Nuestra celebración comunitaria de la Eucaristía del 20° Domingo durante el año, fue presidida por nuestro párroco, el padre Hernán.
Al inicio de la homilía planteó que el tema central es la universalidad de la fe y, como es su costumbre fue recorriendo los distintos textos litúrgicos, comenzando por la primera lectura (Isaías 56,1.6-7), la que calificó como un llamado a todos los pueblos para integrarse al nuevo proyecto de país que se construiría después del exilio, invitando a no encerrarse en una fe sólo para los judíos, recordando la frase “mi Casa será llamada Casa de oración para todos los pueblos”.
En cuanto a la segunda lectura (Romanos 11,13-15.29-32), en que Pablo se autocalifica como “apóstol de los paganos”, lo que lo lleva a disentir con los otros apóstoles, para lograr que entendieran que la savación venía para todos, por lo que no era necesario hacerse judío, antes de hacerse cristianos, como creían los demás.
Y del evangelio (Mateo 15,21-28) destacó la insistencia de la mujer pagana, doblemente excluida en esas dos condiciones, hasta el punto de hacer abrirse a esa nueva perspectiva a Jesús.
Como enseñanza para nosotros recalcó que Jesús no es propiedad privada de nadie; que de la compasión por la necesidad de la mujer, nace su amplitud de comprensión; que en estos tiempos más paganos, consumistas y materialistas es mejor buscar lo que nos une que lo que nos divide con las otras confesiones religiosas; que, si escuchamos los sufrimientos de los demás, descubriremos que son iguales a nosotros, por lo que no se debe condenar ni excluir a priori a quienes no comparten nuestra fe.
Por último, recordando que comienza la Semana de la Solidaridad , en honor al Padre Hurtado, destacó a ese hombre apasionado por la pobreza, que sufrió por la explotación de los obreros. Dio una cifras actuales: más de 600 mil jóvenes no estudian, ni trabajan; 54% de los trabajadores reciben menos de $ 260.000 mensuales; y 1 de cada 3 niños en campamentos no tienen cama propia. Concluyendo que la solidaridad es parte de nuestra fe y debemos crecer en ella.
Sagrado Corazón de Jesús, en Ti confío.
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