Pertenecemos a la Parroquia Santo Cura de Ars, atendida pastoralmente por la Congregación de los Sacerdotes del Sagrado Corazón de Jesús (Dehonianos).

Nos ubicas en Pirámide 565, paradero 11 ½ de Santa Rosa. Comuna de San Miguel, Santiago de Chile.
Nuestras actividades se despliegan durante la semana; nuestra celebración dominical es a las 10:15. Bienvenid@s.





ATENCIÓN

A contar del 1 de Enero de 2013 las Meditaciones diarias del evangelio se encuentran en: http://pazamoryalegria.blogspot.com/

lunes, 2 de abril de 2012

En nosotros cohabita la bondad y la maldad


2 de abril de 2012
Lunes Santo

Lecturas de hoy:
Isaías 42, 1-7 / Salmo Sal 26, 1-3.13-14 El Señor es mi luz y mi salvación.

EVANGELIO
+ Evangelio de nuestro Señor Jesucristo según san Juan     12, 1-11
Seis días antes de la Pascua, Jesús volvió a Betania, donde estaba Lázaro, al que había resucitado. Allí le prepararon una cena: Marta servía y Lázaro era uno de los comensales.
María, tomando una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, ungió con él los pies de Jesús y los secó con sus cabellos. La casa se impregnó con la fragancia del perfume.
Judas Iscariote, uno de sus discípulos, el que lo iba a entregar, dijo: «¿Por qué no se vendió este perfume en trescientos denarios para dárselos a los pobres?» Dijo esto, no porque se interesaba por los pobres, sino porque era ladrón y, como estaba encargado de la bolsa común, robaba lo que se ponía en ella.
Jesús le respondió: «Déjala. Ella tenía reservado este perfume para el día de mi sepultura. A los pobres los tienen siempre con ustedes, pero a mí no me tendrán siempre.»
Entre tanto, una gran multitud de judíos se enteró de que Jesús estaba allí, y fueron, no sólo por Jesús, sino también para ver a Lázaro, al que había resucitado. Entonces los sumos sacerdotes resolvieron matar también a Lázaro, porque muchos judíos se apartaban de ellos y creían en Jesús, a causa de él.
Palabra del Señor.

MEDITACION
“El Señor, el que creó el cielo y lo desplegó, el que extendió la tierra y lo que ella produce, el que da el aliento al pueblo que la habita” y da “el espíritu a los que caminan por ella”, se lo da a María para que sienta la necesidad de ungir con ese caro perfume a Jesús, como un anticipo profético –reconoce él mismo- de lo que no será posible hacer con su cadáver por la premura con que deberá ser sepultado, debido a la inminencia del día sábado…
Frente a este gesto, signo de lo bello y bueno que hay en el alma humana se aprecia la actitud egoísta del discípulo, quien es cegado por su materialismo y ambición, signos de la humanidad herida por el pecado al cual viene a combatir el Señor.
En el inicio de la Semana Mayor de nuestra Fe, recordemos que en nosotros cohabita la bondad y la maldad. De esta última quiere liberarnos con su vida entregada; la primera quiere que desarrollemos aprendiendo de él a entregar la vida.
Permite, Padre, que haciendo nuestro el Salmo: “El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quién temeré? El Señor es el baluarte de mi vida, ¿ante quién temblaré?”, nos inundemos de valentía ante el desafío de vencer el mal; y que acogiendo en nuestro corazón la Palabra “Yo creo que contemplaré la bondad del Señor en la tierra de los vivientes”, vivamos agradecidos tu enseñanza de amor y fraternidad.

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