Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

jueves, 19 de julio de 2012

Llamados a conducir a las aguas tranquilas, derribar los muros de enemistad y a reconciliar con Dios


PREPAREMOS EL PRÓXIMO DÍA DEL SEÑOR
22 de julio de 2012
Décimo Sexto Domingo Durante el Año

Lecturas de hoy:
Jeremías 23, 1-6 / Salmo 22, 1-6 El Señor es mi pastor, nada me puede faltar. / Efesios 2, 13-18

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Marcos     6, 30-34
Al regresar de su misión, los Apóstoles se reunieron con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado.
Él les dijo: «Vengan ustedes solos a un lugar desierto, para descansar un poco». Porque era tanta la gente que iba y venía, que no tenían tiempo ni para comer. Entonces se fueron solos en la barca a un lugar desierto. Al verlos partir, muchos los reconocieron, y de todas las ciudades acudieron por tierra a aquel lugar y llegaron antes que ellos.
Al desembarcar, Jesús vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor, y estuvo enseñándoles largo rato.
Palabra del Señor.

MEDITACION
Compadecer no es tener lástima como se mal entiende corrientemente; es “padecer junto con”, es ser capaz de sentir el dolor del otro.
«Vio una gran muchedumbre y se compadeció de ella, porque eran como ovejas sin pastor». Así es el corazón de Jesús: misericordioso. De esa manera cumple con la voluntad de su Padre (cf. Jn 4,34), quien ya había anunciado: «Yo mismo reuniré el resto de mis ovejas, de todos los países adonde las había expulsado, y las haré volver a sus praderas, donde serán fecundas y se multiplicarán. Yo suscitaré para ellas pastores que las apacentarán; y ya no temerán ni se espantarán» (1L). Pero las ovejas del Buen Pastor no están sólo en la muchedumbre, también lo son sus discípulos, quienes vuelven de la misión agotados, por lo que los «hace descansar en verdes praderas» (Sal), en la paz de Dios, «porque por medio de Cristo, todos sin distinción tenemos acceso al Padre, en un mismo Espíritu» (2L).
Como sabemos, los discípulos de Jesús son aquellos pastores que Dios “suscitará para las ovejas”, guiándolas «por el recto sendero, por amor de su Nombre» (Sal), el Nombre de Cristo, que está sobre todo otro nombre (Flp 2,9), quien «reinará como rey y será prudente, practicará la justicia y el derecho en el país» (1L).
Y como debiésemos tener claro también, cada bautizado (quien ha sido “ungido con óleo en la cabeza”) es, por cierto, oveja del corral del Señor y, a la vez, llamado a “conducir a las aguas tranquilas para reparar las fuerzas”, “derribando los muros de enemistad” y “reconciliando con Dios” a todos los hermanos que Él mismo pone a nuestro alcance.

Padre bueno, que nos has acercado a tu corazón por la sangre de Cristo, te damos gracias porque aunque crucemos por oscuras quebradas, no nos gana el temor a ningún mal, porque tu vara y tu bastón nos infunden confianza. Te pedimos la fuerza de tu Santo Espíritu para responder generosamente a tu amor, compadeciéndonos, a la manera de tu Hijo, de nuestros hermanos en sus distintos sufrimientos y necesidades. Así sea.

Llamados a transmitir la Paz, el Amor y la Alegría del Buen Pastor,
Miguel.

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