En este 25° domingo durante el año, la eucaristía en nuestra comunidad fue presidida por el padre Raúl, quien, al momento de la homilía, hizo un recuerdo del mensaje de los últimos domingos: Dios quiere a todos los que han salido de sus manos. Ejemplificó en que el domingo anterior se nos llamaba la atención acerca de la misericordia y el perdón de Dios que son para todos; muy distinto a nosotros que “perdonamos, pero no olvidamos”, es más solemos quedar con ganas de desquite. Pero nuestro Dios es distinto, porque quiere que nuestra vida sea bonita, por eso nos ha regalado el Sacramento de la Reconciliación , para que confesándonos podamos volver a comenzar desde cero.
Nos recordó la primera lectura (Isaías 55,6-9), rescatando la frase: “nuestro Dios, es generoso en perdonar. Porque los pensamientos de ustedes no son los míos, ni los caminos de ustedes son mis caminos”. Reafirmando que Dios es diferente: piensa y desea el bien para todos nosotros, ya que “hace salir su sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos” (Mateo 5, 45), sin hacer diferencias.
Luego el evangelio (Mateo 20,1-16) vuelve a demostrar lo distinto que es Dios, ya que “muchos de los últimos serán los primeros y muchos de los primeros serán los últimos”, porque el Reino es como el dueño de una viña que contrata obreros a distintas horas, pero les paga a todos lo mismo. Lo que hay detrás de esto es que Jesús quiere el bienestar de todos, ¿o acaso los últimos en llegar no tenían también familia y cuentas por pagar? Dios piensa en las necesidades de cada cual.
Nos contó una experiencia como sacerdote rural, cuando se realizaban rogativas por el agua, en período de sequía, la oración era: “Señor, danos frutos de la tierra para nuestra familia y para poder compartir con los demás”. Ese hermoso sentimiento es lo que está detrás de este evangelio.
Reflexionó en que cantamos que Chile es “la copia feliz del Edén”, pero eso no es así para todos, por lo que los cristianos debemos ocuparnos de que nadie quede atrás, porque el Espíritu Santo reparte dones no para cada uno exclusivamente, sino que quien tiene más, también tiene más responsabilidad. Por lo que nos invitó que este nuevo año que empieza para nuestra patria, nos dediquemos a trabajar superando las diferencias, para que esta bonita tierra lo sea para todos.
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