Ev).
Cuando se intenta suavizar
este mensaje, o “espiritualizarlo” en el sentido de no tocar lo terreno, no se
ve a Jesús sanando enfermedades físicas y dando de comer a los hambrientos (Mt 14,14-21) o en el propio evangelio del Domingo recién pasado, cuando después de
rescatar de la muerte a la hija de Jairo, se preocupó de que « le dieran de comer » (Mc 5,42). O, más concreto y en nuestro país, el ejemplo de cristianos profetas
como el padre Hurtado, quien exhortaba a ver en el pobre a Cristo, entre tantos
otros que, gracias a Dios, pasaron por nuestra tierra buscando « primero el Reino y su
justicia » (Mt 6,33).
Haciendo carne esta
meditación brotaría de nosotros una oración como la del Salmo: « Elegí el camino de la verdad, puse tus
decretos delante de mí. Yo deseo tus mandamientos: vivifícame por tu justicia.».
De la abundancia
del amor recibido, suplir las necesidades de Paz, Amor y Alegría de nuestros
hermanos,
Miguel.
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